Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares deslumbra con su toreo en la feria de Albacete

El diestro Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares protagoniz¨® una apote¨®sica actuaci¨®n en el noveno festejo de la feria de la Virgen de los Llanos de Albacete, no s¨®lo por las cuatro orejas que cort¨®, sino por la manera tan bella y rotunda de interpretar el toreo con los dos toros de su lote.

Con m¨¢s de tres cuartos de entrada, se lidiaron cuatro toros de N¨²?ez del Cuvillo y dos -primero y tercero- de Juan Pedro Domecq, bien presentados, blandos en l¨ªneas generales y de juego desigual. Destac¨® sobremanera el segundo, bravo y con clase, de nombre ¡®Currito¡¯, n¨²mero 140, nacido en diciembre de 2012, ensabanado de capa y de 531 kilos, premiado con la vuelta al ruedo.

Enrique Ponce: cuatro pinchazos y descabello (silencio tras aviso); pinchazo y estocada (aviso y vuelta al ruedo tras petici¨®n de oreja).

Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares: estocada (dos orejas); estocada en la suerte de recibir (dos orejas tras aviso).

?lvaro Lorenzo: casi entera (oreja tras aviso); pinchazo y estocada (silencio).

Flojo y claudicante fue el primer toro de Ponce, con el que no pudo pasar de los est¨¦ticos y bellos detalles sueltos, en una labor mal rematada con los aceros. El cuarto tampoco se prest¨® demasiado al lucimiento, pero Ponce, en un alarde de t¨¦cnica y entrega, argument¨® una faena de altos vuelos. Le pidieron la oreja tras un pinchazo y una estocada, mas todo qued¨® en una aclamada vuelta al ruedo.

A Manzanares le toc¨® el gordo en el sorteo con un primer ¡®cuvillo¡¯ de bravas y nobles embestidas, con el que el alicantino, tras un precioso quite por chicuelinas, llev¨® a cabo una faena de altura por el temple, la torer¨ªa, la prestancia y el empaque que demostr¨® especialmente en el toreo al natural.

Obra grande de Manzanares, de ritmo creciente y con el perfecto corolario de una estocada hasta los gavilanes. Pase¨® las dos orejas y el toro fue premiado con la vuelta al ruedo.

La faena al quinto fue por los mismos derroteros. Otra obra maestra de Manzanares en un alarde de temple, est¨¦tica y armon¨ªa en una faena cumbre sobre ambos pitones, muy bien argumentada y mejor hilvanada. Tras una soberbia estocada en la suerte de recibir cort¨® otras dos orejas.

El primero de ?lvaro Lorenzo, noble y blando a partes de iguales, permiti¨®, al menos, contemplar el buen sentido del temple que posee este joven espada toledano en una labor a media altura en la que destac¨® en varios muletazos sobre el pit¨®n derecho. Anduvo por encima de las circunstancias Lorenzo, que, tras acertar a la primera con la espada, pase¨® una oreja.

El sexto fue, junto al primero, el otro garbanzo negro del env¨ªo, toro bronco y deslucido con el que Lorenzo nada m¨¢s que pudo justificarse a base de mucha voluntad.

Perera sale a hombros en Guadalajara

El diestro Miguel ?ngel Perera cort¨® dos orejas a un toro de Jos¨¦ V¨¢zquez, premiado de manera desmedida con una vuelta al ruedo en el arrastre, y sali¨® a hombros en la tarde de su debut como matador de toros en Guadalajara, en el segundo festejo de su feria en honor a la Virgen de la Antigua.

Con m¨¢s de tres cuartos de entrada, se lidiaron toros de Torrehandilla (primero, segundo y sexto) y uno de Torreherberos (tercero), desiguales de presentaci¨®n, descastados y sin vida; y dos remiendos de Jos¨¦ V¨¢zquez (cuarto y quinto), m¨¢s aparentes y movi¨¦ndose m¨¢s que los titulares, aunque no tuvo sentido la vuelta al ruedo que concedieron al quinto.

Sebasti¨¢n Castella: casi entera trasera y atravesada, y descabello (silencio); media muy baja y atravesada, casi entera tambi¨¦n muy defectuosa y (silencio tras aviso).

Miguel ?ngel Perera: pinchazo y estocada (silencio tras petici¨®n); estocada trasera y desprendida (dos orejas tras aviso).

Iv¨¢n Fandi?o: pinchazo, otro hondo y descabello (silencio); estocada y descabello (oreja con petici¨®n de la segunda).

Cartel de campanillas en Las Cruces con Sebasti¨¢n Castella, Miguel ?ngel Perera, que hac¨ªa su debut en Guadalajara, e Iv¨¢n Fandi?o, que conformaron la terna de mayor relumbr¨®n del ciclo alcarre?o de la Virgen de la Antigua. Pero, como ya ha ocurrido en pasados a?os, el reclamo de las figuras trajo consigo un env¨ªo ganadero inservible por descastado y moribundo.

Solamente los dos remiendos de Jos¨¦ V¨¢zquez que completaron la infumable corrida de Torrehandilla y Torreherberos tuvieron algo m¨¢s de prestancia que los titulares, sin ser tampoco nada del otro mundo; y con uno de ellos, concretamente el quinto, surgi¨® un templad¨ªsimo Perera, que logr¨® las dos orejas para el deleite de unos tendidos sumidos hasta ese momento en un bostezo interminable.