Adi¨®s a Teodoro Gonz¨¢lez de Le¨®n, el ¨²ltimo grande de la arquitectura mexicana
Magn¨ªfico dibujante de ampl¨ªsima y exquisita cultura, Teodoro Gonz¨¢lez de Le¨®n fue el m¨¢s prol¨ªfico de los arquitectos de su generaci¨®n
La noticia de su muerte nos tom¨® por sorpresa pues, aunque nonagenario, se le ve¨ªa rozagante y segu¨ªa trabajando en varios proyectos. En meses recientes se sucedieron diversas actividades para celebrar sus 90 a?os, cumplidos el pasado 28 de mayo, en las que derroch¨® simpat¨ªa, elegancia y vitalidad. Teodoro Gonz¨¢lez de Le¨®n (Ciudad de M¨¦xico, 1926-2016) falleci¨® en el transcurso de la "noche del grito", la m¨¢s festiva para los mexicanos, la que transita del 15 al 16 de septiembre en que celebramos nuestra Independencia.
Magn¨ªfico dibujante de ampl¨ªsima y exquisita cultura, Teodoro Gonz¨¢lez de Le¨®n termin¨® la carrera en la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM en 1947 y fue el m¨¢s prol¨ªfico de los arquitectos de su generaci¨®n. En su ¨²ltimo a?o como estudiante, present¨® con sus compa?eros Enrique Molinar y Armando Franco una contrapropuesta para el proyecto de Ciudad Universitaria que fue tomada en cuenta por Mario Pani y Enrique del Moral para el plan maestro del conjunto inaugurado en 1954 y declarado Patrimonio de la Humanidad en 2007. Su capacidad e iniciativa le abrieron las puertas del despacho de Le Corbusier en Par¨ªs, donde pas¨® a?o y medio trabajando en el proyecto de la Unidad Habitacional de Marsella.
Como profesionista de ¨¦xito supo transitar del M¨¦xico desarrollista de los a?os sesenta y setenta, cuando el gobierno priista era el principal cliente de los arquitectos con proyectos de corte social, al M¨¦xico neoliberal que en los a?os noventa se entreg¨® descaradamente a las leyes del mercado mientras el gobierno evad¨ªa los grandes problemas de vivienda, educaci¨®n y salud para dejarlos en manos de la iniciativa privada. Nadie ¨Co casi nadie¡ª construy¨® tanto como ¨¦l, y fueron pocos los que generaron tanta pol¨¦mica y controversia con sus obras, en particular las realizadas en los ¨²ltimos a?os cuando ya consagrado e idolatrado se permiti¨® devaneos formales y agresiones al patrimonio moderno que han motivado la cr¨ªtica de un amplio sector de la sociedad.
Su eclosi¨®n lleg¨® en las d¨¦cadas de 1970 y 1980 con las fecundas relaciones profesionales que estableci¨® con Abraham Zabludovsky y Francisco Serrano Cacho. Con el primero alcanz¨® su consagraci¨®n con las nuevas sedes para el INFONAVIT (Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, 1975) y El Colegio de M¨¦xico (1976), el prestigioso centro de investigaciones sociales que fue fundado por Alfonso Reyes en 1938 como La Casa de Espa?a para alojar y alejar de la guerra civil espa?ola a un pu?ado de intelectuales republicanos que hicieron de M¨¦xico su segunda patria. En estos edificios aplicaron por primera vez el hormig¨®n visto caracter¨ªstico de sus proyectos posteriores, entre los que destacan dos piezas paradigm¨¢ticas en el bosque de Chapultepec: el Museo Tamayo (1981, que muchos consideramos su obra maestra), y la ampliaci¨®n del Auditorio Nacional (1991) que fue la ¨²ltima colaboraci¨®n profesional entre ambos creadores.
Su relaci¨®n con Pancho Serrano se intensific¨® a mediados de los ochenta con los encargos gubernamentales que realizaron en Villahermosa, Tabasco (edificio de Gobierno, biblioteca estatal, Parque Tom¨¢s Garrido Canabal) y continu¨® con el Palacio de Justicia Federal en el DF, las embajadas de M¨¦xico en Guatemala y Berl¨ªn, y sendos conjuntos en la zona financiera de Santa Fe: la sede de Hewlett Packard y el Corporativo Arcos Bosques donde destaca el famoso ¡°pantal¨®n de Teodoro¡±.
Con ambos socios consolid¨® el lenguaje arquitect¨®nico de potente expresi¨®n pl¨¢stica que caracteriza su obra, donde los espacios exteriores, tratados con taludes y plataformas aterrazadas unidas por generosas escalinatas, se funden con macizos cuerpos geom¨¦tricos articulados por patios. Muros, p¨®rticos y p¨¦rgolas adquieren volumen con el acabado rugoso del hormig¨®n cincelado y se convierten en elementos escult¨®ricos que definen los espacios habitables. Sobre el concreto aparente (hormig¨®n visto) caracter¨ªstico de su obra, que le vali¨® el mote de Teodocreto, el arquitecto explicaba: ¡°El uso del concreto con acabado cincelado profundo para resaltar el agregado de m¨¢rmol surgi¨® como consecuencia de una prolongada experimentaci¨®n y en respuesta al aspecto mon¨®tono que tiene el concreto normal. Este acabado otorga una textura c¨¢lida y artesanal, que revela la mano humana y se emparenta con las piedras naturales. Es un material que tiene buena respuesta al paso del tiempo, condici¨®n b¨¢sica de la arquitectura¡± (Adri¨¤, 2010).
En los noventa firm¨®, de manera individual, la torre del Fondo de Cultura Econ¨®mica (que se yergue entre El Colegio de M¨¦xico y la UPN, en las faldas del Ajusco), el museo de sitio de El Taj¨ªn, la embajada de M¨¦xico en Belice, la Escuela Superior de M¨²sica del Centro Nacional de las Artes, y su propia casa en la colonia Condesa. Y ya en este siglo desat¨® la pol¨¦mica con la construcci¨®n del sorprendente Museo Universitario Arte Contempor¨¢neo (MUAC, 2008) que, con su protagonismo y sus fachadas de concreto blanco y terso, vino a alterar la armon¨ªa que ten¨ªa el Centro Cultural de la UNAM, construido treinta a?os antes.
Al final de su carrera Teodoro se dej¨® seducir y consentir por desarrolladoras inmobiliarias para las que realiz¨® varios proyectos, algunos afortunados ¡ªcomo el complejo urbano Reforma 222¡ª y otros que levantaron ¨¢mpula. Doli¨® en particular que se plegara a la salvaje especulaci¨®n inmobiliaria para levantar grandes torres en los terrenos que ocupaban dos referentes urbanos de la arquitectura moderna mexicana: el Superservicio Lomas (1948), de Vladimir Kasp¨¦, y el Conjunto Manacar (1965), de Enrique Carral.
Parti¨® as¨ª Teodoro Gonz¨¢lez de Le¨®n, el ¨²ltimo grande que, junto con Luis Barrag¨¢n, Mario Pani, Pedro Ram¨ªrez V¨¢zquez y Ricardo Legorreta, defini¨® los caminos que ha seguido la arquitectura mexicana del ¨²ltimo medio siglo. Descanse en paz.
Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes es coordinador del Centro de Investigaciones en Arquitectura, Urbanismo y Paisaje (CIAUP) de la Facultad de Arquitectura de la UNAM
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