La l¨ªrica del pol¨ªtico
Con Pinochet de soslayo, Larra¨ªn articula una obra con bell¨ªsimos momentos
Una pel¨ªcula pol¨ªtica sobre un poeta. Y una pel¨ªcula po¨¦tica sobre un pol¨ªtico. Pablo Larra¨ªn ha conseguido abrazar las dos vertientes, a veces antag¨®nicas, de un nombre m¨ªtico y conformar una obra lejos, muy lejos, de los biopics habituales. Neruda es un melodrama solemne, un thriller l¨ªrico, un drama existencial sobre una ¨¦poca de lucha y huida controlada, de fervor idealista, contagioso y quiz¨¢ algo mentiroso: los ¨²ltimos d¨ªas del poeta chileno Pablo Neruda como senador de su pa¨ªs, las luchas con el gobierno de Gabriel Gonz¨¢lez Videla, al que hab¨ªan aupado los propios comunistas en una coalici¨®n imposible, y su posterior exilio y persecuci¨®n por parte de las cloacas del Estado. Una obra vehemente e inteligente, siempre a un paso de lo pretencioso, que tiene mucho m¨¢s de experimentaci¨®n visual y sonora que de cr¨®nica pol¨ªtica.
NERUDA
Direcci¨®n: Pablo Larra¨ªn.
Int¨¦rpretes: Luis Gnecco, Gael Garc¨ªa Bernal, Mercedes Mor¨¢n, Pablo Derqui.
G¨¦nero: pol¨ªtico. Chile, 2016.
Duraci¨®n: 107 minutos.
Como en las magn¨ªficas No (2012) y El club (2015), Larra¨ªn ha vuelto a componer una pel¨ªcula m¨¢s conceptual que narrativa, que refleja un tiempo que parece m¨¢s so?ado que verdaderamente vivido. Y ah¨ª los acompa?amientos formales se imponen como su verdadera se?a de identidad: las transparencias, de aspecto maravillosamente a?ejo, pero tambi¨¦n l¨ªrico, en las escenas de coche y carretera; la banda sonora de Federico Jusid y sus incuestionables aderezos, de todo tipo, desde el barroquismo del polaco Krzysztof Penderecki al romanticismo de Edvard Grieg, pasando por la deslumbrante vanguardia atonal de 48 responses to polymorphia, de Jonny Greenwood, inspirada precisamente en el polaco.
El gui¨®n de Guillermo Calder¨®n juega en todo momento con la realidad y la ficci¨®n, con la persecuci¨®n pol¨ªtica y con el Canto general, incluso con el metalenguaje, ensalzando al poeta, aunque sin idolatrarlo, retratando su mito, su soberbia y tambi¨¦n sus contradicciones morales: "El sufrimiento del pobre me inspira". Con todo ello, y con Pinochet de soslayo, Larra¨ªn articula una obra con bell¨ªsimos momentos, como ese di¨¢logo entre Neruda y el enemigo pol¨ªtico que envuelve el relato: "Ustedes siempre piensan que la manera de derrotar al comunismo es exiliarnos, meternos en la c¨¢rcel. Le voy a hacer una recomendaci¨®n: la soluci¨®n es que nos mate a todos". "No lo repita porque m¨¢s de uno va a estar tentado de hacerlo". "?Qui¨¦n lo va a hacer, usted?". "Lo voy a pensar". Y vaya si lo pensaron.
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