El ¡®e-book¡¯ quiere ser como el libro de papel
Las bibliotecas se reinventan en plena era digital. Idea¡¯s Box lleva la lectura a los campamentos de refugiados
El libro electr¨®nico cada vez se parece m¨¢s al libro en papel. Los nuevos dispositivos con pantallas blanqueadas disponen de una autonom¨ªa de seis meses, es decir, imitan la p¨¢gina impresa y te los puedes llevar de viaje por el desierto, con la ventaja de pesar menos que un libro de papel y, sobre todo, de poder variar su contenido. No obstante, seguimos leyendo las novelas y los ensayos mayoritariamente en vol¨²menes impresos. No creo que sea casual que el auge de los libros electr¨®nicos coincidiera con el de las tabletas, los ordenadores que m¨¢s se parecen a los libros. Intuyo que si no se ha consolidado su uso es porque el tel¨¦fono m¨®vil le ha ganado la partida a la tableta como instrumento de b¨²squeda, de comunicaci¨®n y de lectura. De lectura de formas breves, no de las narrativas extensas que desde hace casi dos mil a?os leemos sobre todo en c¨®dices, el formato por excelencia de la idea de libro.
¡°Ya es tiempo de que los lectores comencemos a despegar el concepto literatura del de libro¡± escribi¨® Mario Levrero en una de sus columnas o ¡°irrupciones¡± de finales del siglo pasado. Denunciaba de ese modo un monopolio injusto en el imaginario colectivo. La literatura es tambi¨¦n oral y digital. Y la novela hace tiempo ya que se ha emancipado de la literatura para convertirse en una estructura que da cuerpo a proyectos en c¨®mic, transmedia, televisivos o de arte contempor¨¢neo. En una idea que trasciende el ¨¢mbito donde por primera ver se formaliz¨®. No es raro que as¨ª sea, porque la primera novela moderna, el Quijote, es un mutante inestable, una arquitectura difusa, un dispositivo complejo adaptable a los lenguajes y las tecnolog¨ªas que cada ¨¦poca vaya brindado a las sucesivas encarnaciones de ese ente que Walter Benjamin denomin¨® ¡°el narrador¡±.
La idea de enciclopedia tambi¨¦n se ha metamorfoseado en este cambio de siglo, dando lugar a Wikipedia, tal vez el proyecto popular m¨¢s importante de inteligencia colectiva de la historia de la humanidad. Lo mismo ha ocurrido con la idea de biblioteca: no cesa de escapar de los l¨ªmites del archivo de libros para actualizarse insospechadamente. Si los bibliobuses existen desde 1905 y los biblioburros desde hace casi veinte a?os, Bibliotecas sin Fronteras fue creado en 2007. En 2010, a petici¨®n de las autoridades locales, mont¨® en Hait¨ª 30 tiendas de campa?a biblioteca. Fue el laboratorio de su m¨¢s innovador proyecto actual: el Idea¡¯s Box. Un kit que convierte en 20 minutos unos pocos contenedores met¨¢licos en un aula, un taller multimedia, una biblioteca con 250 libros en papel y 50 electr¨®nicos, un espacio que permite a los refugiados formarse, conectarse y crecer. Se ha calculado que la media de tiempo que se pasa en un campo de refugiados es de 17 a?os: es fundamental que no sea un tiempo perdido para el desarrollo intelectual, es decir, vital de sus habitantes.
Hace tiempo que la novela se emancip¨® de la literatura para convertirse en proyectos de c¨®mic, arte o transmedia?
El a?o 2000 naci¨® en Copenhague la Human Library, tal vez el proyecto m¨¢s radical en esa voluntad de mutar la idea de biblioteca. En ella los libros son personas. Personas que se titulan Bipolar, Musulm¨¢n, Alcoh¨®lico, Autista, Poliamorosa o Desempleado. Al tomarlas en pr¨¦stamo, provocas una conversaci¨®n: ¨¦se es el objetivo, en un mundo en el que cada vez hay menos contextos para el encuentro f¨ªsico, para escuchar, para contrastar ideas. Curiosamente, la Human Library es al mismo tiempo una mutaci¨®n hacia el futuro de la idea de biblioteca y un brutal retroceso. Un retroceso que recupera el esp¨ªritu de la transmisi¨®n oral, del cuento alrededor de la hoguera, de los ancianos africanos que eran bibliotecas port¨¢tiles. No hay nada m¨¢s humano: dos pasos adelante, uno atr¨¢s, otro hacia un lado, una finta, otro rodeo; como si bail¨¢ramos mientras escuchamos la m¨²sica y leemos los cuerpos y el espacio.
Jorge Carri¨®n?es escritor. Entre otros t¨ªtulos, ha publicado Librer¨ªas (Anagrama).
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