Welcome mr. Hitchcock
Hace 58 a?os Alfred Hitchcock visit¨® el festival de San Sebasti¨¢n para presentar V¨¦rtigo en estreno europeo. Acompa?ado de su esposa pase¨® por diversos lugares del Pa¨ªs Vasco: iglesias, alg¨²n cementerio y naturalmente buenos restaurantes, siempre con excelente humor. Eso se deduce de sus poses en la excelente exposici¨®n de fotos, muchas de ellas in¨¦ditas, con que en el festival de San Sebasti¨¢n se conmemora este a?o aquella visita legendaria. Y lo fue no s¨®lo por su presencia sino por la decepci¨®n que tuvo Hitchcock al ver la tibia reacci¨®n del p¨²blico al final de la pel¨ªcula. La productora le hab¨ªa obligado a incluir un desenlace m¨¢s optimista que el que conocemos pero ¨¦ste rebajaba el impacto ¨²ltimo, y tras la proyecci¨®n Hitchcock decidi¨® suprimirlo de las pocas copias que ya se hab¨ªan presentado en Estados Unidos y por supuesto del montaje final para todo el orbe. Al parecer fue aquella la primera vez que ve¨ªa su pel¨ªcula con p¨²blico. De modo que en San Sebasti¨¢n se conserv¨® la ¨²nica copia con el doble final, que era constantemente solicitada por historiadores y curiosos de medio mundo hasta que ese torpe ep¨ªlogo se ha acabando editando como ¡°extra¡± en DVD.
La exposici¨®n, coordinada por el fot¨®grafo Pedro Usabiaga, no s¨®lo re¨²ne im¨¢genes hist¨®ricas sino tambi¨¦n an¨¦cdotas y comentarios que aclaran aspectos de la ¨¦poca. Uno de ellos que Roman Polanski, entonces de 25 a?os, acudi¨® acompa?ando a su novia, la actriz polaca Barbara_Kwiatkowska, protagonista de Eva quiere dormir, pel¨ªcula que de forma absurda se alz¨® con la Concha de Oro frente a V¨¦rtigo, limitada a conseguir un premio para James Stewart. El caso es que en el hotel en que se alojaban Polanski y su novia no les dejaban dormir juntos por no estar casados. La Espa?a de 1958 no entend¨ªa de semejantes libertades.
La visita de Hitchcock solo dur¨® cuatro d¨ªas pero dej¨® un recuerdo que el tiempo ha situado en las p¨¢ginas de oro de la historia del festival. Y aunque su presencia qued¨® eclipsada por la de Kirk Douglas que vino a presentar Los Vikingos, su asistencia tuvo un estrambote al a?o siguiente ya que, contento con cuanto hab¨ªa visto, prometi¨® enviar la pel¨ªcula en la que estaba trabajando. Y lo hizo. En 1959 el festival present¨® Con la muerte en los talones, un d¨ªa despu¨¦s de su estreno en Los Angeles.
En Madrid se presentar¨¢ la semana que viene otra exposici¨®n sobre Hitchcock que abundar¨¢ en el mito del cineasta, M¨¢s all¨¢ del suspense, organizada esta vez por el cineasta Pablo Llorca. Distinta a la de San Sebasti¨¢n ya que abordar¨¢ la obra del director en su conjunto pero coincidente en rendirle homenaje. Nada que objetar. La sombra de Hitchcock sigue siendo alargada.
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