La Cuba nost¨¢lgica de Mario Conde llega a las pantallas
Leonardo Padura, ¡®padre¡¯ del detective literario, conversa con el actor Jorge Perugorr¨ªa Ambos analiza el paso del personaje al cine y la televisi¨®n
?A qui¨¦n pertenece el rostro de un personaje literario? ?Al autor o al actor que le encarna? ?Y Mario Conde, el detective de La Habana en demolici¨®n? ?A Leonardo Padura, que le cre¨® y le insufl¨® aliento en ocho obras? ?O a Jorge Perugorr¨ªa, que le ha dado vida en cuatro largometrajes? Porque Mario Conde llegar¨¢ con Vientos de La Habana a las salas espa?olas el este pr¨®ximo viernes y posteriormente se emitir¨¢n en televisi¨®n Pasado perfecto, M¨¢scaras y Paisaje de oto?o, todas dirigidas por F¨¦lix Viscarret y coguionizadas por Viscarret, Padura y su esposa, Luc¨ªa L¨®pez Coll, bas¨¢ndose en la tetralog¨ªa de las cuatro estaciones. "Lo que es dif¨ªcil es que deje de ser suyo para que sea m¨ªo", arranca Perugorr¨ªa (La Habana, 1965), al que Padura llama por su apelativo cari?oso, Pichi. "Bah. Mario Conde no es de nadie", intercede el escritor (La Habana, 1955). "Yo lo par¨ª, pero en cuanto hubo un solo lector que abri¨® una de las novelas, Mario Conde dej¨® de ser m¨ªo". Padura reconoce "la enorme fortuna" de haber ido acumulando "gran n¨²mero de lectores a lo largo de los a?os". As¨ª que Conde, ese polic¨ªa arrastrado, desencantado con su vida y con Cuba en general, amante del alcohol callado y de fiar, es hoy patrimonio universal.
"Mario Conde es igual que La Habana, tan decadente como atractivo. Ambos se caen a pedazos aunque mantienen su encanto" (Jorge Perugorr¨ªa)
Perugorr¨ªa no es Mario Conde solo ahora. "En 1999 ya lleg¨® a Cuba un director espa?ol con la intenci¨®n de llevar el personaje al cine, y me dijo que, para ¨¦l, ten¨ªa que protagonizarlo Pichi", recuerda Padura. "Y a partir de ah¨ª se fueron enlazando todo tipo de proyectos con productores espa?oles, franceses, daneses... hasta que por fin esto se ha concretado. Siempre estuvo Perugorr¨ªa el primero de la lista, y no era que yo lo propusiera. En el fondo, creo que Pichi empez¨® hace tiempo un proceso de mariocondenizaci¨®n hasta el punto que me parece que cuando se inici¨® el rodaje Pichi ya era m¨¢s Mario Conde que Pichi. Y se ve en la pantalla. ?l se ha apropiado del personaje de forma visceral, as¨ª que el segundo parto de Mario Conde ha sido una gestaci¨®n de Pichi". El aludido r¨ªe: "Nunca me desesper¨¦, las cosas pasan cuando tienen que pasar. El proyecto se ha concretado cuando estaba preparado en madurez y vivencias para asumir este polic¨ªa. El reto estaba en que he encarado al personaje m¨¢s conocido y querido de la literatura cubana". ?Y para Perugorr¨ªa c¨®mo es Mario Conde? "Entra?able, representante de una generaci¨®n que se crio en la Revoluci¨®n creyendo en un modelo de pa¨ªs que nunca cuaj¨® y que nunca ser¨¢ porque el mundo cambi¨®. Por eso se alimenta de la nostalgia. Es igual que La Habana, tan decadente como atractivo. Ambos se caen a pedazos aunque mantienen su encanto".
Padura y Perugorr¨ªa se conocen desde hace a?os. Cuba no deja de ser una isla peque?a, los artistas cruzan sus existencias s¨ª o s¨ª, y ambos estaban involucrados en una de las m¨¢s inteligentes visiones sobre la ¨ªnsula de los ¨²ltimos a?os: Regreso a ?taca, de Laurent Cantet. "Una perspectiva exterior revela ¨¢ngulos, posibilidades de encarar una realidad que los que estamos dentro no vemos" asegura el autor. "Alejo Carpentier vivi¨® 11 a?os en Francia en la ¨¦poca de las vanguardias, y cuando retorn¨® escribi¨® uno de sus m¨¢s hermosos art¨ªculos, titulado La Habana vista por un turista cubano. Esa distancia le permiti¨® ver la capital de otra forma. La visi¨®n de Laurent desde una azotea y la de F¨¦lix [Viscarret] por las calles resultan reveladoras. Una por su s¨ªntesis, otra por el recorrido. El arte es universal. Si se centra solo en lo local deviene en folclore". Apunta Perugorr¨ªa: "?Sabes lo mejor? Que al final son visiones profundamente cubanas".
"Jorge se ha apropiado del personaje de forma visceral, as¨ª que el segundo parto de Mario Conde ha sido una gestaci¨®n de Jorge" (Leonardo Padura)
Muchos lectores conocen Cuba gracias a los libros de Padura. "Cierto, yo he tratado todos estos a?os de hacer algo como lo que escribi¨® John Updike con el personaje de Harry Conejo Angstrom o V¨¢zquez Montalb¨¢n con Pepe Carvalho: una cr¨®nica de la vida. Conde es testigo y comentarista de la historia de Cuba, y eso ha sido una responsabilidad como autor. Por supuesto, la literatura es una estilizaci¨®n de la realidad, pero en mis novelas no se dice nada sobre Cuba que no sea real ni veros¨ªmil".
El escritor asegura que su concepci¨®n del personaje no ha cambiado porque Perugorr¨ªa lo haya interpretado. "Un novelista, cuando escribe guiones, debe de hacer como dec¨ªa Raymond Chandler: vestir su segundo mejor traje. Porque es un trabajo de servicio. Pierdes la independencia de la escritura de una novela, cuando manejas todos los hilos, para empezar a contar con un director, un productor y un tiempo. Atento al tiempo: no puedes hacer como en un libro y saltar de repente cinco a?os con un frase. En el cine es otra cosa, y las palabras y los tiempos son limitados". Padura vive en carne propia estos d¨ªas lo que afirma, porque est¨¢ escribiendo nuevas aventuras de Conde. "Var¨ªan completamente las condiciones y la dramaturgia. F¨ªjate que en el cine el polic¨ªa habla y se sabe lo que piensa; en el libro est¨¢ pensando todo el tiempo".
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