Las voces de una familia
Descubrir las notas personales de Donoso llev¨® a su hija a escribir un libro estremecedor. Dos a?os despu¨¦s se suicid¨®
Ocurre a veces. Hay personas que organizan de tal modo su vida que para los otros es un misterio, un interrogante siempre abierto. ?Qui¨¦n lo hubiera dicho de Jos¨¦ Donoso Y¨¢?ez? ?Qui¨¦n pod¨ªa pensar que aquella estructura, m¨¢s o menos convencional, de un matrimonio con una hija generar¨ªa una novela familiar, al estilo de la surgida en torno a Thomas Mann? Nos quedan muchos cabos por atar todav¨ªa, pero en todo caso esta historia podr¨ªa arrancar con la tradici¨®n memorial¨ªstica que parte de la figura de Eliodoro Y¨¢?ez, una referencia imprescindible en la historia de Chile y a la que Donoso har¨ªa valiosas contribuciones. En primer lugar, con un ensayo, Historia personal del boom (Anagrama, 1972; Seix Barral, 1983, y Alfaguara, 1999), donde el escritor, inc¨®modo ante el fen¨®meno del boom de la novela hispanoamericana del que se sent¨ªa marginado, profundizaba en su significado, recorr¨ªa sus principales aportaciones en su triple condici¨®n de lector, autor y amigo, sosteniendo, finalmente, a los cuatro vientos que el boom era una operaci¨®n comercial detr¨¢s de la cual no hab¨ªa ninguna intenci¨®n unitaria, sino unos pobres y excepcionales diablos luchando con todas sus fuerzas contra el subdesarrollo editorial y cr¨ªtico.
La mujer que dec¨ªa a sus m¨¢s ¨ªntimos ¡°no s¨¦ vivir¡± no pod¨ªa leer aquellos diarios sin quedar hondamente perturbada
Aquel ensayo cargado de subjetividad puso de manifiesto la necesidad de Donoso de llamar la atenci¨®n sobre s¨ª mismo: ¨¦l ven¨ªa a ser la otra cara del boom, la de los que hab¨ªan quedado lejos de sus radiaciones, pero eran capaces de escribir sobre ellas de primera mano. En la edici¨®n de 1983, el libro inclu¨ªa un ap¨¦ndice de la esposa de Donoso, Mar¨ªa Pilar Donoso (¡°Donoso es mejor apellido que Serrano¡±), titulado ¡®El boom dom¨¦stico¡¯, un texto confeccionado a base de recuerdos: los escritores del boom eran amigos entra?ables de la pareja y no solo menciona algunas an¨¦cdotas curiosas vividas en Barcelona y Calaceite, sino que esboza un ajustado retrato psicol¨®gico de aquel grupo desigual y magn¨ªfico.
Es evidente que Pilar Donoso no ten¨ªa intenci¨®n de quedar fuera de aquel poderoso foco y en 1987 publicar¨ªa sus memorias, Los de entonces (Seix Barral, 1987), en cuyo pr¨®logo advert¨ªa que el texto era solo una parte de lo que ten¨ªa que decir: ¡°Para ella [su hija, Pilarcita] guardo un legado que completar¨¢ un d¨ªa estos recuerdos: Lo que mam¨¢ no pudo contar, para que lo publique cuando nosotros, los de entonces, seamos los que fueron¡±. Se refer¨ªa, seg¨²n hemos sabido despu¨¦s, a sus diarios, depositados en Princeton junto a parte de los diarios del escritor, y su lectura, la de ambos, caus¨® en Pilar Donoso Serrano una gran impresi¨®n. Hasta el punto de desviar su inicial inter¨¦s por escribir una biograf¨ªa de su padre y decidirse por un libro autobiogr¨¢fico escrito a tumba abierta, Correr el tupido velo (Alfaguara, 2009).
Pero la mujer que dec¨ªa a sus m¨¢s ¨ªntimos ¡°no s¨¦ vivir¡± no pod¨ªa leer aquellos diarios sin quedar hondamente perturbada (se suicid¨® en noviembre de 2011). Pilarcita (para distinguirla de su madre) hab¨ªa sido adoptada por el matrimonio Donoso en Madrid, en 1967, al poco de nacer. Es probable que acudiera a la lectura de los diarios de sus progenitores en busca de alguna explicaci¨®n ¡ª?qui¨¦nes eran sus padres biol¨®gicos?, ?qu¨¦ pas¨® para que a los tres meses la dieran en adopci¨®n?, ?c¨®mo fue aquel proceso tan silenciado por todos?¡ª, pero se encontr¨® con dos seres que volcaban en sus respectivas escrituras sus frustraciones, el distanciamiento mutuo, su deambular inseguro por muchos lugares, el af¨¢n por vivir una vida distinguida y, sobre todo, los recelos de ambos hacia su hija.
Tambi¨¦n su padre se hab¨ªa preguntado ?qui¨¦n soy yo? en Conjeturas sobre la memoria de mi tribu (Alfaguara, 1996), recuperaci¨®n fragmentaria de su propio pasado familiar. En todo caso, nada en Los de entonces, escrita a ra¨ªz del matrimonio de Pilarcita ¡ª¡°se fue nuestra hija¡±¡ª, hac¨ªa pensar en el car¨¢cter amargo y alcoholizado de su autora y tampoco en el inmenso egocentrismo del novelista, decidido, como su esposa, a dejar en unos archivos universitarios la constancia escrita de su verdad: ¡°Que lo que quede aqu¨ª sea la verdad, y esta carne viva m¨ªa que son mis diarios me sobreviva adem¨¢s de las fantas¨ªas de mis libros¡±. All¨ª pues, entre Iowa y Princeton, est¨¢ esa verdad. Ahora, con la publicaci¨®n de una selecci¨®n de los primeros diarios de Donoso (hecha sin el menor rigor filol¨®gico a partir de los cuadernos depositados en Iowa), sigue creciendo el espacio textual y biogr¨¢fico de una familia que no consigui¨® encontrar su lugar y est¨¢ escribiendo p¨®stumamente una grand¨ªsima novela.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.