El mundo enso?ador de King Creosote
El m¨²sico escoc¨¦s propone un viaje en el tiempo con su folk delicado en ¡®Astronaut meets Appleman¡¯
Con gran expresividad y r¨¢pidos movimientos de cabeza y manos, Kenny Anderson, el hombre que se esconde detr¨¢s del nombre art¨ªstico King Creosote (Fife, Escocia, 1972), pide perd¨®n a la grabadora. Y, tras una risotada, se sorprende de que no se haya quedado sin bater¨ªa. Ha gastado casi 15 minutos en responder una sola pregunta. ¡°Me gusta hablar¡±, se disculpa. Aparte de eso, sucede que King Creosote concede sus primeras entrevistas en Espa?a despu¨¦s de casi dos d¨¦cadas de carrera y m¨¢s de una veintena de discos. Y tiene mucho que decir. De alguna forma, acaba de ser descubierto en nuestro pa¨ªs con Astronaut meets Appleman, un delicioso ¨¢lbum de folk enso?ador en el que este escoc¨¦s juega con la distop¨ªa de un astronauta habitando un futuro en otro planeta, a modo de ese c¨¦lebre Mayor Tom de David Bowie. El m¨²sico ten¨ªa prevista tambi¨¦n una gira por Espa?a, con conciertos en enero en Madrid y Barcelona, que finalmente ha sido cancelada, como inform¨® ayer Houston Party, "por circunstacias imprevistas ajenas" a la propia discogr¨¢fica.
"Me gusta pensar que la gente escucha el disco como si fuera a ver una pel¨ªcula al cine"
¡°Quiero que mis personajes tengan vida. Me gusta pensar que la gente escucha el disco como si fuera a ver una pel¨ªcula al cine. Quiero que mis personajes tengan voz propia¡±, se?ala el m¨²sico, sentado en la oficina de Music As Usual, en Madrid. Astronaut meets Appleman propone un viaje en el tiempo hacia adelante, pero, a decir verdad, sus postales emocionales sobre el cosmos, las estrellas, la soledad o la incomunicaci¨®n humana guardan ecos del pasado. ¡°Me importa mucho el pasado. Vengo de una generaci¨®n, como la de ahora, que tiene muchas posibilidades de elecci¨®n. Algunos no est¨¢n interesados en conocer sus ra¨ªces. Hay muchas distracciones actualmente, pero a m¨ª s¨ª me importa¡±, apunta.
Desde la cat¨¢rtica You just want, el disco se despliega como un mantra sonoro que remite a la rica herencia folk escocesa pero bajo un envoltorio tan contempor¨¢neo y buc¨®lico que impide cualquier atisbo de f¨¢cil tradicionalismo. ¡°Buscaba crear un ambiente tradicional ac¨²stico, pero con la idea de que sonara atemporal. Trabaj¨¦ mucho con la idea de conseguir un ac¨²stico ¨¦pico¡±, explica. ¡°Para eso sab¨ªa que ten¨ªa que centrarme en la tradici¨®n escocesa. Us¨¦ pianos, arpas c¨¦lticas, teclados¡¡±. Una atm¨®sfera envolvente y fr¨¢gil, ¡°circular como la vida¡±, con la que buscar, dice Creosote en una larga explicaci¨®n, su propia identidad, como escoc¨¦s, como persona.
De hecho, en el gran saco de trabajos que acumula, como esos discos caseros que publica con su propio sello, hab¨ªa uno que ya le sirvi¨® para explorar la historia de su pa¨ªs. Fue la pel¨ªcula From Scotland With Love, a la que puso banda sonora en 2014. ¡°No buscas lo que puede triunfar, sino lo que late en tu subconsciente, el submundo que hay debajo de ti¡±, arguye. Con sus ojos expresivos, lo dice tambi¨¦n a modo de defensa. Despu¨¦s de varios discos, entre ellos el sobresaliente That Might Well Be It, Darling, producido por Paul Savege de sus compatriotas The Delgados, reconoce su falta de relevancia comercial y medi¨¢tica. ¡°Cuanto m¨¢s me alejo de Escocia, menos gente viene a verme a un concierto. En Madrid podr¨ªan ser 40 personas. ?Cu¨¢nta gente podr¨ªa ser m¨¢s all¨¢ de esta ciudad?¡±, dice con una sonrisa.
Conviene apuntarlo: su mayor ¨¦xito fue su colaboraci¨®n con el compositor y m¨²sico de electr¨®nica Jon Hopkins en el ¨¢lbum Diamond Mine, nominado a los premios Mercury. En ese trabajo, Creosote se sali¨® de su par¨¢metro m¨¢s reconocible, ese folk de esp¨ªritu ac¨²stico y delicado, por el que desea seguir apostando en el futuro, aunque est¨¢ abierto a futuras asociaciones que rompan su ¡°molde¡±. ¡°No puedes intentar cumplir las expectativas de nadie que no seas t¨²¡±, se defiende con una larga argumentaci¨®n en la que se cuelan el Brexit, el refer¨¦ndum de independencia de Escocia y, desde otra perspectiva, las reflexiones que contiene Astronaut meets Appleman. Vuelve a mirar la grabadora y hace una pregunta ret¨®rica: ¡°?Todav¨ªa le queda bater¨ªa? Es como yo. Tiene energ¨ªa para rato¡±.
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