Vodevil de corazones giratorios

Una comedia de bulevar, en la que se atisba apenas un principio de debate sobre la conveniencia o no de ocultar cosas importantes a nuestros seres queridos. Alicia, su coprotagonista, que ha visto a un amigo suyo casado bes¨¢ndose con una extra?a, quiere cont¨¢rselo a la esposa (amiga suya tambi¨¦n), en contra de la opini¨®n de Pablo, su marido, que atisba el terremoto que semejante revelaci¨®n desencadenar¨ªa.

Florian Zeller, autor de La mentira, re¨²ne a ambas parejas durante una cena, en el curso de la cual Alicia pretende quedarse a solas con Laura, mientras Pablo intenta evitarlo a toda costa. No cuento m¨¢s: lo que viene despu¨¦s es un juego de apariencias y confesiones muy bien urdido, en el cual no es f¨¢cil saber siempre de qu¨¦ lado cae la verdad. Cuando, tras muchos vaivenes humor¨ªsticos, parece llegado el final de la comedia, Zeller hace como Yasmina Reza en Tres versiones de la vida y vuelve a mostrarnos una de sus primeras escenas, ahora desde otro punto de vista, en un golpe de efecto que deja clarito, demasiado quiz¨¢, lo que hasta el momento se nos hab¨ªa relatado con cierto margen de ambig¨¹edad.

Por suerte, en esta traves¨ªa Carlos Hip¨®lito ocupa el puente de mando: a cada papel, est¨¢ mejor que en el anterior. Es un virtuoso de la contenci¨®n. Pocos actores expresan tanto con gestualidad tan parca: parece que estuviera trabajando para la c¨¢mara, pero comunica de miedo, incluso con los espectadores de las filas de atr¨¢s. Su econ¨®mica manera de estar contrasta con la mucho m¨¢s extravertida de Natalia Mill¨¢n, actriz perfecta de emoci¨®n, energ¨ªa y presencia: no cabe pedirle m¨¢s, sino quiz¨¢ un poquito menos.

Respecto a las zalamer¨ªas que se hace la pareja de invitados (Armando del R¨ªo y Mapi Sagaseta), parecen m¨¢s propias de reci¨¦n casados que de quienes llevan muchos a?os de matrimonio: no son coherentes con lo que se ver¨¢ despu¨¦s. Es el autor quien truca sus papeles, pero cabe preguntarse si la direcci¨®n no podr¨ªa haberles inyectado una punta de iron¨ªa. Eso no quita que Claudio Tolcachir conduzca esta comedia ligera con el mismo oficio que exhibi¨® en obras de tanto calado como Tierra del Fuego.