¡®Halcyon¡¯: ?El fin del televisor?
La primera serie pol¨ªc¨ªaca que invita a resolver un asesinato en realidad virtual
Imagina poder sumergirte en tu serie favorita; introducirte en el mundo de la ficci¨®n y presenciar la acci¨®n junto a los personajes. Esa parece ser la promesa que hace Halcyon, una nueva producci¨®n del canal SyFy, mezclando realidad virtual con televisi¨®n, que se estren¨® el 22 de septiembre. La serie, desarrollada por un estudio canadiense, combina 10 cap¨ªtulos de televisi¨®n tradicionales con 5 episodios en realidad virtual. Estos episodios, semejantes a un videojuego, requieren que el espectador interact¨²e con la trama directamente.
Halcyon supone una novedad crucial en el panorama del entretenimiento contempor¨¢neo. La sencillez de su trama (el misterioso asesinato del CEO de una empresa en el a?o 2040) delata la verdadera intenci¨®n de este proyecto: ser el primer experimento en un medio completamente nuevo.
La realidad virtual obedece reglas completamente distintas de las del cine. El lenguaje audiovisual, tal y como lo conocemos, se basa principalmente en el montaje. En el collage de im¨¢genes y sonidos que combinados se estructuran en una historia. En la realidad virtual, el montaje se antoja m¨¢s complicado. El espectador deja de ser espectador: no mira de forma pasiva, sino que interact¨²a y mira all¨¢ donde desee.
La tecnolog¨ªa es nueva, pero la idea no. Ya en los a?os 30, el fil¨®sofo alem¨¢n Walter Benjamin predijo en el entretenimiento, ¡°un deseo de las masas por acercarse a las cosas, tanto espacial como sentimentalmente¡±. Adem¨¢s, el cr¨ªtico franc¨¦s Andr¨¦ Bazin propon¨ªa a mediados del siglo pasado, una especie de ¡®mirada democr¨¢tica¡¯: animaba a los cineastas a rodar con una gran profundidad de campo para que todos los planos fuesen n¨ªtidos y por lo tanto, el espectador pudiese mirar donde quisiera.
Halcyon introduce la interactividad y por lo tanto lleva esta teor¨ªa m¨¢s all¨¢. Se requiere la participaci¨®n del espectador para avanzar la trama pero, por otra parte, tampoco supone la libertad absoluta: como en los videojuegos, la interacci¨®n sigue encauzada por el narrador y no cualquier acci¨®n es posible.
No solo el modelo h¨ªbrido de la serie es una novedad, sino que curiosamente, la realidad virtual puede acabar con el televisor. Al comprar la app de la serie, uno puede ponerse las gafas de realidad virtual y aparecer en un sal¨®n futurista. Ah¨ª, un televisor gigante le dar¨¢ la opci¨®n de ver la serie dentro de la realidad virtual. Si la RV no acabar¨¢ con el televisor, al menos si lo har¨¢ con la miop¨ªa: aunque el cerebro piensa que est¨¢ en un mundo de tres dimensiones con distancias, la pantalla en realidad est¨¢ a mil¨ªmetros de los ojos, y por lo tanto todo es n¨ªtido.
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