Broodthaers: la exposici¨®n es la obra
El Reina Sof¨ªa dedica una muestra a uno de los artistas m¨¢s prof¨¦ticos del siglo XX
En solo 12 a?os, Marcel Broodthaers (Bruselas, 1924-Colonia, 1976) logr¨® acceder al olimpo del arte contempor¨¢neo. Y no lo hizo siguiendo las tendencias predominantes de su tiempo, que arranc¨® en 1960, cuando decidi¨® saltar de la poes¨ªa hacia las artes visuales, con una puesta en cuesti¨®n y una parodia sin piedad todo el entramado del mundo del arte: desde la galer¨ªa hasta los museos y pasando, por supuesto, por los propios artistas. Ese feroz cuestionamiento protagoniza la exposici¨®n Una retrospectiva, que el Reina Sof¨ªa dedica al artista belga en la planta baja del edificio Sabatini. Son m¨¢s de 300 piezas con las que se recrean sus m¨²ltiples actividades y que en Espa?a se han podido ver parcialmente en dos exposiciones, una en la Fundaci¨®n T¨¤pies centrada en sus pel¨ªculas y otra antol¨®gica en este mismo museo, en 1992. Coproducida con el MoMA de Nueva York, donde se ha exhibido a comienzos de a?o, tras su clausura en Madrid, en enero de 2017, viajar¨¢ a D¨¹sseldorf.
Una obra titulada La grand-m¨¨re (la abuela, de 1964) sirve para arrancar el recorrido por la exposici¨®n. Dentro de un marco de madera en forma ovalada hay un retrato dibujado con c¨¢scara de huevo, conchas de mejill¨®n, un vaso de pl¨¢stico, una bomba de bicicleta, un cepillo de limpieza y una peque?a figura de porcelana. Manuel Borja-Villel, director del museo y comisario de la muestra junto al conservador del MoMA Chistophe Cherix, explica que en esta pieza se encuentra el fundamento de lo que vendr¨ªa despu¨¦s; por sus referencias a los ready-made de Marcel Duchamp o al surrealismo y el humor de su compatriota Ren¨¦ Magritte y por su alejamiento de las tendencias dominantes en los 60, el pop, el minimalismo o el conceptualismo. ¡°Poeta en origen, no se le puede adscribir a una t¨¦cnica determinada. Incorpora los elementos de la poes¨ªa a las artes visuales para desmontar las l¨ªneas de la vanguardia. Aunque en los 60, cuando ¨¦l arranca en el arte, los medios audiovisuales son un referente para los dem¨¢s, ¨¦l prefiere trabajar con las ideas de Mallarm¨¦, La Fontaine o Baudelaire. Es, sin duda, un artista imprescindible de la segunda mitad del siglo XX, hasta el punto de que en todo el arte posterior a los 90, encontramos herencia de su obra¡±.
La materia b¨¢sica de la exposici¨®n del Reina Sof¨ªa son las sucesivas muestras que el propio artista organiz¨®, incluida Mus¨¦e d¡¯Art Moderne, D¨¦partement des Aigles, aquel museo de las ¨¢guilas ficticio creado originariamente en su propio domicilio, como parodia del arte establecido.
Pero antes de llegar a eso, el visitante encuentra una sucesi¨®n de piezas atiborradas de mejillones, huevos o representaciones de patatas fritas. ¡°Son referencias a una supuesta identidad de los belgas¡±, coment¨® Borja-Villel durante un recorrido por la exposici¨®n. ¡°Lo mezcla tambi¨¦n con cr¨ªticas nada sutiles al colonialismo. ?l cuestiona la idea de representaci¨®n y de producci¨®n de significados a partir de im¨¢genes tan conocidas dentro y fuera de su pa¨ªs, como los mejillones. Rechazaba frontalmente que las obras se convirtieran en objetos de especulaci¨®n comercial o que fueran los museos los que determinaran su importancia¡±.
Con la ayuda de la viuda
Mar¨ªa Gilissen Broodthaers, viuda del artista, le acompa?¨® desde 1961 como musa y primera cr¨ªtica y como ayudante y fot¨®grafa. El testamento especificaba en sus primeras l¨ªneas que "ella es la ¨²nica autoridad para la supervisi¨®n de las consecuencias de mi actividad art¨ªstica". Y as¨ª ha sido en las exposiciones que en todo el mundo se le han venido dedicando al artista belga y as¨ª se le ha podido ver durante las ¨²ltimas semanas en el Reina Sof¨ªa junto al comisario espa?ol, Manuel Borja-Villel. Ambos se conoc¨ªan desde 1997, cuando el espacio que entonces dirig¨ªa el ahora director del Reina, la Fundaci¨® T¨¤pies realiz¨® la exposici¨®n Cin¨¦ma, una muestra centrada en su cine que despu¨¦s viajar¨ªa a Santiago de Compostela, Berl¨ªn y D¨¹seldorf. En la presentaci¨®n a la prensa, Mar¨ªa Gilissen recordaba que entonces y ahora hay una oportunidad de que los j¨®venes artistas de todo el mundo conozcan la obra de Broodthaers. "Aqu¨ª se ha hecho una lectura muy performativa de su obra. Era dif¨ªcil trabajar con ¨¦l porque cambiaba continuamente. En cada lugar hay una lectura distinta y todas son v¨¢lidas".
?Que hubiera opinado al ver su obra expuesta en un museo como este? El director del Reina no tiene dudas. ¡°Le hubiera gustado. Hubiera disfrutado viendo que sus planteamientos siguen adquiriendo cada vez nuevos significados, nueva vida¡±.
La producci¨®n de objetos, dibujos, textos, montajes fotogr¨¢ficos, instalaciones, acciones, libros, ediciones y pel¨ªculas llega hasta 1968. A partir de ah¨ª, se muestran sucesivas exposiciones realizadas en su momento por el propio artista que montaba de manera diferente cada vez y en las que rechazaba la idea de significado. Lejos de facilitar las claves para entender su obra, sol¨ªa despachar las preguntas sobre el sentido de sus creaciones respondiendo que eran simples objetos en venta.
Concebida como una exposici¨®n de exposiciones, seg¨²n la idea de los comisarios, el mismo acceso a las salas ha sido transformado en escenario con ocho palmeras pertenecientes a su montaje La entrada de la exposici¨®n, (1974) obra que recuerda los suntuosos jardines que preced¨ªan los palacios de exposiciones de las ferias de arte del siglo XIX.
En 1968, Marcel Broodthaers anunci¨® al mundo que dejaba de ser artista y que se convert¨ªa en director de su propio museo. Lo bautiz¨® como Museo de Arte Moderno, Departamento de las ?guilas , en alusi¨®n a la altura que alcanzan estas aves en su vuelo y lo abri¨® en su propia casa, aunque el domicilio era itinerante. Era una parodia de las instituciones muse¨ªsticas en la que, como se puede ver en la muestra, mont¨® doce representaciones temporales de espaldas a lo que entonces se pod¨ªa ver en los centros de arte convencionales, como el arte popular o el cine. El museo ten¨ªa su propio servicio de documentaci¨®n, publicidad, comunicaci¨®n y administraci¨®n. Ni que decir tiene que el experimento fue un desastre econ¨®mico.
En una de las ¨²ltimas exposiciones recreadas en el Reina Sof¨ªa, titulada el Angelus de Daumier (1975) se incluye una pieza titulada La sala Banca, prestada por el Pompidou, en la que se recrea como era en realidad la vivienda de Broodthaers en el n¨²mero 30 de la rue de la P¨¦pini¨¨re de Bruselas, donde present¨® por vez primera su Museo de Arte Moderno. Broodthaers hizo que un pintor de letreros cubriera toda la estructura con palabras relacionadas con el arte y la creaci¨®n art¨ªstica. Despu¨¦s a?adi¨® luces y extendi¨® una cuerda para impedir la entrada. Describi¨® el resultado final como ¡°una perfecta planta baja peque?o burguesa donde las palabras flotan¡±.
Babelia
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