¡®Los ¨²ltimos rom¨¢nticos¡¯: la misteriosa pel¨ªcula de un alma buena en una sociedad que se derrumba

Las pel¨ªculas sobre ¨¦pocas que se extinguen siempre tienen sustancia de w¨¦stern crepuscular, aunque no lo sean. Los ¨²ltimos rom¨¢nticos, segundo largo de David P¨¦rez Sa?udo, basado en una novela de Txani Rodr¨ªguez, tiene esp¨ªritu de derrota colectiva, de tiempo que se agota, de sociedad corrompida por una especie de debacle moral en la que no caben las almas buenas como la de su protagonista.

No es dif¨ªcil ver en el personaje interpretado con irrespirables dolor, convicci¨®n y ternura por Miren Gazta?aga a la ¨²ltima resistente en una pradera del Oeste, rodeada de cuatreros (el vecino que se le mea en la puerta y le deja las colillas junto al felpudo), terratenientes (los due?os de la f¨¢brica de papel higi¨¦nico en la que trabaja), capataces duros y colindantes insensatos. Una comancher¨ªa que mira para otro lado ante los desaf¨ªos que el mundo ha cargado sobre ella. Los sentimientos de comunidad vecinal y laboral entre trabajadores han desaparecido, con una frontera entre huelguistas y esquiroles marcada por una valla.

Es una mujer aislada y rara en un paisaje que se derrumba: una poblaci¨®n industrial de ?lava que puede extrapolarse a muchos otros lugares y tiempos. S¨®rdida y fabuladora, dolorosa y sombr¨ªa, misteriosa y po¨¦tica, Los ¨²ltimos rom¨¢nticos es una pel¨ªcula noble y rotunda, un meritorio salto en la carrera de Sa?udo, estajanovista del cortometraje (15, entre 2011 y 2023; nada menos que cuatro en este ¨²ltimo a?o), que hab¨ªa debutado en el largo en 2020 con Ane, historia con retazos del terrorismo en el Pa¨ªs Vasco que tambi¨¦n aparecen en un par de di¨¢logos de su nuevo trabajo.

A la mujer protagonista la est¨¢ aplastando una sociedad en descomposici¨®n. Un modo de ser y de estar entre la gente que ya no est¨¢ amparado por la dignidad ni por el apoyo, sino por la desconfianza y el individualismo. Gente malencarada en un mundo malencarado. Por ah¨ª pululan la muerte reciente de una madre, un bulto en el pecho con pinta de fatal herencia, los conflictos con los vecinos, las dudas laborales. Hipocondr¨ªa, soledad y paranoia. Y un ¨²nico consuelo, quiz¨¢ lo mejor de la pel¨ªcula: las continuas llamadas al servicio de atenci¨®n telef¨®nica de Renfe, en busca de un ¨²nico operador de voz calmada, grave y amistosa, para informarse de los horarios de salida de trenes que nunca coger¨¢ y de billetes que nunca comprar¨¢. Unos pasajes que Sa?udo resuelve de un modo tan ins¨®lito como atractivo, integr¨¢ndolos en una especie de realismo m¨¢gico a la vasca: seco, austero y leal.

Pel¨ªcula desgarradora y dif¨ªcil, aunque muy aut¨¦ntica y finalmente esperanzadora, Los ¨²ltimos rom¨¢nticos es exigente cine social que no encuentra parang¨®n, pues se aleja de modelos al uso con los que se la podr¨ªa haber vinculado en principio: los hermanos Dardenne, Ken Loach y Michael Haneke, principalmente. En un mundo hostil, sin unos valores que hemos decidido tirar por la ventana, a¨²n hay almas buenas y extra?as. Y pel¨ªculas rom¨¢nticas que no van de parecerlo, sino de serlo.