Explotaci¨®n, incultura y desigualdad
El editor Gonzalo Pont¨®n se estrena como ensayista con una historia alternativa del siglo XVIII que trata de desmontar los mitos de igualdad, libertad y fraternidad
Gonzalo Pont¨®n ha sido (y es) uno de los grandes editores espa?oles del ¨²ltimo medio siglo, y no hay un solo cultivador de las ciencias sociales de su ¨¦poca que no le sea deudor en mayor o menor medida. Adem¨¢s, su labor ha sido especialmente fecunda en el campo de la publicaci¨®n de obras de historia, de modo que no resulta nada extra?o que, animado por sus logros en este g¨¦nero editorial, por su licenciatura en Historia Moderna y Contempor¨¢nea en la Universidad de Barcelona y por la constante complicidad que ha mantenido con el brillante prologuista de su libro, el maestro Josep Fontana, haya dedicado una parte de estos ¨²ltimos a?os a preparar y finalmente escribir un libro que es la historia del mundo occidental en el siglo XVIII vista desde una perspectiva original (alejada del manual, y tambi¨¦n del ensayo que simplemente juega con los hechos y las ideas sin una base bibliogr¨¢fica firme), y al mismo tiempo, y quiz¨¢ m¨¢s, una historia de los primeros pasos de la afirmaci¨®n del capitalismo moderno.
Tomando el t¨ªtulo de la obra como punto de partida, hay que empezar diciendo que su posici¨®n ante el auge de la desigualdad entre los pa¨ªses y dentro de los pa¨ªses, acelerado en las ¨²ltimas d¨¦cadas en todos los terrenos (desigualdad econ¨®mica con astron¨®micas diferencias de las rentas; desigualdad social asociada al exacerbado paro estructural y a la brutal incidencia de las crisis en las clases empujadas a los m¨¢rgenes del sistema; desigualdad vital asociada a la mayor mortalidad, mayor morbilidad y menor esperanza de vida; desigualdad existencial para toda una parte de la humanidad que carece de horizontes e inicia largas migraciones empujada por la desesperaci¨®n y abocada a la muerte ante las cuchillas de las vallas de los pa¨ªses poderosos y despiadados) no puede sino suscitar la adhesi¨®n de los lectores progresistas, aunque pueda resbalar ante la sensibilidad de papel de lija de los pol¨ªticos c¨®modamente sentados en los aforados esca?os de los senados o en los bien remunerados sillones de los consejos de administraci¨®n de las grandes empresas.
Gonzalo Pont¨®n ha escrito un libro lleno de sugerencias y de invitaciones al debate, que debe leerse con todo detenimiento
Acudiendo a rengl¨®n seguido a las tesis centrales del libro, sus p¨¢ginas, eruditas e inteligentes, saben tambi¨¦n abordar con vigor varias cuestiones fundamentales para la caracterizaci¨®n del Antiguo R¨¦gimen, permitiendo un fruct¨ªfero di¨¢logo. Ahora bien, aqu¨ª hay primero que decir que naturalmente la desigualdad no es un invento del siglo XVIII: la sociedad esclavista es un ejemplo de sociedad basada en la desigualdad legal, pero la sociedad cristiana medieval y moderna lo es al mismo t¨ªtulo, tanto si utilizamos la fractura estamental (sanci¨®n jur¨ªdica de la desigualdad mediante el privilegio) como si nos remitimos a las divisiones clasistas, seg¨²n el lugar ocupado por cada grupo dentro del sistema de producci¨®n y apropiaci¨®n de los bienes, por utilizar los t¨¦rminos nunca superados en claridad conceptual de Karl Marx. El siglo XVIII propuso, en general, aunque con muchos matices regionales, un proceso de modernizaci¨®n que se presentaba bajo la capa ideol¨®gica de que as¨ª todos se beneficiar¨ªan (en mayor o menor medida, pero todos) del progreso a conseguir, aunque en la realidad este proceso se hizo, en muchos casos, de modo que el progreso fuera s¨®lo para unos y a costa de otros, provocando una acentuaci¨®n de la desigualdad heredada, que llegaba a t¨¦rminos aberrantes en el caso de las periferias europeas lastradas por la servidumbre y de las periferias coloniales lastradas por la esclavitud. La valoraci¨®n de esas ecuaciones es el quid de esta historia.
Otra cuesti¨®n de suma importancia es la caracterizaci¨®n del reformismo ilustrado y de la propia Ilustraci¨®n. Aqu¨ª tambi¨¦n todo depende de la definici¨®n inicial. El despotismo ilustrado es una versi¨®n tard¨ªa del absolutismo que pretende conseguir una mayor centralizaci¨®n del poder y una mayor capacidad de fomento econ¨®mico. Es tambi¨¦n (y aqu¨ª enlazar¨ªamos con lo anterior) un sistema que trata de conciliar la pol¨ªtica de modernizaci¨®n con el ordenamiento vigente, es decir, que no persigue un cambio social, sino mantener a cada cual en su ¡°estado¡±. Desde ese punto de vista, su principal objetivo es propiciar el progreso como un modo de conseguir la paz social y de prevenir la revoluci¨®n, de tal modo que el mayor alegato contra la desigualdad habr¨ªa de provenir del Gobierno revolucionario de Robespierre en 1793. Por su parte, la Ilustraci¨®n no es, obviamente, una panacea, como bien subraya el autor, aunque, sin embargo, habr¨ªamos de darle algunos t¨ªtulos prestigiosos, puesto que afirm¨® el imperio de la raz¨®n, inspirada por la naturaleza (lo natural contra lo heredado o tradicional y lo natural contra lo sobrenatural, abriendo el paso a la demolici¨®n intelectual de las creencias religiosas), y se pronunci¨® abiertamente por los valores laicos de la utilidad p¨²blica y la felicidad en este mundo, haciendo gala de un optimismo apenas moderado por la iron¨ªa del C¨¢ndido de Voltaire o del Faustino de Johann Pezzl, alegato con que el autor cierra el libro.
En conclusi¨®n, Gonzalo Pont¨®n ha escrito un libro lleno de sugerencias y de invitaciones al debate, que debe leerse con todo detenimiento. No debo, sin embargo, dejar de se?alar al final que su visi¨®n de las Luces en Espa?a es exageradamente pesimista, ya que a los nombres que cita (Gaspar Melchor de Jovellanos o Antoni de Capmany) habr¨ªa que unirles otros que omite, como los que formaron la plana mayor de los debeladores de los reaccionarios recalcitrantes de ¨²ltima hora (Jos¨¦ Agust¨ªn Ib¨¢?ez de la Renter¨ªa, Valent¨ªn de Foronda o Le¨®n de Arroyal) o como aquellos que aunaron solvencia en su disciplina y solidez en sus principios progresistas, como Luis Garc¨ªa del Ca?uelo, Leandro Fern¨¢ndez de Morat¨ªn, Francisco de Goya o Alejandro Malaspina.
La lucha por la desigualdad Gonzalo Pont¨®n Pr¨®logo de Josep Fontana Pasado & Presente Barcelona, 2016 850 p¨¢ginas. 29 euros
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