Fuenteovejuna se alza desde la chabola
Las actrices gitanas del poblado sevillano de El Vacie que asombraron con ¡®La casa de Bernarda Alba¡¯ reinventan ahora el cl¨¢sico de Lope de Vega
Roc¨ªo Montero se aferra a su cayado al empezar el ensayo. Con ese bast¨®n ha recorrido los principales teatros de Espa?a durante los ¨²ltimos siete a?os representando la Bernarda Alba de Lorca. ¡°No podr¨ªa actuar sin ¨¦l. Me da fuerza. Me quita el miedo¡±, confiesa. En cuanto lo agarra, Roc¨ªo olvida sus problemas diarios y se convierte en actriz. Olvida que vive en una chabola en el poblado sevillano de El Vacie. Olvida tambi¨¦n que a veces por la ma?ana se pone a pedir a la puerta del Mercadona. Y que en algunas tiendas no la dejan entrar. Tiene 56 a?os, siete hijos y un poderoso f¨ªsico gitano que le impide pasar inadvertida.
Pero ahora Roc¨ªo no est¨¢ ensayando la Bernarda. El bast¨®n le sirve para meterse en la piel del alcalde de Fuenteovejuna en la famosa obra de Lope de Vega. Queda solo una semana para el estreno en el Teatro Central de Sevilla y empiezan los nervios. Nervios de las seis compa?eras de El Vacie que figuran en el reparto (entre ellas dos de sus hijas); nervios de los dos actores profesionales payos que las acompa?an; nervios tambi¨¦n de la directora, Pepa Gamboa, la misma con la que estrenaron el drama de Lorca en 2009. ¡°Esta es m¨¢s dif¨ªcil. Es m¨¢s antigua, muy grande. Y muy dura. Hay violaciones, asesinatos, polic¨ªa, gente mala. Yo paso miedo cuando me torturan¡±, dice Sandra Ram¨ªrez, una de las hijas de Roc¨ªo.
El montaje de La casa de Bernarda Alba por gitanas de El Vacie ha sido uno de los fen¨®menos esc¨¦nicos m¨¢s destacados de la ¨²ltima d¨¦cada en Espa?a. Producido por el centro de investigaci¨®n teatral TNT, cuya sede se encuentra a cinco minutos del poblado, ha sido reiteradamente alabado por la cr¨ªtica y se ha programado en dos de los principales templos de la cartelera no comercial del pa¨ªs, el Teatro Espa?ol de Madrid y el Lliure de Barcelona. Y a¨²n sigue la gira con funciones sueltas en distintas ciudades. Era l¨®gico que buscaran una segunda parte. ¡°Surgi¨® Fuenteovejuna. Nada mejor que este cl¨¢sico de Lope, en el que un pueblo se levanta contra los abusos del poder, para conectar con estas actrices que viven diariamente marginadas. Tambi¨¦n es la primera obra espa?ola en la que se rebela una mujer¡±, explica la directora.
?C¨®mo ha conseguido esta iniciativa distinguirse entre decenas de proyectos de teatro aficionado o teatro social y abrirse hueco en el quisquilloso mundillo art¨ªstico profesional? ¡°Quiz¨¢ porque precisamente no est¨¢ concebido como un proyecto social. Desde el principio lo he abordado como un trabajo puramente art¨ªstico. No soy asistente social, soy directora de teatro. No pretendo adoctrinar a las gitanas ni mostrar al p¨²blico sus miserias, solo hacer teatro¡±, razona Gamboa. ¡°Tampoco intento ocultar sus carencias ni sus dificultades, eso habr¨ªa sido imposible, sino aprovecharlas¡±, contin¨²a. He aqu¨ª su secreto.
¡°Somos distintas, somos iguales¡±
Cuando el Ayuntamiento de Sevilla dio al director teatral Ricardo Iniesta la posibilidad de elegir entre un solar junto a Los Remedios (uno de los barrios m¨¢s ricos de Sevilla) y otro al lado de las chabolas de El Vacie para levantar la sede de TNT, no lo dud¨®: escogi¨® la segunda. En esa zona perif¨¦rica podr¨ªa alcanzarse mucho mejor uno de los objetivos fundamentales del proyecto: la inclusi¨®n social por medio de las artes esc¨¦nicas. ¡°Por entonces [el espacio fue inaugurado en 2008] los taxistas no se acercaban a la rotonda contigua al asentamiento porque hab¨ªa casos de apedreamiento de veh¨ªculos con heridos. Los bares y las tiendas (incluido Carrefour) ten¨ªan vedado el paso a los habitantes del poblado¡±, recuerda el director.
Ya en 2008 empezaron los talleres con los habitantes del barrio. En pocos meses las gitanas de El Vacie que se hab¨ªan apuntado a un curso se engancharon. As¨ª naci¨® la idea de montar La casa de Bernarda Alba. Despu¨¦s llegaron los aplausos, los viajes, la fama. "Pero yo no me siento actriz. Solo cuando estoy en el escenario. Despu¨¦s vuelvo a mi chabola y todo sigue igual. Bueno, no todo: ahora me dejan entrar en el Carrefour", cuenta Roc¨ªo Montero, pese a que su imagen con cayado se ha convertido en un icono teatral. "Somos distintas porque hemos visto cosas fuera del barrio. Ciudades muy bonitas y casas preciosas. Pero cuando volvemos a casa somos otra vez iguales", matiza su hija Carina. Todas siguen viviendo en El Vacie. El dinero del teatro (de 120 a 130 euros por funci¨®n) no da para un piso.
Dificultades, de hecho, hay muchas. A diario. Carina Ram¨ªrez, otra de las hijas de Roc¨ªo, llega con el coraz¨®n en un pu?o. Su hijo de 12 a?os tiene una infecci¨®n grave, lleva todo el d¨ªa de m¨¦dicos. Y su marido est¨¢ imposible. ¡°En la obra de Bernarda ¨¦ramos todas mujeres, pero aqu¨ª hay un payo que hace de Comendador. Est¨¢ con celos todo el tiempo¡±, dice. A pesar de ello Carina se presenta puntual al ensayo en el TNT. Ella es de las pocas mujeres de El Vacie que saben leer. ¡°No tenemos papeles. Nos dicen las frases y las repetimos hasta que las aprendemos¡±, explica Sandra. Su marido lleva dos a?os preso. ¡°Sale en seis meses. A ver si la obra aguanta y me puede ver¡±, suspira.
?Y c¨®mo recitan versos del Siglo de Oro unas actrices que apenas vocalizan? El autor Antonio ?lamo ha creado una dramaturgia a pie de escena para adaptar el texto de Lope a su l¨¦xico. ¡°No buscamos la literalidad, sino las emociones. No intentamos trasladar el Siglo de Oro a esta ¨¦poca ni trazar un paralelismo con las desigualdades que sufren en El Vacie. Simplemente intentamos extraer lo que ellas entienden de aquel levantamiento contra el poder. Con sus palabras y su po¨¦tica¡±, afirma Gamboa.
Roc¨ªo Rivas, la m¨¢s joven de la compa?¨ªa, tiene un momento favorito. ¡°Cuando Laurencia, mi personaje, dice: ¡®Ovejas sois, bien lo dice de Fuenteovejuna el nombre¡¯. As¨ª empieza la revoluci¨®n¡±, exclama. ¡°A m¨ª me gusta sobre todo cuando el pesquisidor me pregunta ¡®?Qui¨¦n mat¨® al Comendador?¡¯. Y yo le digo: Fuenteovejuna lo hizo, se?or. Fuenteovejuna", opina Carina. "Fuenteovejuna me da energ¨ªa. Me da fuerza¡±, remarca. Quiz¨¢ eso sea lo que intent¨® transmitir Lope.
Babelia
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