La demolici¨®n del amor
Los protagonistas se ven obligados a convivir en el mismo hogar, cuando hace ya tiempo que el amor mut¨® en su reverso
El espacio dom¨¦stico como territorio de conflicto y la toxicidad de las relaciones familiares son una constante en el cine del belga Joachim Lafosse, que, en su anterior trabajo, Los caballeros blancos (2015), plante¨® un radical cambio de registro observando, con la misma inclemencia, los claroscuros en la gesti¨®n solidaria de una ONG. Despu¨¦s de nosotros no solo marca un regreso del cineasta a su foco de inter¨¦s prioritario, sino que revela un marcado afinamiento de sus estrategias, que pone temporalmente en cuarentena aquellos elementos de Propiedad privada (2006) y Perder la raz¨®n (2012) que pod¨ªan espolear un cierto extra?amiento en el espectador, ya fuera por la extrema disfuncionalidad del universo retratado o por la naturaleza tr¨¢gica de su desenlace. Lo que se captura en Despu¨¦s de nosotros es, tambi¨¦n, un infierno, pero con incuestionable condici¨®n de espejo capaz de apelar de manera directa a todo espectador.
DESPU?S DE NOSOTROS
Direcci¨®n: Joachim Lafosse.
Int¨¦rpretes: B¨¦r¨¦nice Bejo, C¨¦dric Kahn, Mathe Keller, Jade Soentjens.
G¨¦nero: drama. Francia, 2016
Duraci¨®n: 100 minutos.
En Propiedad privada, dos hermanos gemelos de pertinaz inmadurez y enfermizo apego a lo que quedaba de un hogar roto actuaban como desp¨®tico obst¨¢culo frente a la necesidad de emancipaci¨®n vital de una madre con visibles limitaciones en sus mecanismos de empat¨ªa y afecto. Perder la raz¨®n, inspir¨¢ndose libremente en un caso real, segu¨ªa el descenso a la locura de una mujer que, obligada a convivir con el padre adoptivo de su marido, acababa somatizando su convivencia familiar en asfixia existencial. En el cine de Lafosse, afecto y econom¨ªa son dos factores estrechamente relacionados: el t¨ªtulo original de Despu¨¦s de nosotros es un significativo L¡¯¨¦conomie du couple y el hecho de que las ¨²ltimas palabras que se escuchan en la pel¨ªcula posean la objetiva frialdad notarial de un reparto de bienes fija esa idea de la debilidad de lo emocional cuando se colapsa lo material.
Los protagonistas de Despu¨¦s de nosotros se ven obligados a convivir en el mismo hogar, ante la mirada desarmante de sus dos hijas, cuando hace ya tiempo que el amor mut¨® en su reverso. Lafosse, salvo en un momento puntual, no sale de ese espacio convertido en campo de batalla. Capaz de aportar matices con un r¨¢pido cambio de foco o de convocar las emociones m¨¢s devastadoras cuando parece volver a brotar un afecto ya condenado y, por tanto, ef¨ªmero, el cineasta logra aqu¨ª un trabajo maduro y complejo a trav¨¦s de un planteamiento formal tan pertinente ¨Cuna coreograf¨ªa del desamor entre cuatro paredes- que se hace imperceptible.
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