La Balcells

Si pudiera definirse a Carmen Balcells con el t¨ªtulo de una pel¨ªcula podr¨ªa ser Dios y el Diablo en la tierra del sol, tal era la personalidad de la agente literaria mas importante de Espa?a. Dios para todos sus autores y diablo para casi todos los editores. Tonter¨ªas aparte, lo cierto es que el espacio Imprescindibles, con gui¨®n de Pau Subir¨®s y Xavi Ay¨¦n, que emiti¨® en su honor La 2 el pasado lunes, dejaba constancia de una luchadora obstinada que consigui¨® liberar a los escritores de los contratos leoninos que imperaban hasta que lleg¨® ella y situar a Barcelona en la ¨¦lite de las capitales mundiales de la literatura.

Volc¨¢nica, Mam¨¢ grande... surgen todos los elogios habidos y por haber de la muy agradecida, y mejor, escuder¨ªa de la literatura en castellano. Su bonhom¨ªa impone a quienes le rinden sus cari?osos recuerdos alejarse de la pedanter¨ªa: hablan de ella con la misma sencillez con la que ella se expresaba. Vargas Llosa, Mars¨¦, Carme Riera, Rodrigo Garc¨ªa (hijo de Gabo), Isabel Allende, la viuda de Mutis, Cercas, Mendoza... son algunas de las piezas del mosaico que perfila su humanidad, una manera de ser que, como se?alaba Juan Cruz, "pudo haber sido la directora de la CIA o la jefa del KGB. No ped¨ªa favores, daba ¨®rdenes. A mi me llam¨® para decirme que ten¨ªa que conseguir un helic¨®ptero de los de la SER, de los que van a la Vuelta, para sacar de la nevada Soria a N¨¦lida Pi?¨®n y al taxista y llevarles a Barajas". Ordeno y mando, y tambi¨¦n generosa y querida.

Dejemos que sea la propia Balcells la que resuma su obra y su vida en la comida que le dieron sus autores en su 80 cumplea?os: "Pero bueno, ?qu¨¦ es esto? Cuando se mueren hay un minuto de silencio en todas partes. Despu¨¦s les ponen una calle y mientras viven les pagan 100 d¨®lares... Much¨ªsimas gracias por existir a cuya sombra yo he tenido una vida excepcional".