El secretario general de la OTAN enfada a los escritores noruegos
La autobiograf¨ªa del socialista Jens Stoltenberg enciende una pol¨¦mica sobre los derechos de autor
Pocos libros de memorias se salvan de la pol¨¦mica. En el caso del socialista noruego Jens Stoltenberg, actual Secretario General de la OTAN, que acaba de estrenarse en la moda de las autobiograf¨ªas pol¨ªticas, la mecha de la controversia no la han prendido tanto las p¨¢ginas de su primer libro, a la cabeza de la lista de los m¨¢s vendidos en Noruega, como las condiciones privilegiadas de sus derechos de autor. El sello Gyldendal lanzaba a principios de octubre Min historie (Mi historia), un repaso pol¨ªtico y personal de quien se convirtiera, a los 41 a?os, en el primer ministro m¨¢s joven de la historia del pa¨ªs escandinavo, en el a?o 2000. Su jugoso acuerdo editorial, de un inusual 20% de derechos de autor¨ªa, ha levantado encendidas cr¨ªticas entre los escritores noruegos.
Entre sus m¨²ltiples acuerdos especiales, la regulaci¨®n del negocio editorial noruego permite que los autores est¨¦n exentos de pagar el IVA de las ventas de los libros en papel, como apoyo de la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica a la literatura en noruego frente a la competencia anglo-estadounidense. ¡°Los contratos entre editores y autores comparten los mismos est¨¢ndares de derechos [alrededor del 15%] para todos. Esto permite que un debutante desconocido tenga la misma fuerza que Jo Nesb? y Jostein Gaarder¡±, explica a este diario el conocido escritor Tom Egeland, una de las caras visibles de la protesta frente al ¡°trato de favor¡± a Stoltenberg, quien podr¨ªa recibir 7,6 millones de coronas [m¨¢s de 840.000 euros] por vender 100.000 ejemplares, frente a los 5,7 millones [m¨¢s de 630.000 euros] que ganar¨ªa cualquier otro autor.
¡°Stoltenberg ha sido un defensor ferviente de los convenios colectivos. Es insolidario y lamentable que negocie mejores condiciones que los dem¨¢s autores¡±, Tom Egeland, escritor
Las asociaciones de escritores y traductores noruegos recuerdan que el propio Stoltenberg hab¨ªa impulsado en su segundo mandato medidas protectoras para los autores. ¡°Stoltenberg ha sido un defensor ferviente de los convenios colectivos y los acuerdos laborales de solidaridad. Es insolidario y lamentable que negocie mejores condiciones que los dem¨¢s, teniendo en cuenta sus antecedentes pol¨ªticos e ideol¨®gicos. Pero es una cuesti¨®n moral y ¨¦tica, no legal¡±, se?ala Egeland, miembro de la directiva de la Norske Forfatterforening (la Asociaci¨®n Noruega de Escritores). ¡°El sector ahora es ambiguo. Algunos editores ven en los convenios colectivos una tarifa m¨ªnima, pero para la mayor¨ªa son un est¨¢ndar fijo¡±, a?ade.
Noruega no hab¨ªa conocido una pol¨¦mica similar desde que en 1996 Arne Olav Brundtland, marido de la ex primera ministra laborista y ex directora general de la OMS Gro Harlem-Brundtland, aprovechara un vac¨ªo legal para evitar pagar a Hacienda medio mill¨®n de coronas tras publicar sus memorias. En el caso de Stoltenberg, los escritores alertan de que el negocio editorial noruego se americanice. ¡°En Estados Unidos, casi todos los autores deben tener un agente, y los m¨¢s populares consiguen las mejores condiciones. En Noruega, la mayor¨ªa apoya una pr¨¢ctica solidaria. Con cinco millones de habitantes, es imposible dejar que los mecanismos del mercado lo dirijan como en EE UU. Algunos escritores noruegos desean que las negociaciones sean libres. Es una forma de pensar comercial y perfectamente legal, pero durante un siglo los escritores noruegos hemos defendido los convenios colectivos y solidarios¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.