Devociones justificadas
'Sombras del tiempo', de Fernando Valls, defiende el valor del relato breve de autores como Mar¨ªas, Mill¨¢s o Cerrada
A Fernando Valls se le meti¨® entre ceja y ceja hace muchos a?os que la desatenci¨®n general en Espa?a hacia la narrativa breve desalojaba del centro de la literatura a un buen pu?ado de escritores y, sobre todo, exclu¨ªa de la expectativa de lectura feliz a demasiados textos valiosos. Algo parecido estuvo en el origen de los trabajos que ha ido publicando en los ¨²ltimos 30 a?os en torno al cuento, el relato y el microrrelato espa?ol, incluidas algunas antolog¨ªas muy bien prologadas, como una que hizo ¨¦poca: Son cuentos.
Hoy sabemos que ten¨ªa raz¨®n Valls y el acopio m¨¢s voluminoso y sistem¨¢tico de esas razones est¨¢ en este otro t¨ªtulo, Sombras del tiempo. Lo dice con palabras de Cristina Fern¨¢ndez Cubas porque en efecto se remonta a tiempos sombr¨ªos, aunque alcanza hasta el inmediato presente. Si uno cre¨ªa que ya hab¨ªa le¨ªdo todo lo que hab¨ªa que leer sobre la vida del cuento en Espa?a, se equivocaba. La tenacidad sistem¨¢tica de Valls obtiene la recompensa de descubrir caladeros de cuentos y modulaciones narrativas que han ido disolvi¨¦ndose en la pura omisi¨®n o la ignorancia. De ah¨ª que sean particularmente felices las aproximaciones a los autores m¨¢s secretos (o que lo fueron), como el caso de Max Aub o de Juan Eduardo Z¨²?iga. Ninguno tiene ya nada de secreto, pero s¨ª otros que aqu¨ª salen con s¨®lidas razones: un exiliado como ?lvaro Fern¨¢ndez Su¨¢rez o un hombre tan discreto como Antonio N¨²?ez, de quien muchos recordar¨¢n sus entrevistas en?nsula pero apenas nadie sus cuentos.
Pero no es un libro de rescates sino de atenciones y devociones justificadas. Su centro nervioso es seguramente la voluntad de levantar el valor del relato breve de un pu?ado de autores asociados con el relato largo. Entre ellos, Javier Mar¨ªas, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, Luis Mateo D¨ªez, Jos¨¦ Mar¨ªa Merino o Esther Tusquets, que es querencia muy directa de Valls, y, junto con Cristina Fern¨¢ndez Cubas, quiz¨¢ los dos escritores m¨¢s ¨ªntimamente le¨ªdos en el libro.
Es un libro acad¨¦mico pero no s¨®lo. A Valls se le escucha en esta o aquella aprensi¨®n civil y pol¨ªtica, bien sea mientras atiende a la relojer¨ªa de los relatos de Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n o a la turbaci¨®n de Los peces de la amargura, de Fernando Aramburu, bien sea a costa de la formaci¨®n literaria de algunos de los m¨¢s recientes narradores. Pero ninguna aprensi¨®n grave arruina el cuadro de la vitalidad numerosa de nuevos nombres. A Elvira Navarro, precisamente, le advierte en uno de los ensayos sobre la necesidad de precisar mejor el g¨¦nero que tiene entre manos, mientras el libro se remata con una escritora tan joven como Marta Perezagua (autora de la refrescante Don Quijote en Manhattan). El lector sale del tomo seguro de que el relato vive agitado en manos de autores casi desconocidos, al menos para m¨ª, como Pablo Andr¨¦s Escapa o Cristina Cerrada, o de otros tan reconocibles a simple vista como Andr¨¦s Neuman o Cristina Grande.
Sombras del tiempo. Fernando Valls. Iberoamericana Vervuert. Madrid, 2016. 716 p¨¢ginas. 36 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.