La confusi¨®n adolescente
Pel¨ªcula imperfecta de Andr¨¦ T¨¦chin¨¦ con soberbios estallidos de conocimiento del ser humano, de t¨ªtulo inspirado en un verso de Arthur Rimbaud,
Durante la adolescencia, el deseo interior y la actitud exterior pocas veces siguen caminos paralelos, acordes el uno con el otro. Lo incomprensible, lo inexplicable y lo rechazable, tanto para una sociedad que sigue esquinando en demas¨ªa determinados comportamientos y sensibilidades, como para familias centradas en un ¨²nico estacionamiento moral, se unen en el interior de un cuerpo y una mente que a¨²n no acaban de entenderse entre ellos, y su salida al exterior puede ir acomodada incluso en conductas radicalmente opuestas a los deseos m¨¢s ocultos de esa persona. Un conflicto interno que el veterano Andr¨¦ T¨¦chin¨¦, con amplia experiencia en el relato de los ardores y dolores de la adolescencia, configura como semilla de la atractiva Cuando tienes 17 a?os, pel¨ªcula imperfecta de soberbios estallidos de conocimiento del ser humano, de t¨ªtulo inspirado en un verso de Arthur Rimbaud, que parad¨®jicamente, ahora que el director se ha convertido en septuagenario, es una de las m¨¢s esperanzadoras de su filmograf¨ªa.
CUANDO TIENES 17 A?OS
Direcci¨®n: Andr¨¦ T¨¦chin¨¦.
Int¨¦rpretes: Kacey Motett Klein, Corentin Fila, Sandrine Kiberlain, Alexis Loret.
G¨¦nero: drama. Francia, 2016.
Duraci¨®n: 114 minutos.
Desde la que quiz¨¢ sea su mejor pel¨ªcula, la magn¨ªfica Los juncos salvajes (1994), el cine de T¨¦chin¨¦ se ha ido desequilibrando en sus engranajes generales, en la unidad narrativa, aunque en beneficio de sus descargas puntuales de genio. Y algo de esto vuelve a ocurrir en Cuando tienes 17 a?os, historia que utiliza una excusa demasiado peregrina, o poco trabajada, para lograr reunir en una misma casa a los dos adolescentes protagonistas, pero que, obviado el atajo, se defiende con pasi¨®n en un territorio que tiene a Teorema, de Pier Paolo Pasolini, como punto ¨¢lgido: el del personaje que irrumpe en una hogar para desequilibrar interiormente a sus moradores y sacar a la luz sus soterradas sexualidades.
Jugando de un modo muy sabio tanto con la ambig¨¹edad (el sue?o de la madre, la tard¨ªa presentaci¨®n del padre del chico de la granja) como con el retraso en la concreci¨®n de los subtextos principales (que tardan casi una hora en hacerse visibles del todo), T¨¦chin¨¦ ha compuesto una interesante obra sobre la expulsi¨®n del deseo por los caminos m¨¢s extra?os, una pel¨ªcula inequ¨ªvocamente suya. "Deber¨ªa ser sensato, pero yo no soy sensato. Y no s¨¦ qu¨¦ puedo hacer", clamaba uno de los personajes de Los juncos salvajes, ebrio de confusi¨®n y deseo. "Cuando tienes 17 a?os no puedes ser formal", dijo el poeta. Te emborrachas, divagas y palpitas. Te equivocas y te levantas. Justo como la pel¨ªcula.
Babelia
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