Apoteosis del plano subjetivo
La pel¨ªcula rusa lleva al l¨ªmite su relato de ciencia ficci¨®n mostrado durante todo el metraje a trav¨¦s de la mirada de su personaje central
El plano subjetivo cinematogr¨¢fico, ese que muestra directamente el punto de vista del personaje, con el que vemos la acci¨®n en forma de protagonista de la propia pel¨ªcula, est¨¢ tambi¨¦n en la base de buena parte de los videojuegos, que lo llevan al extremo de la exclusividad. Sentirse el centro de actuaci¨®n no es lo mismo que observar la acci¨®n, y aunque su inmersi¨®n en el ¨²ltimo cine de acci¨®n y de terror (de El proyecto de la bruja de Blair a REC) ha sido recurrente, la pel¨ªcula rusa Hardcore Henry lleva tambi¨¦n al l¨ªmite al plano subjetivo: su relato de ciencia ficci¨®n, en tono de pel¨ªcula de acci¨®n y lucha, se muestra durante todo el metraje a trav¨¦s de la mirada de su personaje central, al que, por tanto, s¨®lo se le vislumbran en algunos momentos brazos, piernas y resto del cuerpo, aunque nunca rostro, gracias a un rodaje en el que el actor (?o ser¨ªa el operador?) lleva una m¨¢scara con una c¨¢mara GoPro, de gran ligereza, que filma carreras, saltos, luchas, explosiones, desmembramientos, vuelos y fornicaciones.
HARDCORE HENRY
Direcci¨®n: Ilya Naishuller.
Int¨¦rpretes: Sharlto Copley, Danila Kozlovsky, Haley Bennett, Darya Charusha.
G¨¦nero: acci¨®n. Rusia, 2015.
Duraci¨®n: 96 minutos.
Producida por Timur Bekmambetov (Ben-Hur), que ha vuelto desde Hollywood a Rusia para que su compatriota Ilya Naishuller demuestre un evidente logro t¨¦cnico y de coreograf¨ªa de las escenas de acci¨®n, Hardcore Henry es una en¨¦rgica experiencia que, eso s¨ª, quiz¨¢ se agote en su propio mecanismo de actuaci¨®n, sobre todo por el hecho de que no es el espectador el que maneja la acci¨®n (como en los videojuegos), sino el director, lo que puede llevar a la sensaci¨®n de estar viendo a alguien jugar en el sof¨¢ sentado a tu lado durante hora y media.
Con un (casi) continuo gran angular fotogr¨¢fico, Naishuller, tambi¨¦n guionista, sabe acompa?ar su acci¨®n con una excelente selecci¨®n musical, de la electr¨®nica a los Sonics pasando por Devendra Banhart, y se agradece su gamberrismo e iron¨ªa. Pero ser¨ªa bueno que no se tomara la pel¨ªcula como pionera, y s¨ª como una refrescante curiosidad. Obras como La dama del lago y La senda tenebrosa, ambas de 1947, ejercitaron el punto de vista subjetivo y, en materia de peleas, nadie como Scorsese en Toro salvaje y Sam Fuller en la primera secuencia de Una luz en al hampa, para crear desasosiego con planos subjetivos en los que el espectador recib¨ªa golpes al mismo tiempo que el personaje. Planos que vienen incluso del cine mudo: el maestro Stroheim ya los utiliz¨® en una pelea a latigazos de La reina Kelly. Y era el a?o 1929.
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