Lady Gaga: ¡°Crec¨ª resentida con mi padre por ser sobreprotector¡±

Los coloridos saris de las invitadas a una boda hind¨² que se celebra en el interior sacian por unos minutos las ansias de extravagancia de las decenas de fans de Lady Gaga que esperan, cobijados bajo sus paraguas, a las puertas del lujoso hotel Langham de Londres. Arriba, su hero¨ªna desgrana con un grupo de periodistas europeos el reto que propone a esos mismos seguidores, los que la convirtieron en la gran estrella del pop pero complicaron su evoluci¨®n creativa. La nueva propuesta, si fuera un guion de melodrama adolescente, ser¨ªa aceptarla tal como es.

Se antoja complicado avanzar en el terreno de la provocaci¨®n est¨¦tica cuando a los 25 a?os tienes una entrada de Wikipedia dedicada al vestido realizado con filetes de carne crudos que luciste en una gala de los Grammy en 2010. Eso puede explicar el viaje a la normalidad en el que lleva los ¨²ltimos a?os embarcada Stefani Joanne Angelina Germanotta. Y el destino del viaje se encuentra en la segunda de esas cuatro palabras: Joanne. Su segundo nombre, el de su difunta t¨ªa, el del restaurante de su padre, el de la tragedia que marc¨® a su familia, el de su nuevo disco y el de la canci¨®n m¨¢s ¨ªntima que ha escrito nunca.

¡°Mi segundo nombre es Joanne, me lo pusieron por la hermana de mi padre, que muri¨® a los 19 a?os de lupus¡±, explica. ¡°Joanne estaba en el hospital. Ten¨ªa algo que le crec¨ªa en las manos y los m¨¦dicos recomendaron que se las cortaran para salvar su vida. Pero mi abuela dijo que no. Porque Joanne era una artista: pintaba, escrib¨ªa poes¨ªa, hac¨ªa tipograf¨ªa. Era muy especial y usaba sus manos. As¨ª que su madre no quiso que sus ¨²ltimos momentos en la Tierra fueran sin su instrumento. Por eso el primer verso de la canci¨®n dice toma mis manos.

Lady Gaga cuenta que no alcanzaba a comprender ¡°la profunda tristeza¡± de su padre, que mira al suelo con expresi¨®n grave mientras su hija desvela las intimidades familiares en esta habitaci¨®n de hotel. ¡°Me sent¨ªa abrumada en la cena de Navidad cuando mi abuelo Giuseppe, lloraba en la mesa¡±, explica. ¡°Recuerdo los mocos saliendo de esa gran nariz siciliana, aquel pa?uelo de tela y las lagrimas. De ni?a, no lo puedes procesar. Yo era muy rebelde y crec¨ª resentida con mi padre por ser sobreprotector. ?l abri¨® un restaurante, al que llam¨® Joanne y mi hermana y yo bail¨¢bamos abrazadas por ah¨ª y hac¨ªamos el tonto con un poco de vino. Me di cuenta de que soy parte de una gran familia que ha perseverado a pesar del dolor. Una familia de inmigrantes italoamericanos, duros trabajadores. No soy tan diferente. Y es ah¨ª donde reside ahora mi creatividad. Pienso en c¨®mo escribir una canci¨®n con la que pueda identificarse alguien que cree que no tiene nada que ver conmigo. ?Dios m¨ªo, somos solo seres humanos! Lo dem¨¢s son ropas, ideas, estilismos, ilusiones perfectas¡±.

Balada folk

La canci¨®n que da t¨ªtulo al disco es la m¨¢s sorprendente de las cuatro que, horas antes del encuentro con la artista, se permiti¨® escuchar a los periodistas. Una balada folk alejada de los llenapistas sobre los que ciment¨® su carrera. El resto de la selecci¨®n ¡ªincluido el primer single, Perfect Illusion¡ª encaja m¨¢s en ese plan de dominaci¨®n mundial que puso en marcha con su debut, The Fame, y que descarril¨® tres discos despu¨¦s con Artpop (2013).

Decidi¨® salir del atolladero a bordo de un veh¨ªculo seguro: su voz. Para despejar dudas sobre sus capacidades vocales ¡ªy adornarse con la p¨¢tina de respetabilidad que confiere la pleites¨ªa a los mayores¡ª eligi¨® un disco de est¨¢ndares de jazz a d¨²o con Tony Bennet (Cheek to Cheek, 2014), su billete de ida a la madurez.

Pero Cheek to Cheek no deja de ser un entretenimiento. Es ahora, con Joanne, cuando deber¨¢ comprobar si sus fans conectan con la nueva Lady Gaga. Para ello se ha rodeado de geniecillos del indie como Beck, Father John Misty, Kevin Parker (de Tame Impala) y, sobre todo, Mark Ronson, el productor del Back to Black de Amy Winehouse.

Lady Gaga vendi¨® 30 millones de discos y fue la artista m¨¢s interesante del cambio de d¨¦cada. Ahora la reina, como el rey de la f¨¢bula de Andersen, est¨¢ desnuda. Ya no luce una langosta en la cabeza, sino simples leggins negros, zapatos planos, camisa remangada y el pelo recogido en un mo?o. ¡°Me siento m¨¢s c¨®moda as¨ª¡±, asegura. ¡°Antes me sent¨ªa mejor expresando mi interior a trav¨¦s de la ropa. No era una m¨¢scara, lo que ve¨ªas es lo que era. Demasiada gente cree que a los artistas les importa su opini¨®n sobre su trabajo. Pero no eres un artista si no tienes una perspectiva. Y tiene que ser tuya. Hab¨ªa mucho alrededor de m¨ª que era artificial. Era m¨¢s dif¨ªcil cuando cada d¨ªa me sent¨ªa obligada a estar a la altura de las expectativas de alguien. Prefiero levantarme y decir: ¡°Esta soy yo¡±.