Marcela Serrano novela el exilio rural impuesto por la dictadura de Pinochet
En ¡®La novena¡¯, la escritora chilena introduce por primera vez en una de sus obras a un protagonista masculino
Conocida por los personajes femeninos que retrata en sus libros, Marcela Serrano (Santiago de Chile, 1951) decidi¨® convertir ¡ªpor primera vez¡ª a un hombre en el protagonista de una de sus novelas. Aunque pareciera que es esa la caracter¨ªstica distintiva de La novena (Alfaguara), para la autora de obras como Nosotras que nos queremos tanto y Lo que est¨¢ en mi coraz¨®n, este personaje masculino solo le ¡°abre puertas a las voces de las mujeres¡±.
En el d¨¦cimo libro de la escritora chilena, Miguel Flores es un soci¨®logo de 20 a?os que es relegado por la dictadura de Pinochet a un pueblo lejano donde es acogido por Amelia, una viuda de mediana edad. Este hecho y el lugar donde se desarrolla la acci¨®n?¡ªel fundo en el que ahora vive Serrano¡ª son elementos autobiogr¨¢ficos, pues la madre de la escritora tambi¨¦n acogi¨® a un joven en esa ¨¦poca, aunque aclara que lo que ocurre despu¨¦s entre ellos es mera ficci¨®n.
La curiosidad de Flores va revelando el personaje de Amelia y el de las mujeres que la rodean. Seres fuertes de una familia adinerada que han sacado adelante a la familia de generaci¨®n en generaci¨®n, otro hecho sobre la vida de la autora: ¡°Todos los hombres en mi familia se dedicaron a perder la tierra, y las mujeres a conservarla. Yo dir¨ªa que estoy rodeada de mujeres fuertes¡±, afirma. Aunque discrepa cuando le preguntan por las que viven en sus obras: ¡°No siempre las mujeres de mis novelas son todas fuertes, yo no estoy de acuerdo con eso¡±, dice casi en forma de protesta.
Pero Amelia s¨ª es de las fuertes. Resiste a enga?os, decepciones, traiciones y hasta momentos en los que su integridad f¨ªsica se ve comprometida. La traici¨®n y el resentimiento son un elemento importante de La novena, aunque Marcela Serrano se?ala que eso no es autobiogr¨¢fico.
Una herida abierta
La historia central se desarrolla en 1985, durante la dictadura de Pinochet, un hecho que siempre est¨¢ presente de una forma u otra en sus libros. Asegura que no escribe novelas pol¨ªticas, pero lo que s¨ª hace es situarlas en momentos determinados de la pol¨ªtica chilena. ¡°Los ¨²ltimos 40, 50 a?os en Chile est¨¢n tan marcados por la actividad pol¨ªtica, las vidas personales de todos est¨¢n marcadas por eso tambi¨¦n¡±. Es casi imposible no asociarlas, pues para ella la herida de la dictadura estar¨¢ abierta hasta que su generaci¨®n desaparezca.
Reconoce que en la actualidad en Chile ¡°se ha avanzado mucho¡± en la pol¨ªtica, y que tener una presidenta mujer ha ayudado para cambiar la perspectiva de los hombres: "Desde el punto de vista de la psicolog¨ªa del pa¨ªs se abri¨® una puerta que ya no se cierra". Aunque critica la falta de representaci¨®n femenina en otros ¨¢mbitos.
Sobre las secuelas de la dictadura, para ella el dise?o econ¨®mico del pa¨ªs que se hizo en el per¨ªodo de Pinochet es una de las herencias m¨¢s pesadas que quedaron. ¡°No tenemos salud gratuita ni de calidad, con la educaci¨®n pasa lo mismo. El pago de pensiones es una burla. Hay mucho descontento en t¨¦rmino de pol¨ªtica social¡±. Pero a pesar de los problemas a los que se enfrentan actualmente, defiende que "Chile es un pa¨ªs que funciona".
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