El pop ¡°rococ¨®¡± de The Divine Comedy

La aparici¨®n de The Divine Comedy en la escena pop brit¨¢nica a principios de los noventa ya situ¨® su nombre al margen de cualquier corriente en boga. Nada que ver con el grunge, ni con el shoegazing. Ni rastro de la fusi¨®n entre indie, rock y acid iniciada por Primal Scream. Y, por supuesto, nada que ver con el britpop que estaba por llegar. Entre otras cosas porque Neil Hannon, el talento tras The Divine Comedy, es irland¨¦s. Escuetamente vestido de negro, con redondas gafas oscuras, Hannon hac¨ªa un pop ajeno a lo que musicalmente ocurr¨ªa entonces a su alrededor. M¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s, sigue ah¨ª, habitando su propio mundo, haciendo una m¨²sica que bebe a la vez del pop orquestal de los sesenta, el cabaret, los musicales y la chanson. Acompa?ado por su banda, se podr¨¢ escuchar en el festival BIME de Bilbao este s¨¢bado. Luego, en febrero en conciertos en Sevilla y Madrid.

¡°Soy perfeccionista, pero vago, me conformo enseguida con lo que he hecho¡±

¡°S¨¦ que muestro mis influencias de una manera muy obvia¡±, admite Hannon por tel¨¦fono desde Irlanda. ¡°Pero tambi¨¦n creo que nadie ha mezclado todos esos elementos de la manera en que lo hago yo. No estoy siendo inmodesto, es que no veo a nadie m¨¢s haciendo algo similar. Y quiz¨¢ hacen bien en no intentarlo porque es una locura¡±, dice con una risa.

As¨ª como lleva muy a gala sus influencias, Hannon tambi¨¦n exhibe un envidiable sentido del humor, seguramente m¨¢s que necesario cuando alguien decide construir un mundo art¨ªstico al margen de todo lo que gusta al gran p¨²blico y cautiva a la cr¨ªtica. Cada vez que aparece un disco con el nombre de The Divine Comedy en la portada no tardan en florecer adjetivos como cl¨¢sico y barroco. ¡°Yo creo que la cima del barroquismo la alcanc¨¦ en 1994, cuando publiqu¨¦ el ¨¢lbum Promenade, una ¨¦poca en la que las secuencias circulares de acordes de Michael Nyman me atra¨ªan mucho. ?Mucho m¨¢s que la m¨²sica barroca! A lo mejor lo que quieren decir los que me siguen tachando de barroco es que soy rococ¨®¡±, r¨ªe.

Foreverland, el recientemente publicado ¨¢lbum de The Divine Comedy no es ni una cosa ni la otra, sino otra estilizada mezcla de m¨²sicas diversas que ¨²nicamente responde a los gustos de su creador. ¡°Me reconozco como hijo del arte de principios del siglo XX. Mis escritores favoritos son E. M. Forster, Evelyn Waugh y F. Scott Fitzgerald. En cuestiones musicales me gustan mucho Maurice Ravel, Ralph Vaughn Williams y Gabriel Faur¨¦. En pintura, los surrealistas, los fauvistas y los simbolistas. En definitiva, arte de una ¨¦poca en la que las estructuras tradicionales se tambaleaban antes de ser completamente desechadas¡±.

No obstante, Hannon no est¨¢ anclado en el pasado. Su m¨²sica tiene v¨ªnculos con estilos previos al pop o de las primeras etapas de este, pero una parte esencial de sus influencias procede del periodo inmediatamente posterior al punk. ¡°Las estructuras y las letras de mis canciones le deben mucho a la era dorada del pop brit¨¢nico, que para m¨ª va de 1978 a 1982, una etapa en la cual surgen nombres como Elvis Costello, Joe Jackson, Squeeze, los grupos de sintetizadores como Soft Cell y muchas m¨¢s cosas que me ense?aron lo que necesitaba para componer canciones. Ah¨ª tenemos otro periodo cl¨¢sico, sin duda¡±.

En Foreverland cultiva ese campo musical propio, tras haber tenido el proyecto de The Divine Comedy seis a?os en barbecho. ¡°Ten¨ªa encargos que atender. Y quer¨ªa grabar otro ¨¢lbum sobre cr¨ªquet con mi amigo Thomas [Walsh, con el que forma The Duckworth Lewis Method, d¨²o exclusivamente dedicado a hacer discos inspirados en ese deporte]. ?El mundo necesitaba otro ¨¢lbum sobre cr¨ªquet, por supuesto que s¨ª!¡±.

En el momento de conceder esta entrevista lleva ya dos meses hablando de Foreverland.¡°Es agotador, me arrepiento de haber hecho este est¨²pido disco¡±, dice bromeando una vez m¨¢s. ¡°Soy un perfeccionista, pero un perfeccionista vago, enseguida me quedo conforme con lo que he hecho. Y ahora aqu¨ª estoy otra vez, explicando a The Divine Comedy y por primera vez en mi vida, deseando subir al autob¨²s que me llevar¨¢ de gira para descansar de todo esto. La ¨²ltima vez que fui me acababa de romper el dedo y no pude tocar la guitarra. Esta vez s¨ª podr¨¦ hacerlo, ?no es una gran noticia?¡±.