Un viaje al coraz¨®n de Jos¨¦ Tom¨¢s

El toro. Oscuro, muerto, soberbio. Su sangre en blanco y negro. O roja salpicando la pupila. No importa mucho. El fot¨®grafo Carlos Cazalis (Ciudad de M¨¦xico, 1969) retrata el universo con los ojos cerrados, buscando el recuerdo. Ese es el signo de su libro Sangre de reyes (editorial RM). Un viaje al coraz¨®n del ritual, a ese c¨ªrculo pagano en cuyo interior reina Jos¨¦ Tom¨¢s.

La obra recapitula nueve a?os siguiendo al maestro espa?ol de plaza en plaza. Desde su reaparici¨®n en 2007, en Barcelona, hasta su derrota en enero de 2016, en Ciudad de M¨¦xico. El resultado es una disecci¨®n en 88 im¨¢genes de las tardes de gloria y vac¨ªo del toreo. ¡°Quiero que el p¨²blico capte lo que es una corrida; lo primero es ver, luego que cada uno interprete lo que quiera¡±, explica Cazalis.

No hay complacencia en su trabajo. El miedo, la derrota y hasta la protesta contra la fiesta tienen su espacio. Tampoco se mitifica. En las im¨¢genes, Jos¨¦ Tom¨¢s reta y es volteado. A veces muerde la arena. Incluso cuando manda y domina es el animal quien gana la mirada. El toro, casi siempre, se sit¨²a por encima del matador.

¡°El toro nunca muere; muere en la plaza pero la especie contin¨²a. Y con esto no intento justificar la muerte. Es una filosof¨ªa. El s¨ªmbolo del toro nunca muere¡±, dice Cazalis en una conversaci¨®n con el periodista Jon Lee Anderson que cierra el libro.

Ese tono reflexivo impregna la obra. Ah¨ª est¨¢n las miradas perdidas de Jos¨¦ Tom¨¢s, los rincones olvidados o las tomas de un p¨²blico lejano y astral. Hay algo evanescente en cada imagen. ¡°El toreo y los rituales que utilizan la muerte son una memoria viva que nos lleva a entender lo que hacemos aqu¨ª. A trav¨¦s del toro se nos brinda la oportunidad de ver una muerte ordenada, en met¨¢fora quiz¨¢, para superar los miedos y nuestra resistencia a morir¡±, a?ade.

La obra de Cazalis tiene sentido cl¨¢sico. Ganador del World Press Photo 2009 por su trabajo sobre las vidas marginales en S?o Paulo, su c¨¢mara juega habitualmente entre la denuncia social y la antropolog¨ªa. El mundo los toros viene despu¨¦s. En su familia hay tres generaciones de matadores y ese conocimiento determina la exactitud de su fotograf¨ªa. En todo momento evita el exceso. Los planos son limpios y las p¨¢ginas avanzan a buen ritmo. Un trazado paralelo al del propio Jos¨¦ Tom¨¢s, del que Cazalis admira su depuraci¨®n y sus maneras antiguas de torear. ¡°Es alguien que arriesga y se acerca a la muerte. Por eso la gente acude a verle¡±.

En Sangre de reyes las im¨¢genes van intercaladas con textos del afroamericano Richard Wright. Al di¨¢logo final entre Cazalis y Lee Anderson le siguen un ensayo de Jacques Durand y un relato po¨¦tico del cronista mexicano Jos¨¦ Cuel¨ª. El conjunto es arm¨®nico. 212 p¨¢ginas de tauromaquia pura. El toro y Jos¨¦ Tom¨¢s. Lo dem¨¢s es accidental.