L¨¢grimas a la americana

Las historias de superaci¨®n est¨¢n en la gen¨¦tica del modo de vida y del sistema americanos. Estados Unidos es un pa¨ªs forjado por infinidad de haza?as, grandes y peque?as, o al menos as¨ª nos lo han contado: sus libros, sus pel¨ªculas, tanto los buenos como los malos. Relatos inspiradores que, a modo de espejo, serv¨ªan a muchos otros para lograr salvar barreras f¨ªsicas, y seguramente sociales. La experiencia, m¨¢s o menos edulcorada, como m¨¦todo de autoayuda.

Sin embargo, no parece que, en general, el af¨¢n de superaci¨®n vaya en el ADN del espa?ol. Echen un vistazo a su alrededor, incluy¨¦ndose a usted mismo, y reflexionen. Quiz¨¢ por todo ello son pocas las pel¨ªculas de nuestro pa¨ªs asentadas en semejante subtexto, en el estilo de esas obras de Hollywood "m¨¢s grandes que la vida". Si se piensa en producciones minoritarias, sinceras y rigurosas, surge el documental Las alas de la vida (Antoni P. Canet, 2006). Y si se piensa en cine popular, con af¨¢n de mayor¨ªas, el que rebrota es Antonio Mercero y pel¨ªculas como Planta 4?. Poco m¨¢s. Pero quiz¨¢ porque EE UU lo acaba globalizando casi todo, o porque el ¨¦xito en medio mundo de obras como la francesa Intocable, al parecer el c¨®ctel perfecto de comedia, drama, dulzura, az¨²car, mentira y rugosidad, ha inspirado esa comercialidad arraigada en el dolor superado, no parece tan extra?o que surjan otras como 100 metros, dirigida y escrita no por casualidad por Marcel Barrena, autor de Mundo peque?o (2013), otro documental sobre la cuesti¨®n.

Basada en la historia real de Ram¨®n Arroyo, un treinta?ero con esclerosis m¨²ltiple al que dijeron que no podr¨ªa recorrer sin ayuda ni 100 metros y que acab¨® superando muchos obst¨¢culos, la pel¨ªcula tiene todos los ademanes de ese cine americano de superaci¨®n: ternura, humor, drama y mensaje de asistencia moral que a muchos servir¨¢ de modelo y a alg¨²n otro le producir¨¢ rechazo, sobre todo si llega a la conclusi¨®n de que, m¨¢s que la autosuficiencia, lo que se est¨¢ rozando es la inservible terquedad.

Junto a Dani Rovira, que sale airoso de un papel evidentemente complicado, destaca un reparto de excelentes int¨¦rpretes, con Karra Elejalde y Alexandra Jim¨¦nez, a la cabeza, perfectos para mezclar, que no para aunar (esto es una comedia dram¨¢tica, no una comedia negra), risas y tragedia, adem¨¢s del buen trabajo con la luz de Xavi Gim¨¦nez. Pero la pel¨ªcula, otra m¨¢s, est¨¢ medida hasta la extenuaci¨®n. Como una perfecta campa?a de donaci¨®n de fondos que, eso s¨ª, llenar¨¢ de l¨¢grimas los rostros de los habituales consumidores de sentimentalismo.