Aramburu y Faciolince: la culpa y la v¨ªctima frente a su caducidad
Dos escritores de ¨¦xito, relacionados con la violencia en el Pa¨ªs Vasco y en Colombia, se conocen en San Sebasti¨¢n tras un a?o de mensajes sobre sus vidas y la literatura


Uno se acuerda de c¨®mo dos sicarios rapados y motorizados acribillaron a su pap¨¢ por ser un hombre bueno: Medell¨ªn, 25 de agosto de 1987. El otro, de c¨®mo era el color de los muertos que se iban ¡ªsin saber por qu¨¦¡ª y el de los vivos que se quedaban ¡ªaunque acojonados¡ª en aquel barrio de Ibaeta, en Donostia, y en general en Euskadi: los grises setenta y ochenta y el goteo mortal de ETA.
La violencia y su memoria siempre han perseguido desde distintas esquinas y sombras, a H¨¦ctor Abad Faciolince (Medell¨ªn, 1958) y a Fernando Aramburu (San Sebasti¨¢n, 1959). Casi de la misma quinta y casi de la misma estirpe: la de quienes decidieron un d¨ªa llevar a la literatura sus obsesiones, que son su memoria, y con ello hacer libros. Ayer se conocieron en un San Sebasti¨¢n lluvioso, aunque llevaban un a?o haci¨¦ndolo, y hablaron de la culpa y de la condici¨®n de v¨ªctima y de la caducidad de ambas. Ayer se vieron, pero a golpe de d¨ªas, semanas, meses e infinidad de folios, perd¨®n, correos, hab¨ªan ido sabiendo el uno al otro, en una correspondencia/terapia de 14 cartas (entre septiembre de 2015 y junio de 2016) cuya misi¨®n primordial coincide con el arranque de aquel verso de Jorge Manrique en Coplas a la muerte de su padre: ¡°Recuerde el alma dormida¡¡±. Todo menos el olvido, a pesar de que esos libros que escribieron se titulan cosas como El olvido que seremos (Abad Faciolince) o Los peces de la amargura (Aramburu).
Esa correspondencia fue orquestada por los responsables de San Sebasti¨¢n-Donostia 2016 y forma parte de uno de los cap¨ªtulos m¨¢s ambiciosos y originales de todo el programa de la capitalidad cultural europea que ya enfila su recta final. Bernardo Atxaga, Harkaitz Cano, Bel¨¦n Gopegui, Luisa Etxenike, Mircea Cartarescu, Dubravka Ugresic, Patrik Ourednik y Arantxa Urretabizkaia han sido otros de los nombres que han conformado la n¨®mina de esta serie de correspondencias vertebrada bajo el t¨ªtulo Chejov VS Shakespeare y situadas en el marco del tema ¡°del conflicto¡±¡ y no hace falta decirlo, esa palabra ha sido, es y seguir¨¢ siendo una palabra infinitamente controvertida y manoseada por estos lares. Algunos dicen conflicto. Sea. Otros prefieren hablar de asesinatos en cadena, hasta m¨¢s de 900, o de crimen organizado. Sea. Y muchos se empachan hablando de ¡°equidistancia¡±. Pues vale. As¨ª que conv¨¦ngase: a priori parec¨ªa de todo menos c¨®modo para los ide¨®logos de la capitalidad cultural montar un ciclo epistolar as¨ª.
"Situaci¨®n delicada"
Cada pareja de baile de esta conversaci¨®n epistolar ve ahora la luz en forma de libro (Editorial Erein, cada uno de ellos con un pr¨®logo del escritor israel¨ª Amos Oz) y de encuentros p¨²blicos en el sal¨®n de actos del Aqu¨¢rium donostiarra. El primero tuvo lugar este lunes. All¨ª, a tres pasos del tanque de los tiburones, se sentaron Aramburu y Faciolince entre libros ca¨ªdos por el suelo para dar cuenta de sus intercambios.
Dos libros como El olvido que seremos ¡ªdonde Abad Faciolince habla del asesinato de su padre, el doctor y profesor H¨¦ctor Abad G¨®mez, a manos de paramilitares¡ª y Patria ¡ªnovel¨®n en el que Aramburu regresa a la intersecci¨®n entre la memoria, el olvido y la violencia de ETA¡ª han vertebrado en gran medida el encuentro entre ambos. ¡°El asesinato del padre de H¨¦ctor me pon¨ªa en una situaci¨®n delicada: en mis cartas no quer¨ªa caer en el tono jocoso o juguet¨®n que utilizo a veces, o peor a¨²n, en un tono solemne o en el patetismo¡±, dijo Fernando Aramburu, que naci¨® en el mismo a?o en que naci¨® ETA.
Aramburu lament¨® c¨®mo algunos familiares y amigos de v¨ªctimas de ETA sigue reproch¨¢ndole que los escritores no dediquen m¨¢s espacio y tiempo a las v¨ªctimas, ¡°pero para escribir de las v¨ªctimas del terrorismo antes hay que conocerlas¡ porque una cosa es hablar con ellas y otra muy distinta hablar de ellas¡±. El propio H¨¦ctor Abad Faciolince ha recordado c¨®mo se pas¨® 20 a?os en silencio tras el asesinato de su padre, ¡°y solo cuando pude ponerme a escribir de ello me cur¨¦¡ hace mucho tiempo ya que no me siento v¨ªctima¡±, explic¨®, y cont¨® que por eso no quiso estar en las conversaciones de La Habana sobre el proceso de paz de Colombia, pese a ser invitado.
Tiene que haber, pues, vino a decir el escritor colombiano, una caducidad de la condici¨®n de v¨ªctima, como tiene que haber, y estas son comillas de Aramburu, ¡°una caducidad de la culpa¡±.
De Shakespeare a Chejov
?Por qu¨¦ ese t¨ªtulo Chejov VS Shakespeare del ciclo? Pues por este texto que un d¨ªa pari¨® el escritor israel¨ª Amos Oz: "En conflictos como el de Oriente Pr¨®ximo convergen dos visiones literarias: por un lado, la justicia po¨¦tica de Shakespeare, en donde nadie transige, los principios y el honor prevalecen ante todo, incluso la vida, pero el escenario queda cubierto de sangre; y por otro, la triste justicia humana de Chejov, con personajes que discuten sus desacuerdos, los resuelven y al final regresan a sus casas bastante frustrados. Pero regresan vivos". La de ayer no fue la ¨²nica presencia de Fernando Aramburu en San Sebasti¨¢n para hablar de literatura, nacionalismo y violencia. Ya el pasado jueves, en la librer¨ªa Lagun, Aramburu y el escritor euskald¨²n Ram¨®n Saizarbitoria (autor de Martutene) hab¨ªan protagonizado un intenso debate en torno a la relaci¨®n entre los escritores en euskara y los escritores en castellano del Pa¨ªs Vasco¡ y sus relaciones con las instituciones y las subvenciones.
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