La fotograf¨ªa como carta de amor
El australiano Max Pam resume cinco d¨¦cadas de trabajo en un libro que subraya el papel de su esposa en su obra
Desde una fotograf¨ªa de 1966 de sus amigos surfistas, hasta una de hace tres meses de sus nietos, el australiano Max Pam (Melbourne, 1949) ha revisado casi cinco d¨¦cadas de su trayectoria en un libro que acaba de editar La F¨¢brica. Sin embargo, esta obra ¡°fundamentalmente autobiogr¨¢fica¡± no es un mero documento de su vida, aclara el fot¨®grafo en su reciente visita a Madrid. ¡°Eso ser¨ªa tan aburrido como la gente que sube a las redes sociales una foto de c¨®mo se siente cuando se ha despertado. Lo que muestro es c¨®mo he interpretado la vida, con mis intereses y mis obsesiones¡±. Por todo ello se define como un fot¨®grafo ¡°seudodocumental¡±.
Si uno hojea el volumen de Autobiographies, se percata en seguida de que el sexo, con numerosos desnudos de mujeres, y el humor forman parte de esas obsesiones de las que habla Pam. ¡°Es que todo tiene que ver con las mujeres, que me encantan. Bueno, esto es dif¨ªcil de explicar sin parecer Donald Trump, no va por ah¨ª la cosa. Se trata del misterio que ocultan¡ y luego est¨¢ el sexo, s¨ª, que es algo ef¨ªmero. Cuando piensas que lo tienes, lo has perdido¡±.
Un aperitivo del libro ¨Cpresentado en Madrid en el nuevo espacio cultural MINI Hub- puede contemplarse en la sede de La F¨¢brica hasta el 8 de enero de 2017: 40 im¨¢genes en blanco y negro, la mayor¨ªa retratos en Londres, Sidney, India, Yemen, Irak, Pakist¨¢n, Tanzania, T¨ªbet, China, Tailandia¡ tomados entre 1971 y 2008. Un Pam jipi empez¨® a viajar a Asia en 1972, cuando hizo autostop desde Londres hasta Afganist¨¢n. Fue la primera de sus muchas estancias en una zona del planeta de la que est¨¢ ¡°enamorado¡±. ¡°El sudeste asi¨¢tico me fascin¨® por su sistema de creencias, su gastronom¨ªa, la vida en la calle¡ All¨ª ten¨ªa la sensaci¨®n de que pod¨ªa formar parte de lo que suced¨ªa de manera sencilla. Yo era como una polilla, iba a la luz¡±. De sus continuos viajes han salido libros como Going East: Twenty Years of Asian Photography (1992), Ethiopia (1999) e Indian Ocean Journals (2000).
La exposici¨®n la completan ediciones limitadas de varios de sus cuadernos de viajes y reproducciones de hojas sueltas de otros diarios. El mundo de Pam es un mosaico de im¨¢genes, postales, notas, dibujos¡ que conforman un conjunto heterog¨¦neo de collages y, por momentos, extravagante.
Pam trabaj¨® solo en blanco y negro desde sus inicios hasta el comienzo de este siglo, durante 35 a?os. ¡°Me pas¨¦ al color para seguir motivado y plantearme retos. Ahora solo hago color, pero mi trabajo sigue teniendo el coraz¨®n en blanco y negro. Quiero decir que la estructura con la que elaboro mi lenguaje visual es en blanco y negro¡±. El color, a?ade, ¡°es complicado¡±. ¡°Se te escurre entre los dedos y puedes cometer errores muy gordos¡±.
Su extensa trayectoria, con exposiciones desde Par¨ªs a Jap¨®n ¨Cen Espa?a se mostr¨® una antol¨®gica suya en 2001, en PHotoEspa?a- le permite reflexionar sobre la revoluci¨®n de la fotograf¨ªa digital. ¡°Antes ten¨ªas que entender la t¨¦cnica, y eso te llevaba tiempo y dinero. Esto se ha eliminado. Adem¨¢s, los fotoperiodistas han sido sustituidos en ocasiones por activistas, como ocurri¨® en la plaza de Tahrir, en El Cairo, en 2011. Y el exceso de im¨¢genes que nos llegan crea el efecto de ¡®esto ya lo he visto¡¯. As¨ª que hay que mostrarle a la gente algo que no conozca¡±.
De los caminos que seguir¨¢ su oficio, apunta una interesante relaci¨®n con lo ocurrido en la m¨²sica. ¡°Los sistemas digitales han creado un entorno en el que la capacidad para hacer m¨²sica est¨¢ al alcance de cualquiera. En la fotograf¨ªa, el trabajo que se ha hecho en la segunda mitad del siglo XX ser¨¢ analizado con mucha atenci¨®n debido a los grandes autores que ha habido. ?Qui¨¦nes son hoy los nuevos grandes nombres de la profesi¨®n? No hay. Todos los que conocemos vienen del pasado¡±.
Atenta escucha la entrevista la esposa de Pam, modelo desnuda y guap¨ªsima en varias fotos de juventud de Autobiographies. ¡°Ella forma parte de mi evoluci¨®n como ser humano. Puedo decir que toda mi obra es una carta de amor a ella¡ mi mujer padece alzh¨¦imer, y tuvo que dejar de trabajar en 2009. Sin embargo, lo lleva bien porque padece un tipo de la enfermedad de desarrollo lento¡±. Y ella sonr¨ªe.
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