Montreal entierra a su ¡®hijo¡¯ Leonard Cohen
La ciudad natal del artista ocup¨® un espacio fundamental en su vida y en su universo creativo y ahora acoge sus restos
Desde la noche del jueves, el exterior de la casa de Leonard Cohen en Montreal ha visto peregrinar a cientos de sus admiradores. Personas que entonan sus canciones m¨¢s conocidas o que llevan bajo el brazo algunos de sus poemarios, veladoras erguidas en los escalones, ramos de flores, pancartas con mensajes de agradecimiento, un par de sombreros y una bolsa de bagels, los panes de origen jud¨ªo que el artista com¨ªa con deleite a pocos metros de su hogar.
La discreta casa de la calle Valli¨¨res, en pleno barrio portugu¨¦s, fue adquirida por Cohen en los a?os setenta y era su refugio cada vez que pasaba por la urbe. Leonard Norman Cohen naci¨® en 1934 en Westmount, una tranquila zona angl¨®fona de Montreal. El jueves hubo una ceremonia en su honor en la sinagoga Shaar Hashomayim, de Westmount, frecuentada por los Cohen desde hace varias generaciones. En dos temas de You Want it Darker, su ¨²ltimo disco, Cohen invit¨® a participar al coro de esta sinagoga que tanto le hizo disfrutar durante su infancia y adolescencia. Los restos del artista han sido enterrados en su cementerio.
Cohen es fruto de Montreal. A los 15 a?os, entr¨® a una librer¨ªa de segunda mano de la ciudad y se top¨® con un libro de poemas de Federico Garc¨ªa Lorca que le cambi¨® la vida. Tambi¨¦n en esa ¨¦poca le gustaba deambular por calles m¨ªticas, como la de Saint-Catherine y Saint-Laurent, adem¨¢s de escabullirse en los bares del puerto viejo.
Se gradu¨® en Literatura inglesa en la c¨¦ntrica Universidad McGill y fue en su misma tierra natal donde public¨® en 1956 el primer poemario, Let Us Compare Mythologies. Despu¨¦s llegaron las experiencias en otros sitios (Nueva York, la isla de Hydra, Los ?ngeles), pero siempre volv¨ªa a casa. Montreal tambi¨¦n tuvo que ver con sus primeras incursiones en la m¨²sica. En su discurso de aceptaci¨®n en 2011 del Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras, cont¨® que en un parque cercano a la casa de sus padres, un joven espa?ol le ense?¨® los primeros acordes de guitarra.
Al igual que Mordecai Richler, Leonard Cohen formaba parte de la comunidad jud¨ªa de Montreal, aunque a diferencia del novelista, ¨¦l tuvo una buena relaci¨®n con los franc¨®fonos. Hablaba su idioma y contaba con buenos amigos quebequeses, como Andr¨¦ M¨¦nard, cofundador del Festival de Jazz de Montreal. La urbe del verano libertino y el invierno implacable fue cuna, escuela y tambi¨¦n fuente de inspiraci¨®n para Cohen.?Suzanne es ejemplo de ello, con elementos como el r¨ªo, que no puede ser otro que el San Lorenzo, y aquella se?ora del puerto, refiri¨¦ndose a la capilla Notre-Dame-de-Bonsecours de la parte vieja de la ciudad. ¡°Me siento en casa cuando estoy en Montreal, de una forma en que no me siento en otro lugar. Me encanta. No s¨¦ qu¨¦ es, pero este sentimiento se vuelve m¨¢s fuerte conforme envejezco¡±, declar¨® hace pocos a?os en una entrevista. El cari?o y la admiraci¨®n han sido rec¨ªprocos.
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