El bienestar muta en malestar
Llega a las librer¨ªas el ensayo con el que Jos¨¦ Luis Pardo gan¨® el Premio Anagrama, una reflexi¨®n sobre la erosi¨®n del Estado de derecho y el descontento que genera
Asistimos a la crisis de la Transici¨®n, crisis de sus hombres, de sus partidos, de sus peri¨®dicos, de sus procedimientos, de sus ideas, de sus gustos y hasta de su vocabulario (¡) el m¨¢s humilde de vosotros tiene derecho a levantarse delante de esos hombres que quieren perpetuar la Transici¨®n (¡) y decirles: ¡®No me hab¨¦is dado maestros, ni libros, ni ideales, ni holgura econ¨®mica (¡); soy vuestro acreedor, yo os exijo que me deis cuenta de todo lo que en m¨ª hubiera sido posible (¡) y no se ha realizado, quedando sepultado en m¨ª antes de nacer; que ha fracasado porque no me disteis lo que tiene derecho a recibir todo ser que nace en latitudes europeas¡¯. Salvo Pablo Iglesias y algunos otros elementos componen estas Cortes partidos que (¡) podr¨ªan considerarse continuaci¨®n de cualesquiera de las Cortes de 1978 ac¨¢ (¡) La Espa?a oficial consiste, pues, en una especie de partidos fantasmas que defienden los fantasmas de unas ideas y que, apoyados por las sombras de unos peri¨®dicos, hacen marchar unos ministerios de alucinaci¨®n¡±.
?En qu¨¦ momento fue escrito el p¨¢rrafo anterior?, ?pertenecen sus palabras al fil¨®sofo Pardo, al que le han concedido el Premio Anagrama de Ensayo de 2016? No. Sustituyan el concepto ¡°Transici¨®n¡± por el de la ¡°Restauraci¨®n¡±, y ¡°1978¡± por ¡°1875¡± y se encontrar¨¢n que forman parte del famoso discurso Vieja y nueva pol¨ªtica, pronunciado por Ortega y Gasset en mayo de 1914; es decir, hace m¨¢s de un siglo (el Pablo Iglesias que aparece es el fundador del PSOE). Es un hallazgo de Jos¨¦ Luis Pardo en sus Estudios del malestar. Dice que cuando lo encontr¨® y comprendi¨® las analog¨ªas ante aquellas circunstancias y las de ahora sinti¨® una ligera sensaci¨®n de mareo. Quiz¨¢ aquel discurso era tambi¨¦n un ¡°significante vac¨ªo¡± que se repet¨ªa de cuando en cuando cambiando s¨®lo algunos nombres. El texto de Pardo rebusca en las cenizas de la prosperidad en que viv¨ªan pa¨ªses como Espa?a tan s¨®lo hace una d¨¦cada para ver qu¨¦ ha quedado entre ellas.
Su tesis es doble. En primer lugar, que la doble pobreza que ha dejado la crisis, la econ¨®mica y la pol¨ªtica, puede acabar dinamitando el contrato social que garantizaba ¡ªel concepto de ¡°garant¨ªa¡± ha adquirido un papel fundamental en la era de la incertidumbre¡ª el Estado de derecho que sustenta las libertades para la convivencia. Puede terminar con el Estado de bienestar bajo el pretexto de una sociedad posmoderna y en la que el marco de referencia es la globalizaci¨®n. Un Estado de bienestar concebido no s¨®lo como seguridad material sino como bienestar jur¨ªdico (no s¨®lo estar bien sino el derecho a estar bien). Este concepto es el que parece haberse erosionado y determina tanto la dignidad como la pobreza.
En segundo lugar, la consideraci¨®n del malestar como un negocio que se puede rentabilizar pol¨ªticamente. En esta mutaci¨®n del bienestar hacia el malestar ¡ªque es incluso anterior a la crisis econ¨®mica que comenz¨® en 2007¡ª aparecen quienes pretenden capitalizar electoralmente este ¨²ltimo, para lo que necesitan que no desaparezca el descontento porque entonces se les acabar¨ªa la raz¨®n de ser. Pardo investiga cu¨¢les son los ingredientes intelectuales de esas pol¨ªticas del malestar, tomados del pensamiento filos¨®fico cotidiano. Entre ellos, una cierta nostalgia de las v¨ªas directas, esa tentaci¨®n de alcanzar el poder eludiendo los procesos democr¨¢ticos, lo que significa el resurgir entre nosotros de pensadores como Carl Schmitt o Ernesto Laclau.
Volvamos al discurso de Ortega y a nuestro pa¨ªs. Preguntado John Lennon por las influencias musicales que lo hab¨ªan formado, respondi¨®: ¡°Antes de Elvis Presley, nada¡±. Era una boutade. Sabemos que hab¨ªa mucho y muy bueno en la m¨²sica de los a?os cincuenta y anteriores. Del mismo modo tambi¨¦n es falso defender que en Espa?a, antes del movimiento de los indignados y del 15-M, no hab¨ªa pasado nada: 34 a?os de una democracia bastante s¨®lida (sobre todo compar¨¢ndola con otros momentos de nuestra historia), levantada sobre las ruinas de una larga y cruel dictadura. Uno de los cap¨ªtulos m¨¢s sugerentes y brillantes de los Estudios del malestar es aquel en el que Pardo analiza c¨®mo el movimiento pol¨ªtico surgido de los acampados de la Puerta del Sol hizo que, casi de repente, la cultura espa?ola procedente de la Transici¨®n y del consenso del a?o 1978 envejeciese vertiginosamente, como les suced¨ªa a quienes abandonaban la m¨ªtica Shangri-La en la pel¨ªcula Horizontes perdidos. Pol¨ªticos, intelectuales, artistas, escritores, periodistas¡, cuyo prestigio nadie hab¨ªa discutido hasta esa coyuntura, empezaron de repente a ponerse amarillos, verdes, cargados de hombros, encorvados, torpes, enfermos, mayores¡ Y la propia alternativa entre derecha e izquierda, que hab¨ªa hegemonizado el juego pol¨ªtico, parec¨ªa ahora algo anacr¨®nico y fue sustituida por la fractura entre lo viejo y lo nuevo, o entre los de arriba y los de abajo.
El libro de Pardo contiene mucho m¨¢s ¡ªpor ejemplo, el desarrollo del concepto de intelectual comprometido y la disputa entre Sartre y Camus¡ª y cierra su reflexi¨®n reivindicando su profesi¨®n de fil¨®sofo y recordando aquella advertencia del viejo Kant: ¡°No hay que esperar ni que los reyes se hagan fil¨®sofos ni que los fil¨®sofos sean reyes. Tampoco hay que desearlo; la posesi¨®n de la fuerza perjudica inevitablemente al libre ejercicio de la raz¨®n¡±.
Estudios del malestar. Jos¨¦ Luis Pardo. Anagrama, 2016. 291 p¨¢ginas. 18,90 euros
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