Paul Simon: ¡°Me preocupa m¨¢s lo que haga Trump en el planeta que en EE UU¡±
El cantante, de gira por Europa, actuar¨¢ ma?ana en Bilbao y el viernes en Madrid
A Paul Simon (Newark, EE?UU, 1941) no le gusta detenerse en el pasado. Ni siquiera cuando este es tan inmediato que todav¨ªa hay medio planeta intentando asimilarlo. Han pasado tres jornadas desde que Donald Trump gan¨® las elecciones de Estados Unidos y el m¨²sico decidi¨® suspender esta entrevista concertada por tel¨¦fono el d¨ªa despu¨¦s de la victoria del l¨ªder republicano: no pod¨ªa, explic¨® su manager, levantarse casi de la cama, se encontraba ¡°devastado¡±. Sin embargo, acept¨® hablar pasados dos d¨ªas. Solamente se centraba en el futuro. ¡°El debate no se puede centrar en la personalidad de Trump sino en el gran n¨²mero de personas que se sienten defraudadas, olvidadas, hasta el punto de llegar a votarle¡±, explica con voz sosegada. ¡°Es sorprendente lo que ha pasado pero, para recuperar la conversaci¨®n nacional, debemos partir de ah¨ª y mirar hacia delante¡±.
Simon habla por tel¨¦fono desde un hotel de Londres, en mitad de la gira europea que le llevar¨¢ ma?ana al Bizkaia Arena BEC de Bilbao y el viernes al Barclaycard Center de Madrid, tras 25 a?os sin tocar en Espa?a, para presentar Stranger to Stranger. El nuevo ¨¢lbum trata temas recurrentes de su cancionero como el amor, la muerte, la espiritualidad, pero tambi¨¦n la identidad nacional ¡ªla canci¨®n Cool Papa Bell es un homenaje a la leyenda del b¨¦isbol afroamericano que combati¨® en el terreno de juego la segregaci¨®n en los a?os treinta y cuarenta¡ª y las consecuencias de la pol¨ªtica, que afectan a la justicia econ¨®mica y el sistema educativo. Asuntos que, con la elecci¨®n del multimillonario Trump, dispuesto a deportar a millones de inmigrantes indocumentados y levantar un muro en la frontera con M¨¦xico, cobran a¨²n m¨¢s importancia. ¡°Temo las consecuencias de su elecci¨®n. Respeto a quienes le han votado, pero solo veo en ¨¦l un tipo autoritario, sin escr¨²pulos a la hora de mirar a su pa¨ªs y al mundo¡±, confiesa. ¡°No estoy disgustado con mi pa¨ªs, sino con los resultados de la elecci¨®n. Tenemos que poner atenci¨®n ahora en lo que ha pasado. La pregunta es: ?Qu¨¦ nos pasa como pa¨ªs? Jam¨¢s hubi¨¦semos pensado que llegar¨ªa al poder alguien como ¨¦l, pero ha sucedido. No hay reglas en la Constituci¨®n para estas cosas¡±.
El m¨²sico nunca ha escondido sus cartas. Su apoyo al Partido Dem¨®crata es conocido, incluso lleg¨® a ceder su himno America para la campa?a de Bernie Sanders, al que consideraba m¨¢s cualificado que Hillary Clinton para hacer frente al hurac¨¢n populista de Trump. ¡°De todas formas, me preocupa m¨¢s lo que va a hacer este tipo en el planeta que en mi pa¨ªs. Por ejemplo, ¨¦l no cree en el medioambiente. Puede causar m¨¢s de una tragedia con su visi¨®n de la naturaleza¡±, indica.
Con la peculiar iron¨ªa que despliega en sus discos en solitario, canta en The Werewolf, la composici¨®n que abre el nuevo ¨¢lbum: ¡°La ignorancia y la arrogancia / Ese es un debate nacional¡±. El m¨²sico, que lleg¨® a tocar ante medio mill¨®n de personas en su famoso concierto en Central Park con Simon & Garfunkel en 1982, asegura que ¡°la m¨²sica es terriblemente importante para toda sociedad¡±. ¡°Es la mayor expresi¨®n vital de una sociedad tanto para la celebraci¨®n como para describir realidades humanas¡±, afirma. Las letras de algunas de sus canciones m¨¢s conocidas como The Sound of Silence o Bridge Over Troubled Water se han grabado a fuego en la memoria de m¨¢s de una generaci¨®n, pero su autor reconoce que lo que m¨¢s le interesa hoy por hoy es la m¨²sica: ¡°Creo que el aspecto sonoro es m¨¢s importante que el l¨ªrico. Me gusta explorar distintos sonidos. Tener una mente abierta, saber que se puede conocer m¨²sica en todas partes del mundo¡±.
Desde el folk pastoral, el g¨®spel, el pop, los sonidos ra¨ªces surafricanos o la electr¨®nica, esta exploraci¨®n es una constante en su carrera en solitario, con algunos fracasos sonados y propuestas de un eclecticismo de mala digesti¨®n. Pero a ¨¦l solo le preocupa el presente: ¡°Probablemente Stranger to Stranger sea mi mejor disco desde Graceland. Estoy muy orgulloso de ¨¦l. De c¨®mo queda mi voz, c¨®mo uso mi conocimiento tanto a nivel tecnol¨®gico como filos¨®fico¡±. Tras detenerse varios minutos en comentar las cualidades sonoras de su nuevo trabajo, sorprende al se?alar: ¡°En este ¨¢lbum incluso hay una b¨²squeda de ritmos de flamenco. Me gusta mucho, pero reconozco que es muy dif¨ªcil para m¨ª. Es algo muy pasional, fascinante¡ Puedes verlo como el blues en el sur de Estados Unidos¡±.
Con serenidad lo recuerda: no quiere detenerse en el pasado, si no es para sacar conclusiones que le permitan avanzar. Y mucho menos a un pasado que responda al nombre de Simon & Garfunkel, tal vez el d¨²o m¨¢s famoso de la historia disuelto ante la falta absoluta de entendimiento entre ¨¦l y Art Garfunkel. ¡°Compartimos muchos a?os juntos, pero la gente ya no me pregunta a menudo sobre ello. No tienen expectativas porque jam¨¢s ha surgido la posibilidad de una reuni¨®n o algo parecido. Toco canciones de esa ¨¦poca en mis conciertos y ya est¨¢. No es una pregunta que merezca ser respondida¡±, se?ala.
Iconos de otra ¨¦poca
Acaba de conocerse la muerte de Leonard Cohen, el pasado jueves, cuando Paul Simon responde a la llamada de este peri¨®dico. ¡°Es muy triste. Casualmente nos vimos varias veces. No tuvimos una relaci¨®n estrecha, pero ten¨ªamos amigos comunes¡±, cuenta.
Ambos participaron activamente de la renovaci¨®n del folk norteamericano desde la bulliciosa Nueva York de finales de los sesenta y principios de los setenta. Simon, que entonces se estaba convirtiendo a la velocidad del rayo en un portavoz nacional con Simon & Garfunkel, reconoce que se qued¨® maravillado con los dos primeros ¨¢lbumes de Cohen,
Songs for Leonard Cohen
(
Babelia
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