La ¡®lucha¡¯ de Hitler sigue libre en Espa?a
La ausencia de una edici¨®n cr¨ªtica deja en manos de dudosos sellos la venta del libro
Jordi apenas parpadea cuando se le pide Mi lucha. Teclea en el ordenador y confirma: ¡°S¨ª, nos queda uno. Bajo a buscarlo¡±. En la Casa del Libro del paseo de Gr¨¤cia, en Barcelona, la ¨²nica edici¨®n en papel del libro que Adolf Hitler escribi¨® en la c¨¢rcel en 1925 est¨¢ en el almac¨¦n. ¡°Es una editorial un poquillo facha¡±, se disculpa el empleado, que entrega un libro grande de tapa blanda. En la portada est¨¢ el F¨¹hrer con la camisa parda de las SA. El Mein Kampf est¨¢ ¨ªntegro en castellano: tal cual, sin anotaciones ni comentarios.
El 31 de diciembre de 2015 los derechos de autor de Mi lucha ¡ªen manos del Estado de Baviera¡ª caducaron. Y la obra pudo publicarse libremente. En Alemania, una edici¨®n cr¨ªtica (con m¨¢s de 3.500 anotaciones para contextualizar el original) se ha aupado entre los libros m¨¢s vendidos. En Espa?a y en el resto de Europa intentaron hacerse con una traducci¨®n, pero no pudieron: el Instituto de Historia Contempor¨¢nea de M¨²nich, editor de la obra, contest¨® que llevarla a otros idiomas con el rigor cient¨ªfico necesario supondr¨ªa un volumen de trabajo que no pod¨ªa asumir.
Desde entonces, los grandes sellos espa?oles han optado por esquivar una obra inc¨®moda. Y la reedici¨®n del libro que sirvi¨® como base del nazismo ha quedado en manos de peque?os grupos ¡ªalgunos de tendencia filonazi¡ª que lo distribuyen, en papel y en formato digital, sin filtros.
La edici¨®n m¨¢s amplia es la que venden, por 12 euros, Casa del Libro y El Corte Ingl¨¦s. Son ¡°los ¨²nicos grandes distribuidores¡± que ofrecen una versi¨®n lanzada en mayo por Real del Catorce, un peque?o sello de Madrid. ¡°Vips o Fnac nos dijeron que puede darles problemas¡±, explica su propietario, Pedro S¨¢nchez. Y entiende que sus copias se escondan en el almac¨¦n. ¡°Las librer¨ªas son incapaces de poner una torre de diez libros porque, como pa¨ªs, no estamos preparados. Pero hay que poder leer a Hitler o a Marx¡±.
S¨¢nchez afirma que no le movi¨® un fin ideol¨®gico, sino el negocio: ¡°La clave era ser los primeros y ofrecerlo barato¡±. Tiraron 1.500 ejemplares. El empresario defiende su edici¨®n sencilla. ¡°El p¨²blico quiere el libro tal cual. Una introducci¨®n lo encarece¡±. Y agrega que ¡°se va vendiendo¡± entre ¡°gente normal, no politizada, que quiere saber lo que dec¨ªa este se?or¡±. En el copyright no solo aparece Real del Catorce, sino tambi¨¦n el sello chileno Jusego. S¨¢nchez dice que han utilizado su traducci¨®n. En 2003, Jusego lanz¨® una ¡°edici¨®n sin fines de lucro¡± de Mi lucha. El libro est¨¢ dedicado a los ¡°59 m¨¢rtires nacionalsocialistas ca¨ªdos por la patria el 5 de septiembre de 1938¡±. Jusego ha editado otras obras de tem¨¢tica racial o ligadas al Tercer Reich.
En formato digital
La apuesta en papel de Real del Catorce convive con otra de Galaxia del Libro (Barcelona) que, seg¨²n varias fuentes del mundo editorial consultadas, es ¡°incompleta¡±. Aunque se ha reeditado este a?o porque los derechos son universales, ¡°ya se ven¨ªa comercializando¡±, insisten esas fuentes. 2016 tambi¨¦n ha alumbrado ediciones digitales, con vocaci¨®n ideol¨®gica, a favor y en contra. ¡°El lector tiene ante sus ojos argumentos psicop¨¢ticos¡± que ¡°arrastraron a la poblaci¨®n germana hacia la autodestrucci¨®n¡±, reza una. Tambi¨¦n hay autoediciones, como la disponible en Tagus (plataforma digital de Casa del Libro).
Versiones m¨¢s o menos piratas, fiables o tendenciosas han estado disponibles en espacios f¨ªsicos y online pese a que la obra estuvo, formalmente, fuera del circuito legal durante 70 a?os. Uno de los epicentros de esa venta era la Librer¨ªa Europa, objeto de procesos judiciales por apolog¨ªa del nazismo. Su propietario, Pedro Varela, afronta una petici¨®n de dos a?os de c¨¢rcel por editar y distribuir m¨¢s de 4.000 ejemplares del libro a trav¨¦s de la Asociaci¨®n Cultural Editorial Ojeda sin autorizaci¨®n. La Fiscal¨ªa le acusa de un delito contra la propiedad intelectual y reclama que indemnice al Estado de Baviera.
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