Wayne Shorter: la b¨²squeda contin¨²a
El saxofonista a sus 83 a?os sigue improvisando con valent¨ªa y lanz¨® anoche una obra in¨¦dita En ella a¨²na la espontaneidad de su cuarteto con una exquisita composici¨®n orquestal
Wayne Shorter es el ¨²ltimo gran genio de una especie en extinci¨®n. Un gigante del jazz absolutamente ¨²nico en 2016 puesto que, aunque todav¨ªa hay unas cuantas leyendas de la era dorada con nosotros, ninguna mantiene el estricto compromiso de Shorter con la b¨²squeda de nuevos horizontes que exige esta m¨²sica.
A sus 83 a?os, el saxofonista podr¨ªa haberse dejado arrastrar hace tiempo por la corriente de comodidad que ha llevado a la mayor¨ªa de sus coet¨¢neos a la rutina y a los lugares comunes que las audiencias demandan. Todos ellos, desde Sonny Rollins a su viejo amigo Herbie Hancock se han rendido a ejecutar de forma previsible (y muy leg¨ªtima, por supuesto) lo que el p¨²blico espera de ellos, sea esto un extenso calipso o la en¨¦sima versi¨®n, cada vez m¨¢s licuada, de Cantaloupe Island.
Esa f¨®rmula es impensable para Shorter, un m¨²sico que contin¨²a escribiendo e improvisando de forma valiente y arriesgada, tal y como reza el t¨ªtulo de su ¨²ltimo disco hasta la fecha: Without a net (¡°sin red¡±). As¨ª qued¨® demostrado anoche en el festival Jazztopad de Wroclaw con el estreno de The Unfolding, una ambiciosa pieza escrita para su cuarteto y una secci¨®n orquestal compuesta exclusivamente por metales y maderas, que triunf¨® de forma apabullante ante 1.500 espectadores.
Comisionada por el propio festival Jazztopad junto al festival de jazz de Monterey, el Kennedy Center de Washington y Opening Nights Performing Arts de la FSU en Tallahassee (Florida), The Unfolding es una obra ¨²nica que solo sonar¨¢ en estos cuatro lugares, siendo la de Jazztopad su ¨²nica actuaci¨®n en Europa.
Antes de ejecutar el estreno de The Unfolding, Shorter y su cuarteto calentaron durante casi una hora mediante dos extensas piezas en las que pudimos escuchar al saxofonista en una forma extraordinaria con el saxo tenor, sin ning¨²n atisbo de flaqueza a causa de su edad. Su grupo es un aut¨¦ntico laboratorio musical en el que est¨¢ prohibida la complacencia o el miedo a lo desconocido, y representa un rar¨ªsimo ejemplo de compenetraci¨®n extrema entre sus miembros, tras m¨¢s de 15 a?os juntos.
La magia de la m¨²sica de Shorter reside, en gran parte, en la rotunda imposibilidad de reemplazar a ninguno de los miembros del cuarteto: Danilo P¨¦rez, John Patitucci y Brian Blade son elementos esenciales en el desarrollo de las ideas del saxofonista, y podr¨ªamos decir que todos ellos tocan de forma diferente, y muy especial, cuando lo hacen a las ordenes de Shorter. La energ¨ªa que generan sobre el escenario, con esa sensaci¨®n de riesgo y efervescencia, solo tiene comparaci¨®n con la del tr¨ªo de Keith Jarrett con Gary Peacock y Jack DeJohnette, que se beneficia de la misma ecuaci¨®n de qu¨ªmica y creatividad macerada a lo largo de sus m¨¢s de tres d¨¦cadas en activo.
Con todo, una vez apareci¨® en el escenario la orquesta (una versi¨®n ampliada del LutosAir Quintet) y comenz¨® a sonar The Unfolding, el genio de Shorter alcanz¨® un nuevo estado. La obra se beneficia de una parad¨®jica dualidad, sonando al mismo tiempo tan medida como asombrosamente el¨¢stica. El cuarteto entra y sale de la composici¨®n mientras la orquesta alterna entre esponjosos colchones y din¨¢micos staccatos, jugando con la respuesta emocional de la audiencia y mostr¨¢ndonos una faceta de Shorter musculosa y virulenta. Y, por encima de todo ello, el saxo soprano del l¨ªder abri¨¦ndose paso con frases perfectas que acent¨²an y sentencian los diferentes pasajes de la composici¨®n, en un collage que representa una nueva cima en la carrera del Shorter compositor.
La enorme calidad de la nueva obra es directamente proporcional a su exclusividad: sin planes de interpretarla m¨¢s all¨¢ de las cuatro actuaciones en Wroclaw, Florida, Monterey y Washington, si uno de esos conciertos no se plasma discogr¨¢ficamente, ser¨¢ verdaderamente tr¨¢gico para la herencia musical p¨²blica de Wayne Shorter. Porque m¨²sica como esta no solo debe existir: tambi¨¦n ha de llegar a todo el mundo.
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