¡°No hay que dejar de hacer encuestas sino adaptarlas al cambio social¡±

Cuando miras desde muy lejos no distingues los contornos. Si te acercas tanto que solo tienes entre ceja y ceja eso que miras, pierdes de vista el contexto. El punto medio, ese equilibrio entre lo obcecadamente concreto y lo vago constituye el terreno de la sociolog¨ªa. As¨ª lo concibe Emilio Lamo de Espinosa (Madrid, 1946), reci¨¦n galardonado con el Premio Nacional de Sociolog¨ªa y Ciencia Pol¨ªtica 2016 que otorga el CIS, quien dice que su labor es ser el primero en acercarse a un fen¨®meno social que no se entiende, encarnar al expedicionario que abre camino para que, tras ¨¦l, lo estudien economistas, juristas, etn¨®logos, antrop¨®logos y todo ese sinf¨ªn de cient¨ªficos sociales.

Cient¨ªficos, s¨ª, porque esa es la primera reclamaci¨®n que hace Lamo de Espinosa sobre su gremio: ¡°Utilizamos m¨¦todos emp¨ªricos, extraemos datos a partir de los cuales se construyen modelos y esquemas, hip¨®tesis y teor¨ªas que eventualmente se comprueban¡±, dice, y cita el concepto de conjetura de Karl Popper.

Y entonces, y tras un a?o 2016 particularmente accidentado para todos los averiguadores del estado de la cuesti¨®n que lanzaron sondeos sobre el ¡®Brexit¡¯, el refer¨¦ndum por la paz en Colombia y las elecciones de EE UU...

¡ª?Por qu¨¦ fallan las encuestas?

Lamo de Espinosa reconoce que en esas predicciones electorales se juega buena parte del prestigio porque, aunque no haya en ello justicia por ser una porci¨®n nimia de todo su trabajo, es la porci¨®n m¨¢s p¨²blica. Y fallan, dice, como demostraci¨®n de que el cambio social que vivimos es de una hondura que no hab¨ªamos medido bien. ¡°Este auge del populismo de distintos pelajes sorprendi¨® tambi¨¦n a los investigadores. En Reino Unido, EE UU y Espa?a se est¨¢ reflexionando y buscando el perfeccionamiento de la metodolog¨ªa. Estamos ante un punto de inflexi¨®n pero la soluci¨®n no es dejar de hacer encuestas, sino adaptarlas. Pronto veremos los primeros frutos.¡±

Los sondeos han contribuido a desmovilizar a los votantes de las opciones que parec¨ªan acariciar la victoria, seg¨²n el soci¨®logo: el s¨ª a la paz en Colombia, permanecer en la UE (para Reino Unido) y Hillary Clinton como primera mujer presidenta de los EE UU. Lamo de Espinosa asegura que raramente ocurre un cambio de la creencia que se profesa, de ideas, y que la diferencia en una decisi¨®n de blanco o negro est¨¢ en cu¨¢ntos participan y cu¨¢ntos no. Son predicciones, explica, que al hacerse p¨²blicas inducen a que la realidad ¡ªlos votantes¡ª las nieguen.

Al catedr¨¢tico de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que desde 2012 preside el Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estrat¨¦gicos, lo que m¨¢s le interesa es la globalizaci¨®n. "No solo los movimientos de capitales y de personas, sino tambi¨¦n y sobre todo de ideas, creencias y lenguas. La globalizaci¨®n cultural, que no es sino otra forma de colonizaci¨®n, ligada todav¨ªa a la antigua colonizaci¨®n. Por ejemplo, hay 6.900 lenguas en el mundo, pero un 90% de hablantes hablan el 10%. Aquellos que tienen como lengua materna una minoritaria, ven con Internet, el cine o las series acelerado su tr¨¢nsito a lenguas mayoritarias".

Lo m¨¢s grave puede no ser que un neozeland¨¦s vista igual que un tipo en Islandia o lo cerca que est¨¢n ambos, a trav¨¦s de Instagram, seg¨²n lo que ¨¦l aduce. Tal vez sea contra ese temor a la homogeneidad, contra el v¨¦rtigo, contra lo que reaccionen los Donalds Trumps del mundo, lo que propicie los ¡®Brexit¡¯. No se puede decir muy alto ni con certeza hasta que la sociolog¨ªa haya pisado bien ese camino.