Bruno Mars, vitalismo y buenas vibraciones

Ahora que el R&B y el pop negro m¨¢s comercial tienden hacia cierto oscurantismo y ruptura en las formas y el fondo, y a los ¨²ltimos discos de Rihanna o Beyonc¨¦ podemos remitirnos, es interesante que otra estrella del firmamento como Bruno Mars haya optado por la direcci¨®n contraria. 24K Magic contiene toda la explosividad, vitalismo y buenas vibraciones sonoras a la que han renunciado otros compa?eros de escena y estatus, as¨ª como un enfoque claramente retro que choca con las producciones m¨¢s rompedoras y futuristas de otros divos y divas y se aproxima a la de ¡®intrusos¡¯ blancos como Justin Timberlake.

La f¨®rmula de este ¨¢lbum es de una simpleza y efectividad incontestables: el funk de Zapp, James Brown o The Gap Band y la visi¨®n pop de Quincy Jones, Michael Jackson o Prince estrechan v¨ªnculos con los ritmos m¨¢s acelerados de Teddy Riley y la escena new jack swing y con las baladas aterciopeladas de soul. Todo ello pasado por el filtro moderno y para todos los p¨²blicos que maneja el artista, que en todo momento parece guiado por un par¨¢metro que resulta cuando menos atractivo: en 24K Magic solo encontramos m¨²sica negra a troche y moche, prioritariamente la que triunf¨® en los 80 e inicios de los 90, y adem¨¢s sin un solo gesto de cara a la galer¨ªa con la sensibilidad pop global que ha convertido al vocalista norteamericano en uno de los ¨ªdolos m¨¢s solicitados del momento.

Mars no se anda con muchos rodeos en este disco. Solo nueve canciones, apenas media hora (decisi¨®n consecuente con estos tiempos de consumo musical r¨¢pido e impulsivo v¨ªa streaming), muy poco relleno y casi todo hits potenciales. Producci¨®n arrolladora a cargo de Shampoo Press & Curl, que saben c¨®mo invocar la esencia negra ochentera sin abonarse a la nostalgia de garraf¨®n, y derroche vocal del protagonista, c¨®modo y juguet¨®n en este arrebato revivalista de los sonidos con los que ha crecido. Tanto si se trata de un homenaje pensado y meticuloso a los 80 y los 90 como si simplemente es fruto de una asimilaci¨®n involuntaria de influencias, 24K Magic sale muy airoso de una empresa doblemente compleja. Por un lado, la reivindicaci¨®n de figuras hoy algo olvidadas por los t¨®tems del mainstream ¡ªFinesse recuerda en todo su esplendor a Guy, y nadie dijo que fuera f¨¢cil; por el otro, dejar atr¨¢s la estela de Unorthodox Jukebox, un ejercicio multiventas de crossover estil¨ªstico que invitaba a seguir explotando la f¨®rmula hasta el agotamiento, con un viaje al pasado de estas caracter¨ªsticas.

Con Versace on the Floor, que hace pensar en los baladones irresistibles de Michael Jackson, como pieza estrella y muy representativa de las intenciones del proyecto, Bruno Mars ha firmado su grabaci¨®n m¨¢s negra, pero tambi¨¦n la m¨¢s sexual y ardiente. Una insinuante y febril colecci¨®n de canciones que aparca por completo los anhelos de innovaci¨®n y crecimiento art¨ªstico del autor en beneficio de una reorientaci¨®n sonora de rendimiento inmediato. En cierto modo es como si Mars, consciente de que las revoluciones pop negras llegar¨¢n desde otros frentes, se conformara con hacer el disco que m¨¢s le apetec¨ªa hacer en este momento sin atender a otras consideraciones. Y no le ha ido del todo mal.