La ¨²ltima batalla de la Tizona del Cid
El Supremo considera que el vendedor de la hist¨®rica espada de Rodr¨ªgo D¨ªaz de Vivar por 1,5 millones era su ¨²nico due?o


M¨¢s de mil a?os despu¨¦s de dejar de servir a Rodrigo D¨ªaz de Vivar, considerado su primer due?o, la Tizona, la hist¨®rica espada del Cid Campeador, ha sido protagonista de un largo pleito judicial al que ahora ha puesto fin el Tribunal Supremo. La sala de lo Civil ha determinado que Jos¨¦ Ram¨®n Su¨¢rez-Otero Velluti, XVI marqu¨¦s de Falces, era el titular por herencia de la espada y pod¨ªa disponer ¨ªntegramente de ella, como hizo al venderla en 2008 por 1,5 millones de euros. Los compradores, un grupo de empresarios burgaleses, la donaron luego a la Junta de Castilla y Le¨®n.
La sentencia revoca dos anteriores, dictadas por el Juzgado de Primera Instancia 72 de Madrid y por la Audiencia de Madrid, que dieron la raz¨®n a las hijas de un matrimonio que fue declarado en 1987 heredero universal por Pedro Velluti de Murga, el XV marqu¨¦s de Falces, t¨ªo y antecesor del actual. Tanto el juzgado como la Audiencia consideraron que el actual marqu¨¦s y las hijas del matrimonio (que reclamaban la mitad del precio de la espada, es decir, 750.000 euros) eran cotitulares de la Tizona.
El Supremo sostiene, sin embargo, que Su¨¢rez-Otero Velluti era ¡°propietario exclusivo¡± de la espada porque le pertenec¨ªa por donaci¨®n de su madre, do?a Olga, masquesa del Cerro de la Cabeza, ya que esta hab¨ªa sido su ¨²nica due?a durante m¨¢s de seis a?os, tal y como exige la ley.? Los jueces basan su decisi¨®n en el C¨®digo Civil, que contempla la llamada prescripci¨®n adquisitiva o usucapi¨®n como modo de adquisici¨®n de una propiedad cuando se ha estado en posesi¨®n del objeto durante un determinado plazo. En el caso de los bienes muebles, como es la Tizona, el art¨ªculo 1.955 dispone que el dominio de tales bienes se prescribe ¡°por la posesi¨®n no interrumpida de tres a?os con buena fe y tambi¨¦n por la posesi¨®n no interrumpida de seis a?os, sin necesidad de ninguna otra condici¨®n¡±.
La Tizona, una espada de 93 cent¨ªmetros de largo y 4,5 de ancho forjada posiblemente en Sevilla, fue depositada en julio de 1944 en el Museo del Ej¨¦rcito de Madrid, donde permaneci¨® expuesta al p¨²blico hasta que en 2007, el actual marqu¨¦s de Falces la vendi¨® por 1,5 millones de euros a un grupo de empresarios que la don¨® a la Junta de Castilla y Le¨®n. El Gobierno castellano-leon¨¦s deposit¨® la espada en el Museo de Burgos y fue entonces cuando las herederas de Pedro Velluti conocieron la existencia de la Tizona y se plantearon la posibilidad de que fuera parte su herencia.
Pero el Supremo no les ha dado la raz¨®n y ha admitido el recurso presentado por el marqu¨¦s de Falces contra las dos sentencias anteriores. Los magistrados del alto tribunal entienden que el v¨ªnculo de la familia de la madre del actual marqu¨¦s con la espada cumple la condici¨®n que marca la ley para considerarla propietaria exclusiva: ¡°Cuando fallece su hermano don Pedro en el a?o 1987, queda do?a Olga como ¨²nica depositante de la espada que hab¨ªa sido de su padre don Jos¨¦ Mar¨ªa Velluti Zibikouski y, aunque ello ni siquiera es necesario para la prescripci¨®n extraordinaria que se consum¨® a su favor, incluso cabr¨ªa deducir su buena fe por entender que la titularidad de la espada estaba de alg¨²n modo vinculada al marquesado de Falces y no pod¨ªa pasar ¡ªni siquiera en parte¡ª a ser de titularidad de personas extra?as a la familia, lo que ven¨ªa corroborado adem¨¢s por el hecho de que su hermano don Pedro no hiciera menci¨®n en su testamento a la existencia de la espada", se?alan los jueces.
Pero aunque no fuera as¨ª, a?aden los jueces, ¡°bastaba el transcurso de seis a?os desde el fallecimiento de don Pedro para que se consumara la usucapi¨®n a favor de su hermana do?a Olga¡±. ¡°No cabe duda de que la posey¨® a t¨ªtulo de due?a durante todo ese tiempo ¨Cen que las demandantes y sus padres ignoraban que la espada hab¨ªa pertenecido en todo o en parte a don Pedro- y buena prueba de ello es que el Museo del Ej¨¦rcito como poseedor inmediato se dirigi¨® en todo momento exclusivamente a su esposo ¨Creconociendo el dominio de ella- para cualquier gesti¨®n relacionada con la Tizona¡±. ¡°En definitiva, cabe afirmar que la usucapi¨®n extraordinaria se consum¨® a favor de do?a Olga por el transcurso de seis a?os desde del fallecimiento de don Pedro, por tanto, con efecto desde el 18 de marzo de 1993, y en consecuencia desde ese momento pod¨ªa disponer ¨ªntegramente de la espada y, en consecuencia, donarla a su hijo don Jos¨¦ Ram¨®n, como efectivamente hizo", concluye la sala.
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