Se apaga a los 96 a?os la voz libre y resistente del poeta Marcos Ana
Fue el preso pol¨ªtico que m¨¢s tiempo pas¨® en la c¨¢rceles franquistas: entr¨® con 19 a?os y sali¨® con 42
Despedida
S¨¢bado 26 de noviembre a partir de las 9.30 horas en el Sal¨®n Marcelino Camacho de la sede de Comisiones Obreras, calle de Lope de Vega junto al paseo del Prado. Acto de homenaje y despedida a las 17.00. Acceso libre
Se hizo poeta en el lugar m¨¢s hostil para los versos, una c¨¢rcel franquista donde toda la energ¨ªa se iba en sobrevivir, donde no hab¨ªa paisaje al que mirar. Titul¨® uno de sus poemas m¨¢s c¨¦lebres y su biograf¨ªa precisamente as¨ª: Decidme c¨®mo es un ¨¢rbol. Marcos Ana, el preso pol¨ªtico que m¨¢s tiempo pas¨® entre rejas, ha muerto este jueves en Madrid, a los 96 a?os. ?l habr¨ªa dicho que fue a los 73 porque sol¨ªa descontarse esos 23 a?os que habit¨® las prisiones de la dictadura. Cada cumplea?os hac¨ªa esa diferencia: ¡°Tengo 90 a?os de edad y 67 de vida; tengo 91, es decir, 68¡.¡± Nunca aparent¨®, en cualquier caso, los inviernos que llevaba encima. En una ocasi¨®n, a punto de dar una charla en la C¨¢mara de los Comunes, en Londres, le confundieron con su int¨¦rprete, un profesor ingl¨¦s y cojo. Al subir al estrado nadie reaccion¨®. La gente solo empez¨® a aplaudir cuando lleg¨® el profesor. El p¨²blico interpret¨® que el preso que m¨¢s tiempo hab¨ªa pasado en las fr¨ªas celdas del R¨¦gimen, el que hab¨ªa estado condenado a muerte, el que hab¨ªa sido torturado... era necesariamente el que caminaba con bast¨®n y no aquel hombre alto que se hab¨ªa plantado en la tribuna en dos zancadas.
Con 15 a?os se hab¨ªa afiliado, como las 13 rosas, a las Juventudes Socialistas Unificadas. Luego se hizo del Partido Comunista. Quiso ir al frente, pero le mandaron de vuelta a casa por no tener edad suficiente. Ingres¨® en la c¨¢rcel con 19 y sali¨® con 42, en 1961. Le acusaban de tres asesinatos en Alcal¨¢ de Henares por los que ya hab¨ªan sido fusilados otros presos. En prisi¨®n se acost¨® muchas noches pensando que no llegar¨ªa a ver el d¨ªa porque el R¨¦gimen hab¨ªa cometido la ridiculez de condenarle no a una, sino a dos penas de muerte. Finalmente, a ¨¦l le conmutaron la pena, pero dio el ¨²ltimo abrazo a muchos compa?eros que no tuvieron la misma suerte. Dedico sus a?os de libertad a rendirles un homenaje permanente. ¡°Marcos Ana no se ha mirado complacido en el espejo. Lo ha roto en mil pedazos para que en cada fragmento se vea el rostro de sus camaradas¡±, dijo el premio Nobel Jos¨¦ Saramago.
Con sus compa?eros de celda cre¨® en la c¨¢rcel un peri¨®dico clandestino llamado Juventud. Daban clases y organizaban tertulias literarias sobre los libros prohibidos, que eran casi todos. Apoy¨¢ndose en la parte de abajo del plato de la comida, Marcos Ana empez¨® a escribir poemas. Los sacaba clandestinamente de prisi¨®n. A veces, con la ayuda de un guardia. Otras, haciendo que un preso al que quedaban d¨ªas para salir en libertad, los memorizara. Y empezaron a difundirse gracias a la ayuda de poetas en el exilio como Rafael Alberti, y de los comit¨¦s de solidaridad con los presos pol¨ªticos. Ah¨ª fue cuando Fernando Macarro se convirti¨® en Marcos Ana, el seud¨®nimo que escogi¨® uniendo el nombre de sus padres: Marcos Macarro, que hab¨ªa muerto en un bombardeo en enero de 1937 -¨¦l mismo encontr¨® el cad¨¢ver sobre la acera-, y Ana Castillo, que falleci¨® en la navidad de 1943, despu¨¦s de que a su hijo le condenaran por segunda vez a muerte.
Y con todo, para Marcos Ana lo m¨¢s dif¨ªcil, como explic¨® muchas veces, fue adaptarse a la libertad. Sus ojos sufr¨ªan con la luz. Se mareaba en los espacios abiertos. Y fue al verse en la calle cuando supo que hab¨ªa perdido toda su juventud. Cuando se dio cuenta de que, a los 42 a?os, jam¨¢s hab¨ªa estado con una mujer.?
Con sus mejores intenciones, un amigo le llev¨® una noche a un cabar¨¦, llam¨® a una chica, le meti¨® 500 pesetas en el bolsillo y le dio las instrucciones: ¡°Para que pases la noche con mi amigo¡±. ¡°Se llamaba Isabel y era morena, de ojos grandes, hermos¨ªsima¡¡±, recordaba a este diario el verano de 2015. Fue incapaz de tocarla. Al final, decidi¨® contarle su historia. Marcos e Isabel pasaron la noche juntos, hablando. Cuando, al volver a casa, descubri¨® que le hab¨ªa vuelto a meter las 500 pesetas en el bolsillo, Marcos deshizo corriendo el camino hasta ella. Pero antes de llegar a su pensi¨®n, decidi¨® que si aquel d¨ªa pagaba arruinar¨ªa para siempre el recuerdo de la noche anterior. Entr¨® en una florister¨ªa y pidi¨® 500 pesetas en flores. En la tarjeta escribi¨®: ¡°Para Isabel, mi primer amor¡±.
No volvieron a verse, pero fue al leer ese episodio de su biograf¨ªa cuando Pedro Almod¨®var quiso convertir la vida de Marcos Ana en una pel¨ªcula y compr¨® los derechos de Decidme c¨®mo es un ¨¢rbol.
En Par¨ªs conoci¨® a Vida Sender, hija de unos anarquistas aragoneses y futura madre de su hijo, Marcos. ¡°La c¨¢rcel la viv¨ª como un militante, y hasta que no conoc¨ª el amor no me di cuenta de lo que me hab¨ªan quitado. Cuando la vi pens¨¦: 'Para esto he salido yo de prisi¨®n, para esto estoy yo en el mundo¡±, explicaba en la misma entrevista. La convivencia no fue f¨¢cil. ¡°Era como un toro¡±, recordaba ella. Un d¨ªa le sent¨® y le dijo: ¡°No quiero ser una segunda c¨¢rcel para ti¡±. "Me regal¨® otra vez la libertad", explicaba ¨¦l. El amor dio paso a una amistad que les acompa?¨® toda la vida. Les gustaba bajar a una terraza cerca de la casa de Marcos donde el poeta practicaba uno de sus pasatiempos favoritos: ver pasar a la gente e imaginar qu¨¦ problemas ten¨ªan, en qu¨¦ cosas ir¨ªan pensando.
Obra y premios
De su etapa en prisi¨®n son los libros Poemas desde la c¨¢rcel y? Las soledades del muro.?
En 2007 public¨® su biograf¨ªa, Decidme c¨®mo es un ¨¢rbol (Umbriel-Tabla rasa).
En 2009, el Gobierno le concedi¨® la medalla de oro al m¨¦rito en el Trabajo.
En 2011, obtuvo la medalla de oro al m¨¦rito en las Bellas Artes y public¨® Poemas de la prisi¨®n y de la vida.
En 2013 public¨® Vale la pena luchar, un libro escrito en el contexto de la crisis econ¨®mica. Se lo dedic¨® "a la juventud".
Babelia
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