Duane Michals, la f¨¢bula de un sue?o

Cuando era peque?o, Duane Michals (McKeesport, Pensilvania, 1932) pensaba que exist¨ªan muchas lunas. De mayor, comprob¨® que la realidad ten¨ªa m¨²ltiples versiones y que es la impronta ¨²nica e individual del hombre la responsable de toda gran obra de arte. As¨ª, en los a?os sesenta, en una ¨¦poca en que el mundo de la fotograf¨ªa estaba fuertemente influido por el fotoperiodismo y su est¨¦tica, inici¨® su propio camino con un discurso en contra de los confines naturales del medio: fue a Egipto, y en vez de fotografiar las pir¨¢mides construy¨® una fotografiando el proceso; m¨¢s tarde fotografi¨® a un abuelo despidi¨¦ndose de su nieto en su camino hac¨ªa el cielo; cuando retrat¨® a Magritte quiso fotografiar los sue?os de artista belga, no su apariencia.

A sus 84 a?os Michals es hoy en d¨ªa uno de los grandes maestros y renovadores del medio. Nunca utiliza su c¨¢mara para captar momentos de la realidad, sino como un instrumento para revelar cu¨¢l es su propio estado interno, sus ideas sobre el mundo o sobre su propia existencia. Le gusta destacar que es su inmensa curiosidad lo que le separa del resto de los fot¨®grafos: ¡°Si veo una mujer llorando quiero saber por qu¨¦ llora, cu¨¢l es la naturaleza de su tristeza, c¨®mo se fotograf¨ªa la tristeza, no las l¨¢grimas¡°, explicaba el artista en una conferencia que sirvi¨® de complemento a la muestra organizada por la Jackson Art Gallery de Atlanta, The Narrative Photography. La exposici¨®n recorre la trayectoria del artista y re¨²ne sus cl¨¢sicas secuencias fotogr¨¢ficas junto con sus series de fotograf¨ªas pintadas a mano. ?A esto se suma una selecci¨®n de las obras de sus ¨²ltimos tiempos, ferrotipos pintados a mano en vivos colores que incluyen algunas dedicadas a sus hombres de letras favoritos, entre ellos Sartre, Proust, Apollinaire, Voltaire y Genet. Si en sus comienzos el autor se apropi¨® de los efectos del cine mediante la secuencia de im¨¢genes para lograr una progresi¨®n narrativa, sus ¨²ltimas obras evidencian su deseo de difuminar los l¨ªmites entre la pintura y la fotograf¨ªa.

Si hay algo que define al artista es su vitalismo, su iconoclasia y su ansia por experimentar en primera persona: ¡±Intento buscar mi propia verdad ?a trav¨¦s de mi experiencia, ser fiel a mi propio instinto... Hay que prestar atenci¨®n a nuestra mente. Estamos distra¨ªdos por el ruido de nuestra cultura¡°, dec¨ªa el artista en una entrevista en 1981 con Barbaralee Diamonstein, donde destacaba su afici¨®n por el pensamiento oriental. ¡°La fotograf¨ªa debe contradecir. No debe dar respuestas sino suscitar preguntas, como lo intentan las religiones orientales¡±, se?alaba. ¡°Un fot¨®grafo debe intentar mostrar el porqu¨¦ y el c¨®mo, sin embargo, muchos se quedan en el qu¨¦.¡±

Desde muy joven sinti¨® una atracci¨®n por el arte. Fue dise?ador gr¨¢fico antes de utilizar por primera vez una c¨¢mara prestada durante un viaje a Rusia en 1958. Fue entonces cuando se dio cuenta de que quer¨ªa ir m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites impuestos por el 'momento decisivo', acu?ado por Cartier-Bresson, de esa sola imagen que encierra un momento ¨²nico. Las cosas que le interesaban, no estaban en la calle; no le quedaba m¨¢s remedio que recrearlas. As¨ª nacieron esas im¨¢genes seriadas a las que m¨¢s tarde incorporar¨ªa texto. Le interesaba contar historias que hablaran de la espiritualidad, del sexo, de la religi¨®n, de la belleza o de la muerte, de cualquier tema que ayudase a describir la esencia del ser humano, pero sin olvidarse de otro de los atributos que mejor le describen: el sentido del humor. De esta manera, se gan¨® el calificativo, por parte de algunos cr¨ªticos, de narrador de relatos cortos, con el que parece sentirse satisfecho: ¡°Dibujo letras¡±, matiza, ¡°no las escribo¡±. ¡°Nunca he cre¨ªdo que una imagen vale m¨¢s que mil palabras, si le hago un retrato, no me va a decir nada acerca de su acento ingl¨¦s; nada acerca de su persona... Un sesenta por ciento de mi obra es fotograf¨ªa y el resto es escritura¡±, contaba el artista a Siobhan Bohnacker del The New Yorker.

Naci¨® en McKeesport, en el estado de Pensilvania, cerca de donde lo hizo Andy Warhol, con quien trat¨® en distintas ocasiones, convirti¨¦ndose en protagonista de uno de sus retratos, as¨ª como en diana de sus cr¨ªticas, como lo fueron Cindy Sherman, Andr¨¦s Serrano, Thomas Ruff o Wolfgang Tilmans en su serie Foto Follies: How Photography Lost Its Virginity on the Way to the Bank, una mirada sat¨ªrica y jocosa al mundo de la fotograf¨ªa actual y su mercado.

Sin embargo, se considerada un admirador de Atget, como lo fueron tambi¨¦n sus admirados artistas surrealistas, entre ellos De Chirico y Magritte. Los laberintos del inconsciente, la puerta de misterio, su ansia de libertad y por encima de todo sus sue?os. seguir¨¢n marcando el camino de este artista inconformista.

¡°AH SUE?OS, esos meteoros luminosos, que iluminan el cielo nocturno de nuestra consciencia, su propia realidad¡±, escribe el artista.

Duane Michals. The Narrative Photography. Jackson Fine Art Gallery, Atlanta, EEUU. Hasta el 3 de diciembre