Un meme nunca te abandona

A Rick Astley, la resucitada estrella de los ochenta, no parece importarle mucho que en televisi¨®n no haya espacio para la m¨²sica. Internet est¨¢ de su lado. Su Never gonna give you up invad¨ªa hace casi 30 a?os la dictatorial playlist que MTV impon¨ªa al espectador. Pero la cadena, siempre pionera, fue la primera en sustituir a los ¨ªdolos del pop por tronistas y telerrealidad. Para un m¨²sico que llevaba d¨¦cadas de retiro voluntario hubiera sido imposible destacar ahora, entre el libre albedr¨ªo que ofrecen plataformas digitales y a la carta como Vevo.

El brit¨¢nico ha logrado en 2016 coronar de nuevo las influyentes listas de ¨¦xitos de su pa¨ªs. Todo un m¨¦rito, ya que en ellas se contabilizan las descargas y reproducciones online. Tambi¨¦n act¨²a en pa¨ªses a los que nunca lleg¨® con las giras mundiales que hizo en su juventud.

La culpa de todo la tiene un meme. Un amigo o un compa?ero de trabajo te env¨ªa un enlace con informaci¨®n muy relevante. Cuando accedes al contenido, te topas con Rick Astley cant¨¢ndote su amor con voz grave y cara de ni?o.

El m¨²sico ha sobrevivido en el proceso de selecci¨®n natural gracias a un fen¨®meno de la Red. As¨ª ha permanecido en uno de los rincones m¨¢s apreciados de nuestra memoria colectiva, la del humor absurdo. La broma se hizo verbo, el rickrolling, y ha evolucionado desde que surgiera en 2008, algo imprescindible seg¨²n los expertos en memecracia.

Melania Trump prometi¨® a los estadounidenses que su marido nunca los abandonar¨ªa ni decepcionar¨ªa en otro de sus discursos corta-pega de la reciente campa?a electoral. Al reproducir el estribillo de Astley, hizo a los ciudadanos un delirante e involuntario Rick Roll propio de un cap¨ªtulo de South Park. Los guionistas de la serie de animaci¨®n tambi¨¦n han recurrido al chiste para modificar a ultima hora su ya tradicional cap¨ªtulo sobre elecciones, que hab¨ªan dedicado a Hillary.

Con el hit ochenteno tan presente en nuestras vidas, cabe preguntarse si, a pesar de la revoluci¨®n digital y los cambios de patrones de consumo, al final todos los caminos llevan a Roma. O a Rick.