Sergio Ram¨ªrez: ¡°No existe ning¨²n muro que pueda derrotar a nuestra lengua¡±
Los premios Alfaguara de novela debaten en Guadalajara sobre la identidad compartida de Am¨¦rica Latina
M¨¢s de 620 millones de personas repartidas en 20 pa¨ªses. ?Qu¨¦ savia vital recorre las venas de los latinoamericanos? ?Qu¨¦ los une y qu¨¦ los divide? La editorial Alfaguara pregunt¨® a ocho ganadores de su premio de novela si existe Am¨¦rica Latina, la regi¨®n que la Feria Internacional del Libro ha decidido homenajear tras 30 a?os de vida. La charla de la noche del domingo ha dejado un brindis por las diferencias y un compromiso conjunto en una ¨¦poca donde las identidades de los hispanohablantes sienten una amenaza que llega del norte en un idioma que no es el propio. ¡°No existe ning¨²n muro que pueda derrotar a nuestra lengua: el espa?ol¡±, dijo el nicarag¨¹ense Sergio Ram¨ªrez (Margarita est¨¢ linda la mar, 1998).
La veintena de naciones de esta regi¨®n ha conformado tambi¨¦n una patria creada por las palabras. Los escritores galardonados con el reconocimiento literario surgido en 1997, que premi¨® por primera vez al cubano Eliseo Alberto, mostraron con orgullo su pertenencia a este territorio que vive y respira en los libros. La colombiana Laura Restrepo (Delirio, 2004) cit¨® a algunos de sus ciudadanos ilustres: Pablo Neruda, Julio Cort¨¢zar o C¨¦sar Vallejo.
¡°Es en la novela latinoamericana donde nos hemos defendido de la desmemoria y de los poderes f¨¢cticos que quieren contarnos una historia mentirosa¡±. El colombiano Juan Gabriel V¨¢squez (El ruido de las cosas al caer, 2011) habl¨® de la generaci¨®n ¡°que cre¨® un continente con la palabra¡±. Ficciones como Terra nostra, Cien a?os de soledad y Pedro P¨¢ramo son ejemplos de la utop¨ªa literaria.
Am¨¦rica Latina existe, pero solo puede ser avistada desde el exterior o desde el exilio Andr¨¦s Neuman, escritor
¡°Am¨¦rica Latina existe, pero solo puede ser avistada desde el exterior o desde el exilio¡±, ley¨® Andr¨¦s Neuman (El viajero del siglo, 2009) en un texto que resalt¨® las contradicciones que forman parte de la identidad com¨²n. El peruano Santiago Roncagliolo (Abril rojo, 2006) ahond¨® en el exilio y c¨®mo este cre¨® valores compartidos. Sus padres abandonaron el Per¨² en 1977, dos a?os despu¨¦s de que se instalara un gobierno militar. Su destino fue M¨¦xico. ¡°Am¨¦rica Latina derrib¨® sus muros en M¨¦xico¡±, afirm¨® el autor.
Roncagliolo record¨® su infancia en el extinto Distrito Federal. Sus padres comenzaron a reunirse con otros peruanos. Los chilenos hicieron lo propio, al igual que los nicarag¨¹enses y los argentinos. Poco a poco se dieron cuenta de que ten¨ªan proyectos e ideas en com¨²n: luchar por la libertad frente a reg¨ªmenes militares y autoritarios. ¡°Esa idea de Am¨¦rica Latina naci¨® en M¨¦xico. Latinoam¨¦rica existe y somos todos los que existen al otro lado del muro de Trump¡±.
No solo se habl¨® de una regi¨®n de virtudes. ¡°Somos el continente de la soledad¡±, dijo Elena Poniatowska (La piel del cielo, 2001). En la Feria literaria m¨¢s importante del espa?ol la Premio Cervantes record¨® que 40 millones de personas declararon en 2013 no saber leer. Entre ellos est¨¢ el 8% de los menores de 15 a?os, un porcentaje que aumenta al hablar de Guatemala o Nicaragua. ¡°Me gustar¨ªa que todos pudieran leer en Am¨¦rica Latina¡±, agreg¨® Poniatowska.
El argentino Eduardo Sacheri (La noche de la Usina, 2016), el m¨¢s reciente Premio Alfaguara, resumi¨® la historia de la regi¨®n en un pu?ado de palabras: lengua, pobreza, uni¨®n contra Estados Unidos, el exilio, los titanes literarios y las contradicciones llenas de deseo y p¨¦rdida. ¡°Nuestra identidad tiene que ver con un fuerte sentimiento de derrota, pero lo mejor de esta son las posibilidades que alberga¡±.
Xavier Velasco (Diablo guardi¨¢n, 2003) cree que Am¨¦rica Latina es la regi¨®n que tiene a la urgencia como motor. Ese impulso vital llev¨® a Reinaldo Arenas a escribir tres veces Otra vez el mar hasta que la vio publicada en lugar de destruida. ¡°Hay que sacar la novela, poes¨ªa y literatura necesaria que llevamos dentro para poder vivir¡±, dijo un poblador m¨¢s de esta tierra prometida conformada por palabras.
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