¡®The Crown¡¯: Hitos del g¨¦nero sobre los reyes de Inglaterra
La historia de los monarcas brit¨¢nicos ha sido reflejada en series y pel¨ªculas con acierto
Los brit¨¢nicos han creado a lo largo de la historia un g¨¦nero propio en varias disciplinas del arte: sus reyes. Primero en libros, luego en obras de teatro, y ahora en series y pel¨ªculas. The Crown es el ¨²ltimo ejemplo. Aparte de la serie de Netflix, estos son los otros seis hitos del g¨¦nero mon¨¢rquico brit¨¢nico en la pantalla.
1. Los Tudor. La serie que definitivamente hizo entrar en la cruda modernidad al g¨¦nero a base de sexo y violencia. Enrique VIII ha sido, junto a la reina Victoria y ahora Isabel II, el monarca que m¨¢s juego ha dado a la ficci¨®n. En literatura, la inspiraci¨®n de lo que fue su ¨¦poca, ha hecho que Hilary Mantel consiga en esta d¨¦cada tambi¨¦n dos premios Booker por dos entregas de la trilog¨ªa basada en Thomas Cromwell: En la corte del lobo y Una reina en el estrado. Jonathan Rhys-Meyers es todo un aliciente para esta cruda clase de Historia.
2. Eduardo VII. A mediados de los setenta, el g¨¦nero entr¨® de lleno en la vida de este cr¨¢pula que llegar¨ªa a rey. Eduardo VII, hijo de la reina Victoria ¨Cahora tambi¨¦n exprimida en una reciente creaci¨®n de mucho ¨¦xito¨C, era la oveja negra que result¨®, dentro de lo que cabe y a la postre, un rey modernizador para principios del siglo XX. Timothy West le encarn¨® y tuvo mucho ¨¦xito en pleno posfranquismo en Espa?a.
3. Cromwell. Si Thomas Cromwell ayud¨® a perpetuar la saga Tudor, este otro Cromwell, Oliver, por un periodo, se carg¨® la monarqu¨ªa en el Reino Unido. En esta pel¨ªcula de Ken Hughes, con Richard Harris y Alec Guiness como protagonistas, se entiende c¨®mo, tras ver rodar la cabeza de Carlos I por la rebeli¨®n que le mont¨® Cromwell junto a los ironsides, la instituci¨®n decide pactar a la larga un equilibrio de poder, con una naciente democracia mediante, para eternizarse en la cabeza del Estado.
4. La reina (The Queen). Con audacia y una m¨¢s que certera capacidad de an¨¢lisis, el director Stephen Frears y el guionista Peter Morgan, a quien debemos ahora The Crown, se lanzaron a exponer el dilema en el que la reina Isabel II se vio envuelta al afrontar la muerte de Lady Di. Siempre ha llevado mal que los brit¨¢nicos tuvieran sus indisimuladas preferencias por encima de ella. Pero el drama de su nuera la empuj¨® a renovar un pacto con el poder pol¨ªtico que en su d¨ªa lideraba Tony Blair ¨Cautor de la marca, la princesa del pueblo-, para no hundir el barco secular de la monarqu¨ªa brit¨¢nica. En la pel¨ªcula queda claro c¨®mo, ya h¨¢bil y experimentada, Isabel ha logrado una tregua m¨¢s con la Historia.
5. El discurso del rey. Son tambi¨¦n los detalles, las an¨¦cdotas las que el g¨¦nero de reyes brit¨¢nicos ha sabido aprovechar para desarrollar l¨ªneas argumentales. No s¨®lo se quedan en la tradici¨®n shakespereana y en los biopics. Tambi¨¦n sutiles productos como El discurso del rey, dirigida por Tom Hooper, en el que un psic¨®logo, foniatra, mentor, como quieran calificarlo, ayuda a Jorge VI, a vencer la tartamudez que amenazaba con afectar a su imagen y la firmeza de todo un pa¨ªs, cara a una futura guerra. No s¨®lo se jugaba la posici¨®n de la isla contra los nazis, hab¨ªa asumido su responsabilidad despu¨¦s de que su hermano, Eduardo VIII renunciara al trono para casarse con Wallis Simpson, una divorciada estadounidense. El t¨¢ndem Colin Firth-Geoffrey Rush es una de sus grandes atracciones.
6. Un hombre para la eternidad. Otro episodio hist¨®rico, este menos anecd¨®tico, conforma la pel¨ªcula que narra la insoportable tensi¨®n que vivieron Enrique VIII y Tom¨¢s Moro. Fred Zinnemann fue el encargado de rodar este cl¨¢sico en el que Paul Scofield y Robert Shaw encarnan la desesperada lucha del naciente humanismo contra el capricho absolutista. Ni qu¨¦ decir tiene que la cabeza de Moro acaba rodando, no sin pena para el tirano y fundador de la Iglesia Anglicana, que le consideraba uno de sus m¨¢s que escasos amigos.
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