Cinco novelas para entender a Eduardo Mendoza
El escritor barcelon¨¦s, galardonado con el Premio Cervantes 2016, visto a trav¨¦s de algunas de sus obras m¨¢s importantes
Eduardo Mendoza es, sobre todo, un gran contador de historias. Novelista eminente, tan sencillo como profundo, agudo y con sentido del humor. Aqu¨ª, una bibliograf¨ªa selecta para entender al autor reci¨¦n galardonado con el Premio Cervantes 2016:
La verdad sobre el caso Savolta (1975)
Debut¨® Mendoza con La verdad sobre el caso Savolta, una novela que deb¨ªa haberse llamado Los soldados de Catalu?a, pero la censura consider¨® el t¨ªtulo flagrante y no lo permiti¨®. Tambi¨¦n dijeron del libro?los censores que se trataba de un ¡°novel¨®n est¨²pido y confuso, escrito sin pies ni cabeza¡±, por suerte Pere Gimferrer apost¨® por ella y la saludaron con halagos un Garc¨ªa Hortelano que ya era entonces fact¨®tum o hasta Juan Benet y su disc¨ªpulo, Javier Mar¨ªas, que opina de ella que fue la obra literaria que marc¨® la defunci¨®n del franquismo. ¡°Mendoza ense?¨® a la mayor¨ªa de los novelistas que vinieron despu¨¦s qu¨¦ era escribir con libertad¡±, dijo Mar¨ªas. Fue el paso del realismo social (casi sociol¨®gico, experimental) localista, a la ficci¨®n universal. Cuenta las peripecias de Javier Miranda, un joven vallisoletano que viaja a Barcelona a principios del XX en busca de trabajo. Ambici¨®n, ansias de poder y tambi¨¦n amor, en una historia donde la femme fatale se llama Mar¨ªa Corral.
La ciudad de los prodigios (1986)
Onofre Bouvila escala y, desde que reparte panfletos anarquistas en el parque de la Ciudadela, que albergar¨¢ la Exposici¨®n Universal de 1888, hasta que se hace rico ¡ªespeculaci¨®n inmobiliaria¡ª y se ve forzado luego a regresar a una Barcelona todav¨ªa con fiebre de renovaci¨®n, la de la Expo de 1929, ense?a una panor¨¢mica de c¨®mo el desarrollo industrial y econ¨®mico, los prodigios, han alterado la sociedad. Cuando Mendoza public¨® La ciudad de los prodigios cen¨® con Benet en Madrid, tal como le confes¨® a Babelia en una entrevista, y este le dijo: ¡°Es una tonter¨ªa; parece mentira, tendr¨ªa que darte verg¨¹enza haber publicado eso¡±. Mendoza no peg¨® ojo. No fue hasta despu¨¦s que ley¨® el art¨ªculo del que ejerc¨ªa de maestro oficioso de esa generaci¨®n en el que Benet admit¨ªa: ¡°Esta novela me gusta mucho, me hubiera gustado escribirla a m¨ª¡±. La ciudad de los prodigios confirm¨® que Mendoza ser¨ªa un escritor no estrictamente espa?ol, sino con lectores extranjeros. En Francia gan¨® el premio al libro del a?o por delante de Tom Wolfe y de Marguerite Yourcenar, llegando a ser comparado con Alejandro Dumas.
Sin noticias de Gurb (1991)
El 1 de agosto de 1990 Eduardo Mendoza comenz¨®, en este peri¨®dico, una experiencia que entonces se calific¨® de ¡°ins¨®lita¡±. El follet¨ªn Sin noticias de Gurb, publicada como libro en 1991, empez¨® con esta frase:
D¨ªa 9 00.01 (hora local). Aterrizaje efectuado sin dificultad. Propulsi¨®n convencional (ampliada). Velocidad de aterrizaje: 6.30 de la escala convencional (restringida). Velocidad en el momento del amaraje: 4 de la escala Bajo-U1 o 9 de la escala Molina-Clavo. Cubicaje: AZ-0.3.
El extraterrestre, que desde que arriba a Sardanyola se dedica a buscar a Gurb, se transforma en Conde-Duque de Olivares, Miguel de Unamuno o Paquirr¨ªn y construye una fin¨ªsima s¨¢tira que sigue a?o a a?o entre los libros m¨¢s vendidos del autor.
El asombroso viaje de Pomponio Flato (2008)
?Jes¨²s, el Jes¨²s de Nazaret, hijo de Dios todav¨ªa no revelado, contratando al detective Pomponio Flato, llamado as¨ª por sus problemas intestinales, para que salve a su padre Jos¨¦ el carpintero, acusado de asesinar a un romano acaudalado? Pues s¨ª, en eso consiste la nouvelle de Mendoza, en una visi¨®n pagana e hilarante de la Sagrada Familia no sin poso, no sin regusto a Cervantes. Frases desbrozadas, palabras precisas.
Ri?a de gatos (2010)
El cr¨ªtico Jos¨¦ Carlos Mainer dijo de Ri?a de gatos, que gan¨® el Premio Planeta de ese a?o (dotado con 601.000 euros), que era como un cuadro de Goya. Un historiador del arte busca afanosamente una obra perdida de Vel¨¢zquez en la convulsa Espa?a de 1936. El Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera personaje, que transmite un magnetismo deslumbrante, tilda la disputa de los generales que conspiran para derribar la Rep¨²blica de ¡°pelea de perros¡±. La truculencia pol¨ªtica de la ¨¦poca est¨¢ contada con inteligencia, como en una suerte de vodevil.
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