Buen cine, a secas, y es espa?ol
Esta pel¨ªcula tiene un guion complejo y trabajado, con algunos di¨¢logos inquietantes
1898. Los ¨²ltimos de Filipinas
Direcci¨®n: Salvador Calvo.
Int¨¦rpretes: Luis Tosar, Javier Guti¨¦rrez, ?lvaro Cervantes.
G¨¦nero: drama b¨¦lico. Espa?a, 2016.
Duraci¨®n: 100 minutos.
Ignoro si disfrut¨¦ o sufr¨ª en mi infancia una pel¨ªcula al parecer emblem¨¢tica de las virtudes de la raza y del hero¨ªsmo patri¨®tico titulada Los ¨²ltimos de Filipinas, pero no tengo ninguna memoria de ella. Y a diferencia del conciliador y educado ministro de Cultura, que declar¨® su estrat¨¦gico o real entusiasmo por ese programa tan vergonzantemente racial titulado Cine de barrio, que solo puede provocar bochorno en alguien medianamente civilizado y en posesi¨®n de cierto paladar est¨¦tico y ¨¦tico, cada vez que desgraciadamente reviso los aclamados hitos populares, el asqueroso landismo y otras joyas exaltantes del estado de las cosas que potenciaba el franquismo (tambi¨¦n hay muchas e impresentables pel¨ªculas progresistas, que disfrazaban su nula calidad con la infamia de la censura, el alma revolucionaria, el forzado hermetismo, los s¨ªmbolos y dem¨¢s idioteces, la impostura de siempre), noto una sensaci¨®n de n¨¢usea.
Y me acerco a una nueva adaptaci¨®n de este presunto cl¨¢sico sin referencias en primera persona. Y tardo 10 minutos (podr¨ªa contar que ese tiempo es suficiente en mi papel de eterno espectador para saber si lo que veo es de verdad o de mentira, atractivo o mediocre) en constatar que esta pel¨ªcula tiene factura de buen cine, captaci¨®n potente de paisajes ex¨®ticos, una producci¨®n tan cara como justificada, fotograf¨ªa esplendorosa y, en el mejor sentido, cl¨¢sica de un se?or llamado ?lex Catal¨¢n, al que segu¨ªa la pista. Un guion complejo y trabajado, con algunos di¨¢logos inquietantes de otro se?or que desconoc¨ªa llamado Alejandro Hern¨¢ndez. Y la dirige con la solvencia de alguien que ha narrado muy bien historias desde hace tiempo un director novel de nombre Salvador Calvo. Y la interpretan junto a actores cuarentones o cincuentones con talento contrastado (Tosar, Fern¨¢ndez, Guti¨¦rrez, Hip¨®lito, Elejalde) otros j¨®venes a los que no conoc¨ªa, y cuyo subconsciente televisivo est¨¢ felizmente colonizado por las grandes series estadounidenses, encabezadas por esa diva llamada HBO, pero que resultan tan veraces como sus maestros; guionista, director e int¨¦rpretes joveznos se han curtido en las series espa?olas, esas que me dan tanta grima o desprecio cada vez que me topo indeseablemente con ellas. Y me planteo, disfrutando de esta buena pel¨ªcula, que en ese universo que desprecio puede existir la inteligencia, la profesionalidad y el pragmatismo mientras llega lo so?ado.
1898. Los ¨²ltimos de Filipinas habla de la supervivencia en t¨¦rminos heroicos o miserables, del planteamiento sobre lo que significan los grandes valores que inventa el poder y la capacidad cuando todo es acorralamiento y derrota para tomar decisiones de inmolaci¨®n, cobard¨ªa, morales, pacto, desesperaci¨®n, autoestima o resignaci¨®n. Es una pel¨ªcula bien producida, escrita, interpretada y contada. Y me dar¨ªa con un canto en los dientes (la expresi¨®n es viejuna, como afirmar¨ªan los imb¨¦ciles modernos o posmodernos, esa cosita tan ruidosa como pasajera) si el cine espa?ol con ambiciones de p¨²blico se inventara todos los a?os tres o cuatro pel¨ªculas con la calidad de esta. Intimistas o ¨¦picas, comedias o dramas, costumbristas o universales. Solo les exijo que sean cre¨ªbles, que te importe lo que le ocurre a los personajes que se mueven en la pantalla, que salgas de ellas sin la sensaci¨®n de haber perdido el tiempo. Y aunque no me gustara 1898. Los ¨²ltimos de Filipinas, seguir¨ªa pensando que es un producto muy digno, incluso mod¨¦lico.
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