¡®Westworld¡¯, la nueva obsesi¨®n
La serie de HBO plantea cuestiones filos¨®ficas en un fondo de ciencia ficci¨®n y una trama con diferentes capas que juegan con las expectativas y las convenciones narrativas
Cuando algo se vende como "el nuevo Juego de tronos" o "el nuevo Perdidos", puedes echarte a temblar. La llegada y el desarrollo de Westworld, la gran apuesta de HBO para este oto?o ¡ªy que ha llegado a Espa?a justo a tiempo para su final de temporada¡ª, se ha relacionado con esas dos series. Con la primera, por la posibilidad de convertirse en el nuevo gran drama que la cadena de cable necesita para tomar el relevo a la fantas¨ªa ¨¦pica. Con la segunda, por la cantidad de conversaciones y teor¨ªas que ha generado en Internet. Pero lo mejor de Westworld es que, en realidad, ni es el nuevo Juego de tronos ni es el nuevo Perdidos.
La historia transcurre en un parque de atracciones ambientado en el lejano Oeste en el que conviven robots (los anfitriones) y humanos que acuden a dar rienda suelta a sus instintos m¨¢s primarios y a vivir experiencias que no pueden encontrar en la vida cotidiana. Los anfitriones ofrecen a los visitantes aventuras, sexo, duelos a muerte, vivencias extremas y reales. Pero lo que pasa en Westworld, se queda en Westworld. Despu¨¦s, los humanos se marchar¨¢n y todo volver¨¢ a empezar para los robots: recibir¨¢n nuevos visitantes y cumplir¨¢n de nuevo su funci¨®n, tal y como est¨¢n programados para hacer. Sin embargo, algunos anfitriones no son como los dem¨¢s y empiezan a recordar cosas del pasado y a tomar sus propias decisiones.
?Qu¨¦ es la consciencia? ?Qu¨¦ diferencia a las personas de los robots? ?Qu¨¦ nos hace humanos? Westworld plantea cuestiones filos¨®ficas en una historia que abarca desde la ciencia ficci¨®n hasta el w¨¦stern en una trama con diferentes capas en las que se van profundizando seg¨²n avanzan los cap¨ªtulos y que juegan con las expectativas de los espectadores y con las convenciones narrativas.
La serie se sostiene en un guion intrigante y en una puesta en escena cuidada al m¨¢ximo. Para que los giros argumentales no hagan que la historia descabalgue, la atenci¨®n al detalle es primordial, y m¨¢s en esta era en la que todo es analizado y sobreanalizado hasta la extenuaci¨®n en foros y blogs. Una mirada de Dolores (Evan Rachel Wood) a destiempo, una frase de Bernard (Jeffrey Wright) sin sentido o un objeto que no est¨¦ donde deber¨ªa estar y todo podr¨ªa saltar por los aires.
Sobre el papel, ten¨ªa todos los ingredientes para convertirse en la nueva gran obsesi¨®n de los seri¨¦filos. Y el resultado ha confirmado a Westworld como bastante m¨¢s. Sus grandes nombres (tener a Anthony Hopkins y Ed Harris en su cartel no es moco de pavo), grandes interpretaciones (Thandie Newton como la madame Maeve, Jeffrey Wright y Evan Rachel Wood se han llevado la palma) y la original banda sonora con versiones de Rolling Stones o Radiohead interpretados a la pianola, a?aden sustancia a una temporada que ha cerrado tramas en busca de nuevas narrativas. Como si fu¨¦ramos unos hu¨¦spedes m¨¢s de Westworld.
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