El gazpacho gan¨® el ¡®MasterChef¡¯ de Albania
Francisco Arriola, un joven cocinero que triunf¨® en el 'reality' culinario, importa cocina y productos espa?oles a Kosovo
Promotor de conciertos, cooperante en Kenia, abogado y director de recursos humanos¡ De todos los felices tumbos que el madrile?o Francisco Arriola ha dado en su vida, ninguno tan folcl¨®rico como su participaci¨®n en la edici¨®n albanesa de MasterChef, en la que qued¨® finalista y con cuyo premio ha podido hacer realidad su vocaci¨®n de cocinillas. Desde febrero es tambi¨¦n propietario del primer restaurante espa?ol en Pristina, la capital de Kosovo, un territorio vecino de Albania, y con poblaci¨®n mayoritariamente albanesa, reconocido como Estado por un centenar de pa¨ªses. El local se llama Francisko, con ka balc¨¢nica, y repleto de gui?os rojigualdos, de las macetas del patio al perfil del toro de Osborne de los servilleteros, por no hablar de la esfera de gelatina de gazpacho que adereza su receta estrella, la que le llev¨® a la final del reality culinario.
Tras una vertiginosa sucesi¨®n de experiencias, con una esposa albanesa ¡ªquien le apunt¨® a MasterChef¡ª y un olfato para los negocios cong¨¦nito (su abuelo organiz¨® el primer concierto de los Beatles en la Espa?a en los sesenta), Arriola, de 32 a?os, es hoy una celebridad en Kosovo, en una de cuyas televisiones presenta, una vez por semana, un programa de cocina muy pop, ¡°tipo Argui?ano, con bromas e iron¨ªas sobre los pol¨ªticos o la actualidad¡±, cuenta el chef, con chaquetilla con la arroba de MasterChef bordada y maneras cordon bleu a la hora de presentar los platos o decantar el vino, un rioja.
Porque este emprendedor tambi¨¦n importa a Kosovo vinos espa?oles, en dura competencia con los italianos y los franceses. ¡°Abro mercado y hago que se conozca la Marca Espa?a¡±, asegura, en un pa¨ªs cuya independencia no reconoce el Gobierno de Madrid. ¡°No tengo problemas para importar, ya voy por el und¨¦cimo pal¨¦ de vinos, jam¨®n, embutidos y conservas, porque tengo un buen agente de aduanas. De hecho, importo m¨¢s que el distribuidor local de espumosos espa?oles¡±.
Arriola, adem¨¢s, asesora a un hotel de lujo de Pristina para modernizar su carta. ¡°En Kosovo hay productos muy buenos, pero poca creatividad a la hora de cocinar. Los chefs no son estrellas del rock como en Espa?a, se les ve m¨¢s como si estuvieran de paso en los fogones, a la espera de una ocupaci¨®n de verdad¡ Pero tengo claro que en mi caso no va a ser un par¨¦ntesis¡±, confiesa entre risas. El coqueto local del centro de Pristina est¨¢, una noche de s¨¢bado de finales de octubre, a rebosar. ¡°Cuando abrimos era invierno, pero hab¨ªa cola en la puerta pese a los 20 grados bajo cero¡±. Francisko ha animado el mortecino escenario gastron¨®mico de la ciudad: ¡°Con el m¨ªo, ya hay tres restaurantes de cocina internacional: un indio, un italiano y un espa?ol¡±. El 60% de sus clientes son extranjeros, expatriados de las misiones internacionales, como la militar KFOR o la administrativa Unmik.
Paco, como le llaman todos, lleg¨® a Kosovo de la mano de un refugiado de guerra albanokosovar que hab¨ªa conocido en Espa?a. Era diciembre de 2012, y ansiaba un cambio de vida porque el estr¨¦s de su ¨²ltimo trabajo en Madrid le hab¨ªa pasado factura. En Pristina conoci¨® a su esposa, de etnia albanesa (albaneses y kosovares son primos hermanos, de ah¨ª el continuo trasvase), con la que se traslad¨® a Tirana y donde calent¨® fogones con un primer restaurante de andadura fugaz.
La fama de MasterChef y su empuje natural, espoleado por las trabas burocr¨¢ticas y la desidia laboral que encontr¨® en Albania (¡°en comparaci¨®n, la mentalidad del trabajo en Kosovo es mucho m¨¢s positiva¡±), le empujaron a la en¨¦sima mudanza, hasta Pristina. Puede que la definitiva, pero para un zascandil como ¨¦l, culo inquieto donde los haya, nunca es decir demasiado.
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