Elogio de las listas aunque sean negras

Aborrecemos los c¨¢nones pero adoramos las listas. Las adoran incluso los escritores que dicen odiarlas respondiendo a un mecanismo de supervivencia: ¡°Si no estoy en la lista de lo mejor del a?o es porque estoy en la lista negra¡±. Adem¨¢s de conceder importancia a las cosas, los repertorios tratan de darles sentido. En eso se parecen a la propia escritura, que empez¨® inmortalizando 10 cabras sumerias hace cinco mil a?os y ha terminado produciendo 70.000 t¨ªtulos cada 300 d¨ªas en la industria editorial espa?ola.

Igual que el Antiguo Testamento no ser¨ªa el mismo sin los diez mandamientos ni el Nuevo sin las Bienaventuranzas, la obra de algunos autores no ser¨ªa igual si le quit¨¢semos las enumeraciones. La de Borges, sin ir m¨¢s lejos, que culmin¨® magistralmente con el poema Los justos un subg¨¦nero que pasa por considerar el inventario como una de las bellas artes y que, por supuesto, incluye su reverso ir¨®nico. Baste pensar en su clasificaci¨®n de animales como ¡°pertenecientes al Emperador, embalsamados, amaestrados, lechones, sirenas, fabulosos, perros sueltos, incluidos en esta clasificaci¨®n, que se agitan como locos, innumerables, dibujados con un pincel fin¨ªsimo de pelo de camello, etc¨¦tera, que acaban de romper el jarr¨®n y que de lejos parecen moscas¡±. No extra?a pues, que el escritor argentino fuera el art¨ªfice, junto a Mar¨ªa Kodama, de una estupenda antolog¨ªa de El libro de la almohada (Alianza), en el que una japonesa del siglo X, Sei Shonagon, introdujo nada menos que 164 listas -de animales y plantas, de cosas agradables y desagradables o temas po¨¦ticos- al modo, recuerda Kodama a los occidentales, que utiliza Homero en sus famosos cat¨¢logos de naves, de caballos o de ¡°los mejores guerreros¡±.

Todo resumen de fin de a?o es, adem¨¢s de un autorretrato, un discutible ejercicio de optimismo. Discutible porque siempre habr¨¢ quien piense que fue malo uno en el que Mauro Armi?o tradujo entero a Rimbaud (para Atalanta) y Mariano Peyrou y Jeannette L. Clariond a Elizabeth Bishop (para Vaso Roto), Enrique Moradiellos resumi¨® con rigor la Guerra Civil en 300 p¨¢ginas coincidiendo con el 80? aniversario del golpe de Franco (para Turner) y Rafael S¨¢nchez Ferlosio public¨® Gastos, disgustos y tiempo perdido y Babel contra Babel, segundo y tercer tomos de sus ensayos completos (en Debate). Si este re¨²ne sus escritos de tema internacional y b¨¦lico, aquel recopila los de pol¨ªtica, digamos, nacional. Entre ellos, un art¨ªculo publicado en este peri¨®dico el 12 de febrero de 1980 con un t¨ªtulo sin contemplaciones ¨C¡°La demencia senil de la cultura espa?ola¡±- y un arranque sin desperdicio: ¡°La cultura espa?ola no recuerda, pero anda loca por conmemorar¡±. En 2017, aunque le pese al autor de Alfanhu¨ª, recordaremos los 90 a?os de su nacimiento y los cien del de Augusto Roa Bastos, Gloria Fuertes y Juan Rulfo. Bastar¨ªa con releerlos para que fuera un buen curso. Una vez le preguntaron al autor mexicano qu¨¦ sent¨ªa cuando terminaba un libro y ¨¦l, lac¨®nico como era, contest¨®: ¡°Remordimientos¡±. Con tanto por leer, es dif¨ªcil no sentir lo mismo cuando termina el a?o.