Ana Juan y Matz Mainka, hermanos Grimm del siglo XXI
Los artistas explican su aventura literaria de convertir en realidad y leyenda unas historias inventadas por ellos en 'Trilog¨ªa del Mar del Norte'
En los alrededores de la Primera Guerra Mundial, en la ¡°soledad estridente¡± del Mar del Norte de Alemania, tres historias de amor que conmovieron a los lugare?os cayeron en el olvido. Cien a?os despu¨¦s, Ana Juan (Valencia, 1961) y Matz Mainka (Hamburgo, 1959), como dos hermanos Grimm, han escrito e ilustrado esas historias para salvarlas del olvido en su Trilog¨ªa del Mar del Norte compuesta por Promesas, La isla y Hermanas (Edelvives). Relatos inquietantes que avanzan en dos voces: ¨¦l cuenta el episodio en palabras llenas de im¨¢genes y ella lo contin¨²a y complementa con sus ilustraciones que hacen avanzar la historia.
En realidad, los dos artistas e ilustradores han creado un juego metaliterario. Un bucle entre ficci¨®n y realidad. Han incursionado en la tradici¨®n que parte de una historia supuestamente olvidada, pero inventada por los autores, la han nutrido de realidad e impregnado de leyenda, para luego hacer ver que la rescatan para el imaginario universal. Adem¨¢s, han roto la etiqueta de libros infantiles y juveniles. Aunque los protagonistas son j¨®venes, son obras para todos los p¨²blicos al tener la dureza y el aroma de los cuentos cl¨¢sicos cuando esas categor¨ªas no exist¨ªan. ¡°La moraleja o los mensajes quedan en manos del lector¡±, explica la ilustradora y escultora espa?ola,
autora de Amantes (relatos solo ilustrados) y de obras para ni?os como Blancanieves y Comenoches. Pero medio mundo conoce su trazo al ser una de las principales ilustradoras de The New Yorker.
¡°La Trilog¨ªa del Mar del Norte nos la encarg¨® la editorial Kodasha, en Jap¨®n, en 2008, para su revista de manga Mandala. El se?or Shin quer¨ªa que Matz crease la historia y yo dibujase. Yo no hab¨ªa hecho manga y no ten¨ªa intenci¨®n de hacerlo. Pero buscaban autores extranjeros, otra
forma de contar las cosas. Aceptamos¡±.
¡°El editor nos propuso que cada historia fuera cerrada, pero con un mismo hilo argumental. Decidimos convertirnos en una especie de hermanos Grimm, pero en lugar de buscar en la tradici¨®n oral, nosotros las ¨ªbamos a buscar en el poso de nuestra imaginaci¨®n. En estructuras de cuentos cl¨¢sicos, pero no dirigida al p¨²blico infantil. Historias de amor y muerte deudoras del Romanticismo alem¨¢n donde primaba el sentimiento sobre la racionalidad. Luego decidimos que fueran de amor y fantasmas. Porque aqu¨ª el amor es un fantasma, gente que toda la vida est¨¢
acompa?ada por fantasmas del amor, alguien o algo que enturbia la relaci¨®n. Los fantasmas existen, y si no los sabes llevar te comen. Despu¨¦s elegimos el escenario que se ajustara a una idea m¨¢s emocional que racional: el Mar del Norte de Alemania con sus tormentas, mareas, cielos plomizos: las islas Halligen. Por ¨²ltimo, la ¨¦poca: entre la Primera Guerra Mundial y la mal llamada gripe espa?ola que hab¨ªan arrasado Europa. La gente quer¨ªa hablar con sus muertos. Fue el auge del espiritismo, de los charlatanes de ciencias ocultas¡¡±. El chispazo creativo que buscar¨¢ convertir ese episodio en un hecho real es el siguiente: de Hermanas fue una fotograf¨ªa de dos gemelas pelirrojas de cabellos muy largos en el bosque, de La isla la pregunta de c¨®mo se pod¨ªa vivir realmente en las islas Halligen, y de Promesas el debate sobre qu¨¦ pasar¨ªa si los tatuajes cumplieran la funci¨®n de un diario en el cuerpo.
Ana Juan dice que llegaron a esta conclusi¨®n: ¡°En la vida real las historias de amor, aquellas en las que sufres, suele haber un fantasma. El de un antiguo novio o novia, el de una relaci¨®n que el tiempo se dedica a embellecer. El de unos padres que nunca se podr¨¢n superar. O el fantasma que inventamos sin causa alguna para nuestro propio tormento. Los fantasmas existen porque viven en nuestros corazones¡±.
M¨¢s informaci¨®n en www.winstonmanriquesabogal.com
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