Amigos, ruinas y nazis
Una novela de Simon Scarrow invita a revisitar la hermosa isla j¨®nica de L¨¦ucade
Seguramente este libro no merec¨ªa figurar en las listas de los mejores del a?o, pero a m¨ª me ha hecho disfrutar mucho. Se trata de una novela que mezcla la arqueolog¨ªa con la II Guerra Mundial y en la que aparece como fugaz secundario de lujo ¨Cen la que hasta donde se me alcanza es la primera y ¨²nica irrupci¨®n suya en una obra de ficci¨®n- nada menos que Patrick Leigh Fermor, Paddy para los amigos, el escritor, viajero y h¨¦roe de guerra brit¨¢nico que secuestr¨® a un general alem¨¢n en Creta y nos dej¨® un pu?ado de libros maravillosos.
Corazones de piedra (Edhasa) tiene muchos otros atractivos, entre ellos que el autor sea otro buen amigo, Simon Scarrow, el creador de la serie de aventuras en las legiones romanas del imperio que protagonizan Cato y Macro (y de la que acaba de aparecer la XIV novela ¨Caqu¨ª tiene todo el sentido usar n¨²meros romanos-, Britania). La trama de esta su primera novela contempor¨¢nea mezcla la b¨²squeda de un gran tesoro arqueol¨®gico secreto con la ocupaci¨®n nazi de Grecia, bandas de andartes (los guerrilleros helenos) enfrentadas a tiros con los paracaidistas y tropas de monta?a alemanes, una amistad de juventud traicionada, amores que se pierden...
El hecho de que la historia transcurra en la isla de L¨¦ucade (Lefk¨¢da), una de las j¨®nicas, me resulta especialmente emotivo, puesto que all¨ª pas¨¦, hace m¨¢s de treinta a?os, uno de los mejores veranos de mi vida, claro que entonces no te tropezabas, afortunadamente, ni con las patrullas de los Gebirgsj?ger ni con el Sturbannf¨¹hrer de las SS Steiner, el villano de la pel¨ªcula. Entonces, el personaje que te pod¨ªa asustar si te lo encontrabas de sopet¨®n por los montes sobre Vassiliki era Manolis, que parec¨ªa el mism¨ªsimo Dionisio pero que en seguida nos llenaba los brazos de una uva dorada como el sol. En la bah¨ªa de Nidri, frente a la isla de Skorpios, vi zambullirse por primera vez los martines pescadores y en el fuerte de San Mauro me encontr¨¦ con el recuerdo de otro viejo amigo, Vicino Orsini, el de Bomarzo: los Orsini fueron se?ores de las j¨®nicas y en L¨¦ucade edificaron ese castillo.
Guerrilleros griegos y tropas de monta?a alemanas se enfrentan mientras se busca la tumba de Ulises
Corazones de piedra, que viaja del presente a la ¨¦poca de la guerra, se sustenta en un hecho real: las excavaciones del arque¨®logo alem¨¢n Wilhelm D?rpfeld ( 1853-1940) ¨Cuna de las figuras seminales de la arqueolog¨ªa cl¨¢sica moderna, colega de Schliemann en Troya- en la isla, que consideraba era la verdadera ?taca hom¨¦rica, la patria de Ulises, y no la conocida isla de ?taca, m¨¢s al sur. D?rpfeld est¨¢ enterrado en Agia Kiriaki. Scarrow inventa a su propio arque¨®logo, Karl Muller, que busca antes de la guerra la tumba de Ulises en Meganisi, una b¨²squeda en la que se ver¨¢n implicados despu¨¦s su hijo, teniente alem¨¢n, y dos j¨®venes griegos, Eleni y Andreas. ?ste ¨²ltimo se har¨¢ luego tripulante del submarino Papanikolis (el m¨¢s exitoso de la armada griega, por cierto, y cuya torreta se puede ver en el Museo Mar¨ªtimo del Pireo, no se la pierdan) y agente del Ejecutivo de Operaciones Especiales (SOE), que es cuando se encontrar¨¢, claro, en El Cairo, con Paddy, y con su camarada no menos aventurero Billy Moss.
La novela, m¨¢s all¨¢ de sus muchos atractivos, invita a (re) visitar la isla j¨®nica. Quiz¨¢ no encuentres el tesoro de Odiseo, o a los viejos amigos, pero siempre puedes, si llegas con mal de amores, dar el Salto de L¨¦ucade desde el acantilado (72 metros) del cabo Akri Doukato desde el que se lanz¨® ¨Centre otros- la poetisa Safo: un remedio infalible, dicen.
Babelia
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