V¨¦rtigo y pasi¨®n
Se reedita el libro en el que Eugenio tr¨ªas expone que 'V¨¦rtigo' es una de las principales creaciones art¨ªsticas de nuestra ¨¦poca
?Por qu¨¦ considera Eugenio Tr¨ªas que V¨¦rtigo es una de las principales creaciones art¨ªsticas de nuestra ¨¦poca? Y ?por qu¨¦ V¨¦rtigo y pasi¨®n (nuevamente reeditado) es un libro central en la obra de quien es considerado por la cr¨ªtica como el gran fil¨®sofo de nuestra lengua desde Ortega?
Una y la misma explicaci¨®n responde a ambas interrogaciones: la pel¨ªcula de Hitchcock traslada a primer plano una emoci¨®n que para Tr¨ªas es definitoria de la inteligencia humana: el v¨¦rtigo. ¡°Es el hombre, en su condici¨®n y constituci¨®n, lo que est¨¢ en juego radicalmente en V¨¦rtigo. Esta pel¨ªcula es una versi¨®n actual del mito tr¨¢gico y fundacional de la constituci¨®n del sujeto¡±.
A diferencia de toda la filosof¨ªa moderna y contempor¨¢nea, Tr¨ªas sostiene que ¡°el sujeto no se constituye desde s¨ª, desde un acto originario y fundador en el que el yo se establece como yo ante s¨ª, sino a partir de un principio fundacional que le precede: un Autor que queda fuera de la representaci¨®n. El sujeto es pasional, no fundacional: es efecto y no causa, producto y no productor¡±. De ah¨ª que, a diferencia de toda la filosof¨ªa del siglo XX que sostiene que la angustia existencial es la emoci¨®n caracter¨ªstica del hombre, Tr¨ªas entienda que lo es el v¨¦rtigo, pues lo considera el sentimiento que surge cuando adquirimos consciencia de nuestro dato descomunal: estamos suspendidos de un l¨ªmite: un abismo nos separa de las razones y sentido, causa y fin, porqu¨¦ y para qu¨¦ de nuestro estar en el mundo: ¡°Y acaso sea una falta de fundamento lo que comparece como ¨²nico testimonio relativo a ese vertiginoso sentimiento. Y es que hemos sido arrojados a la vida sin que sea posible determinar raz¨®n o fundamento del hecho puro y duro de que existimos. El v¨¦rtigo lo es, en ¨²ltima instancia, en relaci¨®n a ese agujero ontol¨®gico que comparece como ¨²nico ?fundamento? de que existimos, o de que estamos en el ser, sin que nadie nos haya consultado; sin que nadie nos haya pedido permiso para ello. Buscamos una ?causa? que nos permita explicar ese ins¨®lito hecho de que existimos y no hay modo de dar con ella. Un l¨ªmite infranqueable responde, a modo de muro de silencio, a nuestra inquieta exigencia de sentido. Y el v¨¦rtigo tiene siempre relaci¨®n con la experiencia de l¨ªmite (con la sensaci¨®n de hallarnos colgados de un alambre que nos mantiene en la existencia, pero que nos insta y apremia a un salto suicida hacia un abismo que nos sobrecoge). Y es que el v¨¦rtigo, mal de altura y trastorno de equilibrio, constituye una suerte de suspensi¨®n en el l¨ªmite (entre el ser y la nada)¡±.
A esa sima la denomina Tr¨ªas l¨ªmite: una cesura abismal que nos separa del origen de nuestro ser; un hiato que abre infinita distancia entre nosotros y la causa de nuestra existencia, o entre nosotros y el fin o finalidad que aqu¨ª nos ha arrojado.
V¨¦rtigo y pasi¨®n fue publicado por vez primera por Juan Cruz en Taurus hace dos d¨¦cadas; y desde entonces ha sido un libro de referencia para el amplio y transversal p¨²blico cin¨¦filo de este pa¨ªs. Ahora, en su crucial labor ¨Cjunto al Centro de Estudios Filos¨®ficos CEFET de la UPF¨C de difundir el legado de Tr¨ªas, lo acaba de reeditar Galaxia Gutenberg. Su importancia radica en demostrar que esta pel¨ªcula ¨Cseg¨²n los cr¨ªticos, la mejor de todos los tiempos¨C expresa, simb¨®lica y est¨¦ticamente, la verdad metaf¨ªsica descrita en las citas de arriba.
El libro analiza de forma pormenorizada c¨®mo la trama siniestra de la pel¨ªcula es la condici¨®n para que el espectador perciba belleza. Pero no es una belleza al inicio placentera; el goce est¨¦tico surge s¨®lo despu¨¦s de la experiencia de lo sublime. ?sta consiste en captar, con v¨¦rtigo, dolor y malestar, un dato grandioso, muy superior a nosotros; algo que nos rebasa y desborda: en nuestro caso, que ?no se nos ha consultado para existir. Se nos ha donado la vida sin previa consulta, deliberaci¨®n, elecci¨®n ni debate?.
Es el v¨¦rtigo de vernos suspendidos ante un hecho que nos sobrepasa y, por tanto, amenaza de forma inquietante a nuestra integridad. El v¨¦rtigo surge siempre al tener la sensaci¨®n de insignificancia, de impotencia. Pero he aqu¨ª que ¨Ccomo Scottie¨C nuestro malestar es combatido, vencido y superado por una conciencia que nos sobreviene: si tengo v¨¦rtigo es porque percibo algo inconmensurable y sideral: la falta del fundamento de mi existencia. Pero me doy cuenta que si siento v¨¦rtigo es porque soy capaz de ver eso infinito y abismal; ergo puedo inferir, bien que de modo indirecto, meton¨ªmico y anal¨®gico, el fundamento que echaba en falta. Ese vac¨ªo imponente, esa sima inmensa que me turba y perturba, ya no me parece del todo insondable: rozo las razones que me faltan. Y es entonces cuando, de pronto, irrumpe la experiencia de lo bello y su gozo caracter¨ªstico.
Es leyendo a Tr¨ªas como uno calibra la grandeza de este filme, pues cumple los cinco grandes requisitos que Tr¨ªas exige para que una obra sea obra de arte: 1) es un microcosmos de nuestro mundo (dice algo sobre la esencia del mundo); 2) es perenne; resiste la erosi¨®n y el paso del tiempo o tiene la capacidad de resurgir y resucitar en todas las ¨¦pocas y coyunturas; 3) produce goce, placer y disfrute cada una de las veces que se le vuelve a contemplar o visitar; 4) saca a luz o desvela las fuerzas oscuras de su ¨¦poca; 5) seduce, hipnotiza y fascina.
Arash Arjomandi es fil¨®sofo y profesor de ?tica Empresarial en la EUSS (UAB)
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