¡®Angels in America¡¯ vuelve a volar
Vuelve Angels in America, de Tony Kushner, una de las grandes obras de los noventa. Su primera parte, Millennium Approaches, se estren¨® en Europa en el Nacional londinense, dirigida por Declan Donnellan, en enero del 92, y estuvo un a?o en cartel; la segunda, Perestroika, lleg¨® en noviembre del 93. El d¨ªptico aterriz¨® aquella temporada en el Walter Kerr de Broadway, a las ¨®rdenes de George C.Wolfe, y el clamor de p¨²blico y cr¨ªtica (Pulitzer, cuatro Tonys) fue ya un¨¢nime. La integral de Angels regresa ahora, pues, al Lyttelton del NT a mediados de abril, con un reparto encabezado por Andrew Garfield como Prior Walter y el enorme Nathan Lane como Roy Cohn, en puesta de Marianne Elliott, responsable de ¨¦xitos como War Horse o The Curious Incident of the Dog in the Nightime.
En 1996, Josep Maria Flotats decidi¨® abrir las puertas del Nacional catal¨¢n (y presentar a su compa?¨ªa) con la primera parte del d¨ªptico, ?ngels a Am¨¨rica: el Mil.leni s¡¯acosta. No he olvidado ni creo que olvide aquel espect¨¢culo. Vuelven a mi memoria Jos¨¦ Mar¨ªa Pou como Roy Cohn, uno de los villanos m¨¢s complejos de la dramaturgia contempor¨¢nea (y de la vida real, por desgracia), y Francesc Orella como Prior, enfermo de sida, y Pere Arquillue como Louis Ironson, su amante; Ramon Madaula como Joe Pitt, abogado morm¨®n y escudero de Cohn, y Silvia Munt como Harper, su esposa, y el actor cubano Alexis Vald¨¦s como el sard¨®nico Belize, amigo y cuidador de Prior, y tantos otros int¨¦rpretes memorables.
La integral de 'Angels' regresa al Lyttelton del NT a mediados de abril, con un reparto encabezado por Andrew Garfield y Nathan Lane
El texto de Kushner fue una elecci¨®n tan valiente como arriesgada. A Converg¨¨ncia le hizo poqu¨ªsima gracia que el capit¨¢n de su buque insignia optara por una obra de tem¨¢tica homosexual, con el sida y la derechizaci¨®n creciente como ejes. Buena parte de la empresa privada vio con muy malos ojos la creaci¨®n de una compa?¨ªa que les parec¨ªa ¡°competencia desleal¡±, y tanto pol¨ªticos como unos cuantos dramaturgos coincidieron en considerar intolerable que la funci¨®n no fuera de autor¨ªa catalana sino, como lleg¨® a decirse, ¡°teatro comercial de Broadway¡±.
El estreno, que tuvo lugar en lo que luego ser¨ªa la sala Tallers (el TNC todav¨ªa no estaba acabado), fue todo un ¨¦xito, pero ya hab¨ªa comenzado el fuego racheado y a trasmano. El consejero de Cultura de entonces impuso un 35% de compa?¨ªas privadas en la programaci¨®n del Nacional, y aquello fue la guerra. Flotats aguant¨® un a?o m¨¢s, pero aunque su contrato no expiraba hasta 2001, le echaron en septiembre de 1997, en plenos ensayos de La gavina de Ch¨¦jov. No era un cese: se utiliz¨® el eufem¨ªstico t¨¦rmino de ¡°desistimiento¡±, con el remoquete de ¡°p¨¦rdida de confianza¡±. En octubre, doscientos profesionales del teatro catal¨¢n pidieron la destituci¨®n del consejero y la vuelta de Flotats, pero el retorno era imposible. Estren¨® La gavina con su compa?¨ªa, como actor y director, y luego anunci¨® su abandono. Fue uno de los momentos m¨¢s sombr¨ªos de nuestro teatro. Perestroika, la segunda parte de Angels in America, que deb¨ªa haberse montado (y luego las dos piezas unidas) la siguiente temporada, jam¨¢s lleg¨® a ver la luz. ?Nadie se anima a montar la integral, como en Londres?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.