Otro Scorsese religioso, otra decepci¨®n
Impone el apellido, es racional esperar siempre lo mejor Pero en 'Silencio' es dif¨ªcil sentir ni fr¨ªo ni calor ante una narraci¨®n tediosa
SILENCIO
Direcci¨®n: Martin Scorsese.
Int¨¦rpretes:?Andrew Garfield, Adam Driver, Liam Neeson, Ciar¨¢n Hinds, Tadanobu Asano.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2016.
Duraci¨®n: 159 minutos.
El cr¨¦dito art¨ªstico de un director como Martin Scorsese, que lleva 45 a?os deslumbrando a los paladares de la cinefilia y a ese concepto tan est¨²pidamente menospreciado del gran p¨²blico, es ilimitado. Y aunque el arte no sea lo que m¨¢s impresiona a los ejecutivos de Hollywood, imagino que tambi¨¦n dispone de un notable cr¨¦dito econ¨®mico, ya que su cine ha sido rentable en la taquilla. O sea, pretendes creer que puede rodar las pel¨ªculas que le apetecen, que por exc¨¦ntrico o caro que les parezca el proyecto a los inversores lo m¨¢s probable es que funcione.
De vez en cuando, este admirable narrador, impagable retratista de la violencia, especializado en convulsiones y autodestrucci¨®n, cronista espeluznante de la mafia, due?o de una potencia expresiva que alcanz¨® el clasicismo desde hace mucho tiempo, profundo y generoso analista de la historia del cine, hace p¨²blica su antigua obsesi¨®n con tem¨¢ticas que le apasionan y cuya realizaci¨®n se ha ido demorando por diversas causas. Son pel¨ªculas que indagan en la historia de las religiones y algunos de sus personajes m¨¢s trascendentes, sus tormentos, su misticismo, su persecuci¨®n, el cruel tributo que tuvieron que pagar por defender sus convicciones. Scorsese no habla demasiado de las que muchos espectadores consideramos sus obras maestras, como Taxi driver, El ¨²ltimo vals, Toro salvaje, La edad de la inocencia, Uno de los nuestros, Casino, Gangs of New York, El lobo de Wall Street, pero muestra su constante amor y su identificaci¨®n emocional con La ¨²ltima tentaci¨®n de Cristo, Kundun y Silencio, que se estrena 30 a?os despu¨¦s de que su autor comenzara so?ar con ella.
Aunque ni la m¨ªstica historia del Dalai Lama ni las comprensibles tentaciones de Jesucristo me apasionaran m¨ªnimamente, ten¨ªa m¨²ltiples expectativas ante Silencio. Impone el apellido Scorsese, es racional esperar siempre lo mejor. O sea, ciento sesenta minutos de ¨¦xtasis. El arranque no es esperanzador, aunque relate las salvajes torturas que aplica la inquisici¨®n japonesa a los jesuitas que pretend¨ªan difundir el cristianismo en Jap¨®n durante el siglo XVII. No se hagan ilusiones identificando este argumento con el de la emocionante La misi¨®n, que contaba la cacer¨ªa que ordenaba el Estado hacia otros jesuitas de siglos pasados que evangelizaban e intentaban proteger del exterminio a la poblaci¨®n ind¨ªgena en el deslumbrante paisaje de Iguaz¨². All¨ª ocurr¨ªan cosas que te atrapaban. En Silencio es dif¨ªcil sentir ni fr¨ªo ni calor ante una narraci¨®n tediosa que habla de la fe, de los intentos de sojuzgarla o confundirla mediante el castigo o el ofrecimiento de ventajas terrenales como una familia, aceptaci¨®n social, estatus econ¨®mico, esas cositas tan golosas. Lo cual te hace pensar tambi¨¦n en el tenebroso y l¨²cido argumento de Sumisi¨®n, la ¨²ltima y espl¨¦ndida novela de Houellebecq.
Y conf¨ªas en que el sacrificio de los cristianos, sus dudas, su miedo, su coraje, su estupor ante el converso m¨¢s ilustre, su capacidad de resistencia, su claudicaci¨®n aparente o real, termine implic¨¢ndote, que Scorsese te transmita sensaciones tan volc¨¢nicas. Pero todo es monoton¨ªa y tiempos muertos. Y el deseo de que acabe de una vez algo in¨²tilmente dilatado.
Hay momentos que me hacen despertar. Las apariciones del inquisidor japon¨¦s, un villano sinuoso con permanente sonrisa de conejo. O la presencia, por desgracia breve, de ese actor notable, de voz hipn¨®tica y personalidad tan poderosa que responde al nombre de Liam Neeson. Muy poco esperando tanto.
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